El Congreso llega a fin de año sin investidura y cargado de interrogantes

Ahora mismo todo lo que envuelve el debate de investidura es una incógnita, agravada además porque todo apunta a que se celebrará en un mes inhábil

Pedro Sánchez en imagen de archivo

Agencia EFE

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El Congreso de los Diputados llega al término de 2019 con multitud de interrogantes aún sin respuesta, el más acuciante la convocatoria y organización de la sesión de investidura de Pedro Sánchez tras el encargo del Rey.

Ahora mismo todo lo que envuelve dicho debate, "la prioridad" de la Cámara después de las elecciones, en palabras de su presidenta, Meritxell Batet, es una incógnita, agravada además porque todo apunta a que se celebrará en un mes inhábil.

Enero está fuera de los periodos ordinarios de sesiones en el Congreso

Enero está fuera de los periodos ordinarios de sesiones en el Congreso, por lo que la gestión de cuantos asuntos debata y acoja la Cámara Baja durante sus 31 días depende de la Diputación Permanente.

A tres días de que acabe el año, la Mesa del Congreso no ha procedido a la creación de este órgano que gobierna la institución en periodos inhábiles.

La cuestión fue discutida durante la última reunión de la Mesa, el pasado lunes, según han explicado a Efe fuentes parlamentarias.

Si 2019 expira sin Diputación Permanente, enero comenzará en "un vacío de poder" que se alargará tanto como tarde en configurarse dicho órgano, aseguran fuentes de la Mesa consultadas.

Un modo de suplir este "vacío" pasa por que el órgano de gobierno del Congreso declare enero mes hábil y, por tanto, no haría falta que se formara la Diputación; asimismo, se mantendrían los días habituales para la fijación de cualquier debate ante el pleno, que son de martes a viernes, ambos incluidos, según indica el reglamento.

Sin embargo, de momento no hay reunión prevista de la Mesa para que apruebe esta declaración que habilite enero.

Pero ello no afecta a la convocatoria de la sesión de investidura. El reglamento del Congreso define el procedimiento para poner una fecha a un debate como éste dentro del tiempo catalogado como "inhábil".

"La Cámara solo podrá celebrar sesiones extraordinarias a petición del Gobierno, de la Diputación Permanente o de la mayoría absoluta de los miembros del Congreso", recalca la normativa de la institución.

Por tanto, basta con que el Ejecutivo en funciones de Pedro Sánchez curse la solicitud, y entonces "la Presidencia convocará la sesión extraordinaria" con el orden del día que se haya propuesto.

Cuándo lo hará el Gobierno es el gran interrogante y, por ello, la actividad de la Cámara avanza muy lentamente una vez constituidos los grupos y distribuidos los escaños y despachos de cada diputado.

Tiempo "físico" (término empleado por la portavoz del Ejecutivo en funciones, Isabel Celaá) para que la sesión comience el 2 de enero aún existe, ya que nada regula el plazo de antelación que debe darse para un debate de estas características.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, recibida la notificación del Gobierno, puede incluso comunicar la fecha 24 horas antes, siempre y cuando se asegure de que los diputados estarán a tiempo en el hemiciclo.

Sería inédito que la segunda votación, previsiblemente la definitiva, puesto que parece descartada la mayoría absoluta necesaria en la primera, tenga lugar el 5 de enero de 2020, víspera del Día de Reyes y, además, domingo.

Los departamentos de la Cámaras, desde Taquigrafía a Protocolo, incluidos ujieres y agentes de la Comisaría del Congreso, están preparados para afrontar la investidura en caso de que se ubique en una fecha tan señalada del calendario navideño. Los trabajadores están sobre aviso.

Ahora bien, superada la investidura, primer paso para que haya un nuevo Gobierno con plenas facultades ejecutivas y, por tanto, listo para ser controlado por el Parlamento, el Congreso tendrá que activar una maquinaria que durante 2019 apenas ha funcionado.

Los grupos ya registran proposiciones de ley, proposiciones no de ley y preguntas al Gobierno para que se respondan por escrito, y la Mesa las va calificando.

Sin embargo, durante este año no se ha culminado la tramitación de un solo proyecto o proposición de ley. La agenda legislativa española se ha estancado.