El discurso de Felipe VI, cierre de un año desolador

El Monarca aparecerá en televisión ante los españoles tras uno de los años más difíciles de su reinado

El discurso de Felipe VI, cierre de un año desolador

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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Felipe VI se dirige este año a los españoles en Nochebuena tras un año desolador en el que la pandemia ha dejado en España 70.000 muertes más de las que habitualmente se producen y provocado una crisis económica de consecuencias aún impredecibles. Un 2020 que también recordaremos por la ruptura entre el jefe del Estado y su padre y por la salida meses después del Rey Juan Carlos de España en pleno asedio a la corona.

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En este contexto pronunciará el Rey su discurso más personal del año y su séptimo discurso de Navidad, uno de los más difíciles de su reinado a semejanza del año sufrido por todos los españoles. Y lo hace pocos días después de que el equipo jurídico de su padre anunciase el pago de 678.393 euros para regularizar su situación con Hacienda y evitar una causa judicial.

De él se espera un mensaje de apoyo y aliento a la nación en medio de la catástrofe humana, social y económica por la pandemia y también alguna alusión a las actuaciones del Rey emérito quien, a punto de cumplir los 83 años, reside actualmente en Abu Dabi y, tal y como adelantó Carlos Herrera en “Herrera en COPE”, ha desistido de volver en Navidad como quería a pesar de no tener, de momento, ninguna causa pendiente con la justicia.

Que Felipe VI no se haya pronunciado sobre los escándalos que, en paralelo a otras investigaciones, salpican a su padre no equivale a que no haya actuado con contundencia, algo que más que en las palabras se ve en los actos y que responde a su promesa de ejemplaridad de la que ha hecho su santo y seña desde el minuto uno de su reinado.

Y por la vía de los hechos, la prueba más contundente este año llegaba con un anuncio bomba: la renuncia de Felipe VI a su herencia y su decisión de privar a su padre de su sueldo tal y como hizo saber Zarzuela la tarde del domingo 15 de marzo, al día siguiente de entrar en vigor el estado de alarma.

Según supimos entonces, en 2019 el jefe del Estado acudió a un notario para registrar su renuncia tras enterarse de que figuraba como beneficiario de fondos opacos en el extranjero gestionados presuntamente con la participación del Rey Juan Carlos. Justo después de este momento Zarzuela anunciaba la retirada de la vida pública del padre del Rey.

Además de lidiar con los asuntos de su padre, Felipe VI ha visto multiplicarse los ataques en público en su contra dentro del propio Ejecutivo que le prometió lealtad al tomar posesión de sus cargos. Desde Podemos el vicepresidente Pablo Iglesias y el ministro Alberto Garzón han cuestionado su neutralidad, alentado caceroladas o editado vídeos que equiparan a la familia real con el narcotraficante Pablo Escobar sin que el presidente del Gobierno les cortase las alas.

Otro capítulo aparte merecen las publicaciones en torno a una carta remitida por un grupo de ex militares sobre la situación política y las amenazas para cohesión del país que, a su juicio, supone el Gobierno de coalición y de los comentarios antidemocráticos de algunos de estos militares retirados en un chat. Una misiva a la que el Rey no contestó y que remitió al Ministerio de Defensa.

Pese a la sucesión de ataques también de los independentistas y a veces de desplantes del propio jefe del Ejecutivo como el dejarle fuera de presidir la entrega de los despachos a los nuevos jueces en Barcelona o precisamente ante ellos, la figura de Felipe VI sigue en forma.

Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas CIS, solo el 0,3 por ciento considera que la monarquía es un problema. Y el Rey también sale reforzado en la última encuesta de Metroscopia que cifra en el 74 por ciento quienes respaldan el papel de Felipe VI, cuatro puntos más que en 2019.

Algo achacable sin duda a un Rey que ha seguido trabajando como siempre, pero, con el añadido este año, de contribuir también, con sus contactos, a mejorar la respuesta frente a la pandemia por ejemplo cuando había penuria de materiales de protección. También es mayoritariamente apreciada su labor como padre con la Princesa Leonor multiplicando sus discursos en público. Pero si algo valoran los españoles de Felipe VI es su capacidad de anteponer los intereses de la corona a los de su propia familia y en 2020 lo ha vuelto a hacer.