INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Experto en derecho de autor:"No podrás lucrarte de algo escrito por ChatGPT3"

Martí Rodríguez Vidal

Agencia EFE

Publicado el - Actualizado

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Martí Rodríguez Vidal

La irrupción de sistemas de inteligencia artificial para escribir textos amenaza con sacudir los cimientos de los derechos de autor, aunque nadie podría "registrar como suyo ni lucrarse" con un libro hecho por ChatGPT3 porque "no hay esfuerzo creativo en ello", según el abogado José María Anguiano.

En una entrevista con EFE, Anguiano, letrado experto en derechos de autor e inteligencia artificial (IA), explica que la legislación española actual lo prohíbe y que se trata de una cuestión de política normativa: "Las leyes de propiedad intelectual están para fomentar la creatividad. No podemos incentivar creaciones en las que no hay esfuerzo o cuando no haces una aportación", asegura.

De la misma manera, Anguiano asegura que un texto o producto surgido de una IA tampoco se puede registrar a nombre del software que lo haya generado "porque las máquinas no tienen personalidad jurídica, no pueden ser titulares de derechos ni de deberes".

Tampoco el ingeniero que ha diseñado la inteligencia artificial puede atribuirse la autoría de algo creado por ella, según explica Anguiano, "porque no hay suficiente intervención humana".

De hecho, sostiene que tales creaciones no pueden ser registradas ni comercializadas por nadie: "Las creaciones de cualquier inteligencia artificial no puede registrarlas como propiedad ni la máquina, ni el creador de la máquina, ni el que le ha dado las instrucciones a la máquina. Esos productos pasan al dominio público", asevera el reconocido jurista.

El abogado, socio del prestigioso bufete de abogados Garrigues y especializado en cuestiones de propiedad intelectual y tecnología desde hace más de 25 años, ha realizado un informe sobre los retos que la inteligencia artificial supone para los derechos de propiedad intelectual y ha analizado la situación en diferentes países.

EL DILEMA DE THALER

Anguiano ilustra la situación de imposibilidad de registrar o comercializar una creación hecha por una inteligencia artificial a través del caso del doctor Thaler.

El doctor estadounidense Stepen Thaler creó hace algunos años un sistema de inteligencia artificial llamado DABUS ('device and method for the autonomous bootstrapping of unified sentience') que crea invenciones sin ninguna intervención humana: "No hace falta darle instrucciones, solo encenderlo. Ella sola va generando inventos", dice Anguiano.

En 2018 Thaler intentó patentar en varios países dos creaciones generadas por DABUS: un contenedor de comida que utiliza tecnología avanzada para adaptarse a la forma del contenido y un dispositivo médico para mejorar la atención óptica del ojo.

"Thaler ha intentado registrar esas patentes en Estados Unidos, en la Unión Europea y en 15 países más. Y en todos se lo han denegado diciéndole que no hay suficiente intervención humana en la creación", explica Anguiano, que añade: "Ha recurrido esas decisiones, pero si las pierde, las invenciones de DABUS pasarán a dominio público".

Por la misma regla de tres, Anguiano afirma que Open AI, el desarrollador de la inteligencia artificial ChatGPT, no podría patentar nada que haya generado el software ni tampoco el usuario que le da instrucciones para que genere un texto.

"LOS CREADORES NO ESTÁN MUY CONTENTOS"

Otro de los problemas que ha traído la llegada de la inteligencia artificial es que estas, para poder generar textos, imágenes o cualquier otra creación, necesitan alimentarse de otros textos, imágenes e ideas para detectar patrones y poder reproducirlos, lo que lleva a los desarrolladores de estos 'software' a "nutrir" a las IA con todo tipo de productos que pertenecen a otros autores.

Uno no puede reproducir o comercializar un producto que esté protegido, pero, ¿puede utilizarlo como "inspiración" para que una máquina genere otras creaciones siguiendo esos patrones?

"En Estados Unidos algunos creadores ya han demandado por ello y los tribunales están resolviendo a favor de las máquinas, permitiendo que se alimenten con esos productos, alegando que es lo mismo que si una persona se inspira en una obra leyéndola", explica Anguiano, que matiza que "los autores no están muy contentos con la situación".

En Europa, según el abogado, los tribunales se están pronunciando en la misma dirección.

UNA NUEVA PELÍCULA BASADA EN HARRY POTTER

Anguiano añade que, a pesar de la negativa general a permitir que alguien registre una creación de una IA, el Reino Unido está a punto de aprobar una ley que sí lo va a permitir y que también abre la puerta al uso comercial de esos productos.

"Si eso se aprueba, podrías alimentar a una IA con los libros de Harry Potter y que creara un guion de una película basado en los mismos patrones y tramas, aunque sin utilizar los mismos nombres ni personajes, y podrías comercializarla".

Con todo, el abogado considera que la llegada de la inteligencia artificial hará "tambalear a los cimientos jurídicos" del sistema de derechos de autor y hace un pronóstico para los próximos años en este terreno judicial: "Habrá mucha guerra".