Nuevas caras y protocolos distintos: las diferencias de las dos Mesas de Diálogo entre Moncloa y Govern

Dejando a un lado los puntos que ambas delegaciones han defendido, estos dos encuentros tienen importantes diferencias en cuanto a sus componentes y a otros detalles

Nuevas caras y protocolos distintos: las diferencias de las dos Mesas de Diálogo entre Moncloa y Govern

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La mesa de Diálogo que se ha celebrado este pasado miércoles en Barcelona ha supuesto el segundo encuentro entre la Generalitat y el Gobierno de España, después del celebrado en Madrid en el mes de febrero del año 2020.

Dejando a un lado los puntos que ambas delegaciones han defendido, estos dos encuentros tienen importantes diferencias que reflejan cómo ha evolucionado la política nacional y la catalana en el último año y medio.

La principal diferencia está en los integrantes que han formado parte de la delegación de Moncloa y también de la Generalitat. Solo Pedro Sánchez y Pere Aragonès, ahora en calidad de presidente, han repetido convocatoria. En relación con el líder socialista, se rumoreó mucho durante las últimas semanas con que Sánchez no estaría presente en Barcelona para liderar la Mesa de Negociación junto a Pere Aragonès.

Nuevos protagonistas en la Mesa de Diálogo

En cuanto a los componentes de la delegación, todos son nombres nuevos. La reciente restructuración que Pedro Sánchez ha realizado en el seno del Consejo de Ministros supuso la salida de muchos de los ministros que le acompañaron en la primera Mesa de Diálogo tras la investidura.

En aquel invierno de 2020, el líder socialista escogió a importantes pesos pesados de ala socialista del Consejo de Ministros: Carmen Calvo, María Jesús Montero, José Luis Ábalos, Carolina Darias y Salvador Illa. También se sumaron a la convocatoria el por entonces vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, que no asistió por enfermedad, y el ministro de Universidad, Manuel Castells.

Por parte de la Generalitat, también los elegidos eran importantes dirigentes del gobierno autonómico y también personas cercanas a Puigdemont y Oriol Junqueras, en prisión por aquel entonces tras darse a conocer la sentencia del procés en octubre del año 2019.

La convocatoria catalana estaba conformada por el por entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra y el vicepresidente catalán, Pere Aragonès. Además también asistieron, y por parte de Junts, estaba el conseller de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, la diputada Elsa Artadi y Josep Rius, un alto cargo de la presidencia y persona cercana a Puigdemont. Por parte de ERC también asistieron el conseller de Acción Exterior, Alfred Bosch, la diputada y portavoz de ERC Marta Vilalta y Josep María Jové, diputado y persona cercana a Oriol Junqueras.

En esta ocasión, el número de representantes de ambas delegaciones se ha visto fuertemente mermado, después de que Aragonès cerrase la puerta a la participación de varios miembros de JxCat ajenos a la Generalitat, entre ellos los políticos indultados Jordi Sànchez y Jordi Turull. De esta manera, los que han representado a la Generalitat este miércoles han sido Pere Aragonès y dos consellers de ERC, Laura Vilagrà y Roger Torrent.

Por parte de Moncloa, todos los nombres son nuevos, después de que Manuel Castells fuese desconvocado, junto a la ministra de Transportes Raquel Sánchez, a última hora para equilibrar el peso de las dos delegaciones. En definitiva, los representantes del Gobierno de España han sido Pedro Sánchez, Félix Bolaños, Yolanda Díaz, Isabel Rodríguez y Miquel Iceta.

Un protocolo muy distinto

Sánchez y Aragonès se han reunido por separado durante dos horas en el Palau de la Generalitat, justo antes de que comenzase la reunión entre ambas delegaciones en la misma sedes.

Después, ambos mandatarios han comparecido de forma separada, constatando la voluntad de mantener el diálogo en el tiempo aunque las posturas de ambas delegaciones son antagónicas.

Es importante destacar que en estos 18 meses, el coronavirus ha cambiado la realidad de este tipo de encuentros, donde se deben mantener la distancia de seguridad, estar con mascarillas y evitar cualquier tipo de aglomeración en las reuniones.

En este sentido, la imagen que dejó la Mesa de Diálogo celebra en febrero de 2021 es muy distinta a la de este miércoles. Aquella jornada hubo un paseo previo en los jardines de Moncloa charlando en un ambiente relajado.

También, en aquella Mesa de Negociación, Sánchez y Torra estuvieron presentes durante las negociaciones de las dos delegaciones, en las que se trataron los 45 puntos planteados por la Generalitat. Además, tras la reunión, Sánchez no fue el encargado de hacer la valoración del Ejecutivo, dejando este puesto a la por entonces ministra portavoz María Jesús Montero.

En cuanto a las declaraciones del presidente de la Generalitat, Quim Torra, por todos es recordado que compareció en la sala de prensa reserva para las comparecencias gubernamentales, los líderes internacionales o el jefe de la oposición. Un detalle que llamó mucho la atención, porque Moncloa deja una sala más pequeña a los presidentes autonómicos que quieren hacer algún tipo de declaración tras reunirse con el presidente del Gobierno.

La Mesa de Diálogo tiene una gran relevancia política en la actual legislatura liderada por el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos. Forma parte del pacto de investidura que alcanzaron PSOE y ERC después de varias reuniones en la sombra, permitiendo así que Sánchez saliese elegido presidente del Gobierno en enero de 2020.

En aquel documento rubricado en enero del año 2020 se hablaba de "resolver el conflicto mediante el diálogo, la negociación y el acuerdo, superando la judicialización del mismo". Tras la medida de gracia concedida a los políticos en prisión por el 1 de octubre esta cuestión ha pasado a un segundo plano. Ahora son otros los intereses, políticos y económicos que están encima de la mesa. Son un total de 45 puntos, respecto a los que Sánchez ha defendido que 44 "ya tienen respuesta".

En cuanto a la celebrada este miércoles, el resultado era el esperado: establecer una línea programática para celebrar las futuras Mesas de Diálogo tras el parón provocado por la pandemia. A partir de esta idea, Moncloa y Generalitat buscarán mantener vivo el diálogo a partir de sus posturas antagónicas.