Organizadores de trasteros, una profesión en alza

Cada vez más empresas ofrecen metros cuadrados para guardar nuestras cosas y existen profesionales que nos ayudan a ordenar nuestras pertenencias

Laura Otón

Publicado el - Actualizado

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Desde hace más de veinte años existe en España el negocio de los trasteros. Pero el concepto ha cambiado. Ahora proliferan las empresas que ofrecen metros cuadrados para guardar nuestras cosas en el centro de la ciudad, en barrios donde los pisos no cuentan con un desahogo. ¿Pero necesitamos guardar tanto? Hemos estado con una organizadora profesional en uno de esos trasteros que el cliente ha adquirido en propiedad.

Son unos tres metros cuadrados muy aprovechados. “Este cliente ha puesto las estanterías ancladas para que no se caigan, muy bien hecho, y  ha puesto una estantería hecha por él, en alto, para que le quepan más cosas”. Quien analiza el trastero es María Gallay, organizadora profesional. Lleva trabajando en este sector desde 2003. De hecho, fue quien fundó la Asociación de Organizadoras Profesionales. “Los clientes nos llaman porque ellos están viviendo su vida, y no tienen tiempo de organizar un trastero, de hacer un cambio de armario o enfrentarse a una mudanza. Te están dando ya la confianza de abrirte su casa y confiarte su caos”, explica María.

Lo normal no es encontrar un trastero como este que visitamos, sino que en los trasteros a los que acuden las organizadoras “no se ve lo que hay al final”. Estas profesionales casi podrían hacer un estudio antropológico o psicológico tras pasar unos días poniendo orden en nuestro trastero. “Lo habitual es que la gente guarde muchas cosas de otras épocas que han ganado mucho más. Les iba bien las cosas y compraban y compraban...Porque el problema es que no paramos de consumir, de meter cosas en casa y no sacamos nada, no dejamos ir”. “Dejar ir”, “sacar”, “donar”...cualquier palabra se utiliza, menos tirar. “Eso no lo decimos nunca, piensa que hay personas que quieren más a sus cosas que a algunos miembros de su familia”.

Que queremos guardar está claro. Rosa Fuentes es Store Manager, de Pongotrasteros. Esta empresa se ha establecido en un barrio madrileño donde las casas tienen más de veinte años y entonces no se construían trasteros. Por eso quizás tienen el 75% de sus instalaciones alquiladas- ellos solo alquilan, no venden-. En la empresa de al lado, donde está el trastero que visitamos con María Gallay, casi al 95%. Estos trasteros se han construido en un antiguo edificio textil reconvertido. “Tenemos trasteros de un metro cuadrado hasta 20 metros cuadrados. Los precios varían según los metros, cuenta Rosa, pero están en torno a los cuarenta euros con IVA. ¿Quieres que te enseñe el de veinte metros?”. Ahora está vacío pero asegura que una empresa lo ha tenido alquilado durante unos cuantos meses para meter su material de oficina. “Este es ideal para hacer una mudanza, puedes meter los muebles de una casa de doscientos metros, perfectamente apilados y colocados en este espacio”, explica la encargada.

Trasteros para maletas, bicicletas y las cosas de los niños que no caben ni en los armarios, ni debajo de las camas en casa. Pero también trasteros para pequeñas empresas con un negocio específico que no requiere de sede. “Hay autónomos que trabajan desde casa y necesitan almacenar sus productos en algún sitio”. Y luego hay gente para todo. Mientras se realizaba este reportaje le pedimos a un propietario si tendría inconveniente en enseñarnos lo que guarda en su espacio. Sí, lo tiene. No quiere. “No se lo tengas en cuenta - dice María - a la gente no le gusta enseñar sus cosas”. Es como llamar al timbre con una cámara y pedir que te enseñen su dormitorio. Al final conseguimos saber que tienen cuatro trasteros en propiedad y que únicamente guardan libros. ¡Cuatro trasteros para guardar libros!.

Si recuerdas a la organizadora profesional Marie Kondo, precursora en Occidente de esta tendencia por sus libros y programas de televisión, recomendaba no acumular más de treinta libros. Tenemos un problema. “Los métodos de Oriente que propone Marie Kondo no van a funcionar siempre aquí en Occidente", explica María. Los japoneses tienen la costumbre ancestral de una vez al año vaciar la casa, revisar todo lo que no sirve, dejarlo ir, limpiar a fondo detrás de cada mueble casi con un cepillito de dientes. Y se involucra toda la familia. Eso aquí no se hace”. Aquí, como dice María, se guarda por si acaso, porque lo tengo cariño, porque me da pena, porque era de mi madre....Y las empresas de trasteros están encantadas rehabilitando espacios para dar rienda suelta a nuestra obsesión por acumular. Pero no te preocupes, la organizadora profesional dice que es lo normal.