La derrota de Susana Díaz frente al sanchismo: de intentar liderar Ferraz a desaparecer del panorama político

Su marcha supone también reforzar la imagen de Sánchez, ya que el actual presidente del Gobierno encontraba en la política andaluza una importante oposición

Javi García

Publicado el - Actualizado

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Susana Díaz se ha enfrentado este domingo a un importante punto de inflexión en su carrera política. La derrota de la todavía secretaria general del Partido Socialista suponen un importante revés para una política que hace no mucho se postulaba a ocupar el despacho noble de la sede nacional del PSOE en la calle Ferraz.

Ahora, Díaz decide dar un paso al lado y no buscará un resurgimiento político en el próximo congreso regional del PSOE andaluz que se celebrará en el mes de diciembre, dejando casi vía libre a Juan Espadas para liderar al PSOE en esta región.

Su marcha supone también reforzar la imagen de Pedro Sánchez, ya que el actual presidente del Gobierno encontraba en la voz de la política andaluza una importante oposición a su proyecto de partido y también a su forma de entender la política. Por lo tanto su crítica al sanchismo ha supuesto el fin de su carrera política.

Esta cicatriz entre ambos dirigentes se abrió en el año 2016, cuando Susana Díaz comenzaba a postularse como candidata a liderar el PSOE nacional en aquel Congreso Federal que terminó con la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general, debido a su intención de no permitir el nombramiento de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

Con Sánchez fuera, Susana Díaz iba soltando píldoras que buscaban reforzar su liderazgo, aunque Sánchez ya planeaba, trabándose a las bases, el asalto de nuevo a la secretaria general. En 2017, Sánchez y Susana Díaz se enfrentaban en unas primarias a nivel nacional que terminaron con el regreso del actual presidente del Gobierno a la máxima responsabilidad del partido de la calle Ferraz.

Desapareciendo, cada vez más, del día a día del partido a nivel nacional, la todavía por aquellos tiempos presidenta de Andalucía se enfrentaba a sus últimos meses en el Palacio de San Telmo, ya que en diciembre del año 2018 tuvo que hacer frente a uno de los momentos más importantes de la historia reciente de la política de nuestro país.

El 2 de diciembre del año 2018, el Partido Socialista perdía por primera vez, después de más de 30 años de poder en Andalucía, la presidencia de esta comunidad, ya que la suma de PP, Ciudadanos y Vox permitía desbancar a la izquierda de la presidencia de Andalucía.

Estas elecciones fueron anticipadas debido a la cercanía de la sentencia de los ERE, un caso judicial que ha salpicado de lleno a pesos pesados de la historia reciente del PSOE en esta región.

De esta manera, Andalucía se convertía en el primer ejemplo de gobernanza política liderado por el centro-derecha que se ha extrapolado a otras plazas importantes como la Comunidad de Madrid, hasta la disolución de la Asamblea por parte de Ayuso, y al Ayuntamiento de Madrid.

La debacle electoral de Díaz no supuso su marcha de la política, ya que la dirigente decidió liderar la oposición a Juanma Moreno, defendiendo que ella había sido la que ganó las elecciones y esperando una nueva oportunidad para reforzar su perfil político.

Pero los meses continuaban pasando y el liderazgo de Díaz cada vez era menor, hasta que en estas últimas semanas marcadas por la campaña de las primarias, su choque con Sánchez se ha acentuado: pidiendo que desde la calle Ferraz no se interfiriera en el proceso andaluz y siendo consciente de que Juan Espada era el candidato apoyado por el aparato a nivel nacional.

Además, la expresidenta andaluza se ha quejado además de que lleva dos años sufriendo críticas y desplantes porque no ha querido insertar en sus listas a figuras importante del PSOE-A: "No quiero a mi lado palmeros, ni oportunistas en busca de cargos".

Pocos minutos después de confirmarse la victoria de Espadas, Susanna Díaz decidía decir adiós a la política andaluza y son varias las conclusiones que se pueden sacar de esta decisión, pero sobre todo una: Sánchez ha conseguido silenciar a una de las voces más críticas con su proyecto de partido.