¿Dónde están ahora los protagonistas del famoso 'Tamayazo'?

En 2003, las abstenciones de Eduardo Tamayo y de María Teresa Sáez impidieron que Rafael Simancas alcanzara la presidencia de la Comunidad de Madrid. Hoy viven casi en el anonimato

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David Ferreiro

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Han pasado ya 18 años desde el famoso escándalo conocido como el 'tamayazo', un término que ha trascendido hasta nuestros días y que en el último mes, con motivo de las múltiples mociones de censura que se han llegado a plantear en el panorama político de nuestro país, ha vuelto al primer plano mediático. Pero, ¿qué fue el 'tamayazo'? ¿Dónde se encuentran sus protagonistas a día de hoy?

La respuesta a la primera de las preguntas resulta bastante más fácil de explicar que a la segunda. El 'tamayazo' fue un escándalo político ocurrido en 2003, en el marco de las elecciones a la Asamblea de Madrid. En junio de aquel año, cuando se estaba celebrando la sesión de la votación a la presidencia de la Cámara, dos miembros de su partido, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, decidieron no acudir a la sesión.

Esto desencadenó primero en que los socialistas, que sumaban la mayoría con Izquierda Unida, no consiguieran elegir a Francisco Cabaco como presidente de la Asamblea, por lo que los populares colocaron a Concepción Dancausa como presidenta.

Tras constituirse la Cámara y en medio de todo el escándalo surgido por la decisión de Tamayo y Sáez -que pasaron a integrar el Grupo Mixto-, Simancas se postuló como el único candidato con opciones de salir victorioso, pero no lo consiguió en ninguna de las dos votaciones por sendas abstenciones de los ex socialistas. Esto llevó a una repetición de las elecciones meses después que le otorgaría la mayoría absoluta a Esperanza Aguirre.

El escándalo salpicó la política nacional, ya que el PSOE acusaba a los dos políticos de tránsfugas y de haber recibido dinero de las manos de sus adversarios, mientras que el PP afirmaba no tener nada que ver con los conflictos internos de la izquierda. Esto conllevó la apertura de una comisión de investigación, pero nunca se ha conseguido demostrar su veracidad. Mientras, Tamayo y Sáez siempre han defendido que su decisión estuvo motivada por su negativa al acuerdo entre los socialistas con Izquierda Unida.

Sus nuevas vidas

Tras todo el escándalo mediático, los dos protagonistas decidieron continuar en política, fundando un nuevo partido bajo el nombre de Nuevo Socialismo que se llegó a presentar a los comicios de finales de 2003. A partir de este punto, las vidas de Eduardo Tamayo, líder de la nueva formación, y de María Teresa Sáez tomaron caminos opuestos.

Tamayo trató de colocar a su nueva formación en el imaginario colectivo, basando su campaña en en el eslogan "honraded probada", haciendo alusión a que, según su versión, su decisión fue tomada desde la conciencia individual. Sin embargo, la imagen que el resto tenía de él era la contraria. Tamayo era visto como un vendido.

Además, competir contra el resto de partidos era poco menos que una quimera, sobre todo teniendo en cuenta la diferencia entre presupuestos. El resultado fue el que se podía esperar: desastre absoluto. Nuevo Socialismo sacó unos 6.000 votos y se quedó fuera del parlamento madrileño. Pero no se rendiría tan facilmente.

Su formación continuaría existiendo hasta el año 2008, cuando se integraría dentro del nuevo Partido Socialdemócrata, con el que Tamayo lo intentaría por última vez en el mundo de la política. En esta ocasión el desenlace fue incluso más cruel. Apenas consiguieron un millar de votos, lo que le hizo abandonar definitivamente la política y pasarse al mercado inmobiliario. Su nueva vida no fue mucho más tranquila, puesto que además de emigrar a Guinea Ecuatorial en un estrategia un tanto extraña, a finales del año pasado se vio salpicado por una supuesta implicación en un delito de extorsión a unos empresarios gallegos. Sin embargo, la causa fue archivada a principios de 2021 por falta de pruebas.

Por su parte, tras el batacazo electoral en el año 2003, María Teresa Sáez decidió abandonar por completo la vida política y optó por un perfil mucho más bajo. Tras alejarse del foco mediático, tuvo una vida bastante más tranquila, recuperando su plaza pública y reincorporándose a su anterior trabajo como administrativa en el hospital madrileño 12 de Octubre. Desde entonces, poco o nada se ha sabido sobre su vida.

Ellos dos fueron los principales protagonistas de un escándalo que, casi dos décadas después, sigue sobrevolando la política nacional.