"La gente mayor no se fio desde el principio de esta crisis"
La Alberca de Záncara, en Cuenca, ha visto como muchos de sus veraneantes han buscado en el pueblo el refugio al coronavirus
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María lleva la única farmacia del pueblo. A pesar de contar con la ayuda de dos auxiliares estos días no da abasto. "Yo me temí lo que iba a pasar. Que mucha gente que vive fuera y que viene en fin de semana se iba a venir al pueblo a refugiarse. Es verdad que mucha gente vino pero otra no. La gente con niños ha sido prudente y no se ha venido".
Los mayores del pueblo, nos cuenta, son los que más se preocuparon de la situación desde el principio. "Cuando se empezaron a oír las primeras cosas parecía que no iba a pasar nada. Pero la gente mayor no se fiaba porque han vivido muchas cosas. Y empezaron a llevarse sus medicinas, a preguntarnos si pasaba algo, si íbamos a tener de todo". Hoy ese temor de los mayores se ha trasladado a todo el pueblo y a su funcionamiento. "En la farmacia hemos tenido que poner una mampara. Se les atiende de uno a uno". Confiesa la lástima que le produce esta situación. "Es triste verles haciendo cola en la calle, igual que en el supermercado o en la panadería".
Lo peor ha llegado con la muerte de uno de sus vecinos, Ángel, y el saber que su mujer está ingresada en estado grave. Sin embargo, todos a una han demostrado lo que es trabajar estos días de forma conjunta. "El ayuntamiento ha puesto a disposición de todos el teléfono de todos sus concejales por si necesitan algo, compra, algo de la farmacia… cualquier cosa. Además muchos agricultores como tienen cubas para el campo están haciendo la limpieza de las calles".