Juan Carlos I, el monarca que posibilitó la Transición española

El que fuera jefe del Estado ha comunicado este lunes a Felipe VI que abandona el país tras el goteo de informaciones sobre sus negocios

Juan Carlos I, el monarca que posibilitó la Transición española

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La figura del Rey Juan Carlos I de España será recordada por muchas cosas en nuestro país. Desde una Transición a la democracia que fue modélica y que lideró el joven monarca, pasando por el intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981 que terminó al pronunciar el Rey un contundente comunicado, hasta las últimas informaciones que ha protagonizado ya alejado del trono, con la explosión del caso Corinna y el presunto dinero que habría estado cobrando por sus negocios.

El Rey de la Transición y del 23-F

Protagonista de uno de los reinados más largo de la historia (casi 39 años) don Juan Carlos nació en Roma el 5 de enero de 1938. Primer hijo varón de don Juan de Borbón y Battenberg y de doña María de las Mercedes de Borbón y Orleáns, a los tres años se convirtió en heredero de la Casa Real española al abdicar su abuelo, Alfonso XIII, en su padre.

Tras pasar su infancia en Italia, Suiza y Estoril (Portugal), donde los Condes de Barcelona fijaron su residencia en 1946, el 9 de noviembre de 1948 pisó por primera vez España, donde se estableció alejado de su familia. En 1954 finalizó el bachillerato en el Instituto San Isidro de Madrid y al año siguiente comenzó su formación castrense en la Academia General Militar de Zaragoza.

Tras pasar por la Escuela Militar de Marín (1957-1958) y la Academia General del Aire, en San Javier (1958-1959), de 1960 a 1961 realizó un programa de estudios monográficos de Derecho, Economía, Política y Filosofía, simultaneados entre la Universidad de Madrid y la "María Cristina" de San Lorenzo de El Escorial. El 14 de mayo de 1962 contrajo matrimonio en Atenas con la entonces princesa Sofía, primogénita del rey Pablo de Grecia. De esta unión nacieron tres hijos, las infantas Elena (1963) y Cristina (1965) y don Felipe, nacido en 1968. El 22 de julio de 1969, a propuesta de Francisco Franco, fue designado por las Cortes Españolas sucesor en la Jefatura del Estado a título de rey. Al día siguiente prestó juramento y recibió el título de Príncipe de España.

Como Príncipes de España, don Juan Carlos y doña Sofía visitaron diferentes ciudades y regiones y viajaron oficialmente a 36 países de cuatro continentes como embajadores de honor.

El 22 de noviembre de 1975, tras la muerte de Franco, fue proclamado rey, con el nombre de Juan Carlos I, y pronunció ante las Cortes su primer mensaje a la nación, en el que expresó su deseo de ser "rey de todos los españoles". Cinco días más tarde, en una ceremonia religiosa celebrada en la iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid tuvo lugar la denominada "exaltación" al trono de España.

A partir de ese momento, se convirtió en uno de los artífices de la democratización del país, que comenzó con la Ley de la Reforma Política de 1976. Otro momento destacado fue la aprobación por referéndum de la Constitución el 6 de diciembre de 1978, sancionada por el rey el 27 de ese mes. El 14 de mayo de 1977, don Juan, conde de Barcelona, jefe de la Casa Real Española, renunció oficialmente a todos sus derechos dinásticos en favor de su hijo.

Su reinado tendría que atravesar otras dificultades a medida que el tiempo avanzaba y la mayor de ellas fue el intento de golpe de Estado que fracasó en 1981 tras una histórica intervención del monarca en la televisión condenando la toma del Congreso.

Abdicación y final de la vida pública

La abdicación de Juan Carlos I en junio de 2014 puso el broche a 39 años de reinado y marcó un punto de inflexión en su figura, que ha desembocado primero en su retirada de la vida pública hace un año y, ahora, en su marcha de España ante las turbulencias causadas por sus presuntos negocios ocultos en Suiza.

Figura clave para la democracia española, don Juan Carlos ha pasado a ser cuestionado por el Gobierno y por una parte de la clase política a la espera de si los fiscales del Tribunal Supremo deciden si hay o no motivos para abrirle causa penal por supuestos delitos cometidos cuando dejó de ser inviolable al ceder el trono.

Desde su abdicación, el rey emérito ha tenido un protagonismo en actos oficiales que desembocó en su decisión de poner fin a su labor institucional en junio del pasado año con una carta enviada a su hijo, Felipe VI.

"Ha llegado el momento de pasar una nueva página en mi vida y de completar mi retirada de la vida pública", le comunicó don Juan Carlos, quien se "despidió" en una corrida de toros en Aranjuez (Madrid), días después de su último acto oficial en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Una decisión madurada desde que cumplió 80 años y tras el homenaje que se le rindió en el Congreso con motivo del 40 aniversario de la Constitución de 1978.

Aquel fue el último gran acto en el que participó don Juan Carlos, después de que un año antes aireara su malestar por no haber sido invitado a la misma conmemoración de las primeras elecciones en España y tener que verlo por televisión. "Una democracia que impulsó mi padre de forma tan decisiva y determinante", elogió Felipe VI ante un hemiciclo que, en su mayoría, rindió una prolongada ovación al rey Juan Carlos, ya con Pedro Sánchez como presidente.

Meses antes, en su 80 aniversario, don Felipe también dio las gracias por "tantos años de servicio leal a España". Entre medias, empezaron a surgir las sospechas de negocios turbios cuando afloró una grabación entre Corinna Larsen y el excomisario José Villarejo en la que la que fue amiga íntima del rey emérito le acusaba de tener cuentas en Suiza y de utilizarla como testaferro.

El distanciamiento entre padre e hijo

Fue la espita de un cúmulo de informaciones que llevó a Felipe VI a distanciarse de su padre al renunciar a su herencia y retirarle la retribución del Estado el pasado mes de marzo, aunque manteniéndole como miembro de la familia real con la consideración de rey.

Un año y dos meses después, la brecha se ha agrandado con la decisión del rey emérito de marcharse de España, "guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones" y a su propio hijo.

El distanciamiento con su hijo se ha reflejado también en sus apariciones juntos, que se han limitado a algún encuentro familiar, el último de ellos, el funeral de su hermana mayor, Pilar de Borbón, en enero de este año.

Desde la abdicación, don Juan Carlos se ha prodigado más en su vida privada que en la pública, al refugiarse sobre todo en sus amigos y en aficiones como la gastronomía, los toros y, en especial, la vela. En varias ocasiones ha disfrutado del fútbol, en el palco del estadio del Real Madrid y del Atlético de Madrid, y del tenis, animando a su amigo Rafael Nadal.

También ha conservado su afición por la Fórmula 1, aunque, cuando estuvo en el gran premio de Abu Dabi en noviembre de 2018, le generó un quebradero de cabeza su saludo al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, envuelto en la polémica por entonces por ser el sospechoso de ordenar el asesinato del periodista de su país Jamal Khashoggi.

Con su movilidad cada vez más afectada, don Juan Carlos volvió al quirófano en agosto de 2019 para someterse a una delicada intervención de corazón que se desarrolló con éxito. La última vez que se le ha visto fue precisamente cuando acudió a una clínica madrileña para someterse a un chequeo médico el pasado 16 de junio protegido con mascarilla.

Los negocios del Rey Juan Carlos que han forzado su marcha

La decisión del rey Juan Carlos de abandonar España llega después de varias semanas de goteo constante de informaciones sobre sus presuntos negocios y sucesivos mensajes del Gobierno, con su presidente, Pedro Sánchez, a la cabeza entre los que dejaban entrever la inminencia de un anuncio de este tipo.

La situación del anterior jefe del Estado después de su abdicación y su posterior retirada de la vida pública tuvo un punto de inflexión el pasado 15 de marzo. Ese día Felipe VI anunció que en su día renunciará a la herencia de su padre y que le retiraba la asignación que hasta entonces recibía de los presupuestos del Estado, casi 200.000 euros anuales.

Lo hizo ante las informaciones publicadas sobre la investigación del origen de los 65 millones de euros ingresados en Suiza en la fundación Lucum, radicada en Panamá, para determinar si eran comisiones abonadas por Arabia Saudí a don Juan Carlos por la construcción del AVE a La Meca.

Felipe renuncia a la herencia de su padre

Casi dos años antes, en julio de 2018, el juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea citó a declarar al excomisario José Manuel Villarejo tras conocerse unas grabaciones de una conversación mantenida en 2015 en Londres en la que la que Corinna Larsen, amiga de don Juan Carlos, habría desvelado que éste tenía cuentas en Suiza donde habría cobrado esas comisiones procedentes de Arabia Saudí y que la utilizó como testaferro.

Meses después, la Fiscalía Anticorrupción abrió diligencias, y en marzo de este año, tras publicarse declaraciones ante el fiscal suizo Yves Bertossa del abogado de Larsen sobre el "regalo" de los 65 millones de euros a su clienta y de los gestores de la cuenta de Lucum, Arturo Fasana y Dante Canónica, envió una comisión rogatoria a Suiza para acceder a los datos sobre esa supuesta donación.

Lo que precipitó la decisión de Felipe VI de renunciar a la herencia de su padre y de privarle de una asignación presupuestaria fue que se publicara que aparecía como segundo beneficiario de la fundación panameña.

Mientras Corinna Larsen continuó haciendo declaraciones en las que se presentaba como una víctima y aseguraba que se había puesto en contacto con don Juan Carlos para intentar acabar con lo que consideraba una "campaña de abuso" contra ella, el pasado 8 de junio la Fiscalía del Tribunal Supremo anunció que asumía la investigación que hasta entonces dirigía Anticorrupción.

Un anuncio debido que el rey emérito es una de las personas que podrían estar involucradas en el pago de comisiones por parte de Arabia Saudí y tiene la condición de aforado.

La Fiscalía investigará a don Juan Carlos

El objetivo de la Fiscalía es delimitar o descartar la relevancia penal de los hechos ocurridos desde junio de 2014, ya que fue entonces cuando perdió la inviolabilidad que le reconocía la Constitución como jefe de Estado. La evolución de los acontecimientos provocó un nuevo intento de varios grupos del Congreso, entre ellos Unidas Podemos, de crear una comisión de investigación parlamentaria. Pero los votos de PSOE, PP y Vox volvieron a impedirlo. El mes de julio abrió la puerta a una avalancha de noticias sobre los pormenores de los hechos investigados.

Así, se sucedieron titulares como que Larsen declaró que los 65 millones que le transfirió don Juan Carlos en señal de "gratitud" procedían de una donación del ya fallecido rey Abdalá de Arabia Saudí o que Canónica afirmó que el padre de Felipe VI le encargó en Zarzuela "crear una estructura" para transferir una "importante donación" que iba a recibir de Abdalá.

También que Juan Carlos I hizo cuantiosas y periódicas retiradas de efectivo de la cuenta a nombre de Lucum por importes que superaban los 100.000 euros al mes entre 2008 y 2012. Noticias que han ido alimentando declaraciones de partidos nacionalistas y de otros como Unidas Podemos, con Pablo Iglesias a la cabeza, sobre la inviolabilidad de la Corona y la utilidad de la monarquía. Pero también llevaron al Gobierno a lanzar una serie de mensajes que hacían presagiar un anuncio como el hecho público este lunes.

La posición del mundo de la política

El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, calificó de "inquietantes y perturbadoras" las informaciones que se iban conociendo, aunque al mismo tiempo agradecía a Felipe VI que se hubiera distanciado de ellas.

Hubo declaraciones similares de otros miembros del Gobierno como Carmen Calvo, Juan Carlos Campo, José Luis Ábalos y Nadia Calviño, pero quien apuntó más claramente a una actuación en breve por parte de Zarzuela fue su portavoz.

María Jesús Montero afirmó que el Gobierno no iba a adoptar ninguna decisión y remitió a la casa real tras puntualizar que el Ejecutivo celebra las medidas pasadas y "futuras" que Felipe VI pudiera impulsar para garantizar la ejemplaridad en la Corona.

Declaraciones similares se han repetido en los últimos días ante nuevas informaciones que abonaban la posibilidad de que don Juan Carlos abandonara la Zarzuela. Eso es lo que ha comunicado este lunes a su hijo, trasladándole su intención de abandonar España.