El ejemplo de un autónomo para entender por qué solo el 3% aprovecha el permiso de paternidad completo: "No sé cómo lo hacen"

En la construcción o en la agricultura, menos del 17% de los padres deciden continuar con la baja más allá de las seis semanas obligatorias

Unos padres paseando con su hijo por la Avenida Diagonal de Barcelona
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Victoria Ballesteros

Victoria Ballesteros explica las diferencias a la hora de coger un permiso laboral por nacimiento con dos testimonios de familias

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

En España, el permiso de paternidad está reconocido como un derecho igualitario para madres y padres: 16 semanas intransferibles para cada uno. Pero, a pesar de este marco legal, la realidad es que el uso de este permiso dista mucho de ser equitativo. Y el motivo principal no es cultural, sino económico. “Yo estoy incorporado todo el rato porque soy el dueño de mi empresa”, explica un padre autónomo que ha sido padre recientemente. “Trabajando cuando puedo. Mi mujer ha cogido la baja y luego una excedencia por cuidado de menor, que no sé cómo lo hace la gente que no puede y tiene que trabajar”.

La reflexión forma parte de un reportaje emitido en COPE por la periodista Victoria Ballesteros, quien ha analizado un reciente estudio del Instituto de Estudios Fiscales que revela una conclusión contundente: el bolsillo también marca los cuidados de los hijos en sus primeros meses de vida. Según el informe, solo el 3% de los trabajadores autónomos aprovecha las 16 semanas completas de permiso. Entre las familias con menos recursos, es casi imposible alargar la baja más allá de las seis semanas obligatorias.

“No me puedo permitir parar”

Las cifras del informe son claras. Solo 2 de cada 10 hombres optan por disfrutar de su baja cuando la madre se reincorpora al trabajo, lo que pone de manifiesto que el diseño legal del permiso por nacimiento aún no garantiza una verdadera corresponsabilidad. “No me puedo permitir parar, aunque tenga derecho”, aseguran muchos trabajadores en los sectores más precarizados. En construcción y agricultura, por ejemplo, menos del 17% de los padres amplían su baja. En cambio, en ámbitos como las finanzas o las telecomunicaciones, ese porcentaje se acerca al 50%.

Este desequilibrio también responde a la lógica económica del hogar. En las familias con rentas más altas, hay más margen para planificar y asumir la reducción de ingresos que implica estar de baja. En las rentas más bajas, el padre suele reincorporarse cuanto antes para mantener la economía familiar a flote. Según datos recogidos por Ballesteros, el uso de la baja por paternidad en solitario —cuando la madre ya ha vuelto al trabajo— es tres veces más habitual en familias con mayor nivel adquisitivo.

Dos mujeres musulmanas con un bebé caminando por una calle peatonal junto al río, Manlleu, Cataluña

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Dos mujeres musulmanas con un bebé caminando por una calle peatonal junto al río, Manlleu, Cataluña

El caso de los autónomos es especialmente llamativo. Aunque en teoría pueden disfrutar del permiso igual que cualquier trabajador por cuenta ajena, la mayoría no lo hace por una razón sencilla: si no trabajan, no ingresan. La Seguridad Social les permite acceder a la prestación, pero el coste indirecto de parar, ceder clientes o interrumpir la actividad profesional es difícilmente asumible. De ahí que apenas un 3% de los autónomos decidan acogerse a la totalidad de las semanas.

Una ley igualitaria, un uso desigual

La ley, aprobada en 2021, supuso un gran avance en materia de conciliación. Equiparó los derechos de madres y padres y eliminó la posibilidad de transferir semanas entre progenitores, buscando así impulsar la corresponsabilidad. Pero tres años después, los datos muestran que el entorno laboral, el tipo de contrato y el nivel de ingresos siguen marcando la diferencia.

No es que no quiera quedarme en casa con mi hija, es que no puedo permitirme cerrar la tienda durante un mes”, resume otro padre entrevistado. Una situación que también denuncia el colectivo de autónomos, que reclama medidas adicionales para que el derecho sea realmente efectivo. Propuestas como la bonificación de cuotas, la cobertura de suplencias o ayudas específicas por nacimiento podrían aliviar esa carga y facilitar que más padres ejerzan su derecho a cuidar.

Pareja joven paseando con un cochecito de bebé en el parque del Retiro de Madrid

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Pareja joven paseando con un cochecito de bebé en el parque del Retiro de Madrid

En paralelo, entidades como el propio Instituto de Estudios Fiscales o el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social han publicado estudios y guías informativas sobre cómo acceder a esta prestación, pero los obstáculos siguen siendo mayoritariamente estructurales.

El reto, por tanto, no está solo en reconocer el permiso, sino en garantizar que pueda disfrutarse en condiciones de equidad. Porque como dice uno de los padres entrevistados: “La ley es igual para todos, pero no todos estamos igual para cumplirla”. Una frase que resume por qué miles de hombres en España, especialmente autónomos o trabajadores precarios, aún ven su permiso de paternidad como un lujo, no como un derecho.

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