El aumento de los índices de delincuencia convierten a Barcelona en la ciudad sin ley

Según el barómetro municipal, la delincuencia es ya el principal problema de los barceloneses

El aumento de los índices de delincuencia convierten a Barcelona en la ciudad sin ley

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La presencia de ‘manadas’ en las ciudades españolas se está extendiendo como la pólvora. El último caso conocido ha tenido lugar en el barrio barcelonés del Poblenou, donde dos hombres y una mujer fueron detenidos por los Mossos por la presunta agresión múltiple a una mujer a la que habrían tenido secuestrada durante varios días.

Pese a que la constitución de ‘manadas’ es un mal que afectan especialmente a las grandes urbes, lo cierto es que este último caso viene a sumarse a otros actos delictivos que de manera cada vez más frecuente se está produciendo en la ciudad condal. Según el barómetro municipal, la delincuencia es ya el principal problema de los barceloneses. No es para menos, teniendo en cuenta que las denuncias por hurtos en la capital catalana fueron de 109.154 en 2018, lo que supone un crecimiento del 17% con respecto a 2017, según datos del Ministerio del Interior.

Una preocupación que también ha llegado a la clase política de ámbito municipal. Prueba de ello es que en el acuerdo firmado entre Barcelona en Comú y el PSC para gobernar la ciudad, se contempla el refuerzo de la seguridad con una concejalía específica para tal fin. Claro que para que la preocupación haya llegado a la administración local, ha sido necesaria previamente la insistente queja vecinal, que ha procedido de sectores tan diversos como comerciantes, turismo, hostelería y plataformas de vecinos. Las cifras hablan por sí solas. Los últimos datos oficiales revelan que el índice de robos violentos en Barcelona ha aumentado en más de un 30% durante la primera mitad de este año.

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Muchos achacan estas mayor inseguridad ciudadana al fallo del Tribunal Supremo correspondiente a julio de 2017, cuando avaló la reforma de 2015, por la que el ladrón que se apropiara de algo ajeno sin el uso de la violencia, será castigado con una simple multa, siempre y cuando lo sustraído no fuera superior a los 400 euros. De esta manera, los delincuentes se sienten impunes, al tener garantizado por ley que no ingresarán en prisión.

Los hurtos y robos afectan especialmente a los turistas. Los cacos siguen en aumento, por lo que la preocupación entre los comerciantes crece, ya que podría afectar a sus negocios ante la imagen que podrían llevarse los visitantes una vez que regresan a sus territorios de origen. Tanto es así que son reiteradas las ocasiones en el que el personal del hotel ha tenido que acompañar a comisaría a los turistas que se han visto atracados.

La inseguridad en Barcelona, donde la delincuencia no para de crecer, ha provocado que algunos vecinos tomen la iniciativa. Se han reactivado patrullas ciudadanas en el metro, que existían años atrás y se han creado grupos en las redes sociales donde se difunden delitos y fotografías.

Angy es miembro de una de las patrullas. Según ha relatado al podcast que se emite en COPE.es ‘Crimen y castigo’, le quitaron el móvil en el metro sin que se diera cuenta. Esta experiencia la impulsó a ponerse en contacto con Eliana Guerrero, probablemente la cazacarterista más conocida del metro de Barcelona. Y fue así como Angy pasó a formar parte de uno de los grupos que recorren el suburbano barcelonés para prevenir la actividad de los ladrones.

Otro de los grupos es el Residents Organization Against Robbery (ROAR), que significa rugir en inglés, y que en su grupo de Facebook ya cuenta con más de nueve mil miembros. Una de las componentes de ROAR, Mery peña, ha revelado también en ‘Crimen y castigo’ que muchos de los miembros del grupo son extranjeros afincados en Barcelona. El hecho de parecer turistas los hace más susceptibles de ser víctimas de carteristas. Su marido, británico de origen, ha sido víctima de los ladrones que actúan en la capital catalana.

Pero la actividad de estos grupos no está bien vista por parte del Sindicato Profesional de Seguridad. Su secretario de organización, Nacho Arroyo, asegura que estos grupos acaban provocando problemas, como peleas, y que en ocasiones se extralimitan en sus acciones. Los profesionales encargados de la seguridad en el suburbano de la capital catalana tienen muy claro que los responsables del incremento en la inseguridad en el metro son Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), la empresa que lo gestiona, y el Ayuntamiento de la ciudad. Afirman que la presencia de personal de seguridad ha descendido hasta un 50 %.

TMB no ha querido valorar la existencia de estas patrullas ciudadanas y nos han remitido a los Mossos d'Esquadra. Desde TMB, se han limitado a asegurar que “su actuación en este asunto es de total colaboración con la seguridad pública, además de centrar los recursos disponibles en la prevención a través de mensajes por los canales de comunicación propios, y la disuasión, a través de los sistemas y equipos de vigilancia”. Por lo que refiere a los Mossos d'Esquadra, fuentes policiales han contado a ‘Crimen y castigo’ que valoran positivamente la colaboración ciudadana en la lucha contra la delincuencia, siempre y cuando, no se ponga a nadie en riesgo.