La guardia civil que presuntamente asesinó a sus hijas en Quintanar integraba un equipo de violencia de género

La guardia civil que se quitó la vida en Quintanar del Rey, Cuenca, tras presuntamente acabar con la vida de sus dos hijas, de 9 y 11 años, formaba parte de un equipo de los que se ocupan de los asuntos de violencia de género en la compañía de Motilla del Palancar. Así lo ha confirmado este viernes el delegado del Gobierno, Francisco Tierraseca, que también explicó que la mujer tenía servicio este jueves y "no acudió a la hora establecida" con su compañero de patrulla para realizar dicho servicio, por lo que este fue a buscarla a casa y allí se encontró con los hechos.

Este sábado en el cementerio de la localidad conquense serán enterradas las dos niñas. Los cuerpos están en el tanatorio desde el mediodía de este viernes después de que se les practicara la pertinente autopsia en el Instituto Anatómico Forense. El alcalde de Quintanar, Martín Cebrián López, ha explicado que la Guardia Civil está gestionando con la familia de la madre de las menores dónde desplazar su cuerpo, ya que la mujer no tenía vínculos con la localidad conquense. El funeral se oficiará en la parroquia del municipio.

Tierraseca no ha aportado más datos del suceso. Tampoco tiene el dato de que hubiera en marcha algún proceso de traslado de la agente, ni si éste iba a ser a Algeciras, de dónde era natural la guardia civil. Preguntado sobre las evaluaciones del estado psicológico de los integrantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, explicó que "cualquier hecho dramático de esta naturaleza en los cuales se producen muertes, y no solo de la propia persona sino de descendientes, nos tiene que llevar a reflexionar" sobre esta cuestión con "los integrantes de cuerpos y unidades que portan armas".

Las sospechas

El delegado del Gobierno ha indicado que no consta que la guardia civil tuviera baja médica por problemas psicológicos oficialmente. "La vigilancia siempre es poca, es muy importante el control de las armas", ha reflexionado, remitiéndose al protocolo existente tanto en la Guardia Civil como en la Policía Nacional, "para que ese trabajo que realizan con armas sea lo más estricto posible".

Según ha especificado, los protocolos intentan avanzar para que el control "sea mayor y no se haga un mal uso del armamento puesto a disposición para su labor", aunque "siempre es bueno mejorar y poder profundizar sobre todo en que llevar un arma reglamentaria siempre comporta un riesgo por su uso y, desgraciadamente, resultados como hemos visto debemos evitarlos en el futuro".