El oro del Banco de España: de la venta de millones de onzas con Zapatero a los lingotes actuales
¿Qué cantidad de oro alberga el Banco de España? ¿Cuánto oro hay en nuestro país? ¿Y en el resto de países de nuestro entorno? COPE.es da la respuesta
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En multitud de ocasiones hemos escuchado la expresión de “el oro es una divisa que cambia muy poco de valor”. Esto no es del todo así, aunque es cierto que en los últimos años no ha variado demasiado; se ha mantenido entre 1.200 dólares y 1.500 por cada kilógramo. La realidad es que este elemento ha sido considerado, durante siglos y siglos, por la sociedad como un aporte de riqueza y estatus bien recibido por todos. Asimismo, el oro guarda cierto halo de misterio y simbolismo alrededor que hace soñar a muchos con esas salas repletas de lingotes de oro que hemos visto tantas veces en las películas. Sin embargo, puede que lo que muchos consideren como pura ficción propia de la gran pantalla no se aleje tanto de la realidad. Y es que las reservas de oro nacionales son propiedad de los Estados soberanos, con los bancos centrales que actúan como guardianes, y se almacenan en cámaras acorazadas bien protegidas para que nada ni nadie pueda afectar al poder adquisitivo de todo un país.
Pero, ¿esto es necesario?, ¿tanta cantidad de oro, y tan valiosa, albergan los bancos nacionales de países como España?
El motivo de todo esto es la expresión del inicio que, de manera simplificada, hablaba de que el oro es realmente un activo que actúa como seguro financiero y reserva de valor. En definitiva, una divisa que aporta seguridad, liquidez en momentos de dificultades económicas, y que, además, permite ser intercambiada con cierta facilidad por dinero real. Es más, las reservas de oro de ciertos países pueden, incluso, granjearle derechos especiales ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
¿De dónde sale este oro? Se puede extraer a través de distintos procesos, para su posterior refinado, en casi cualquier parte del mundo. Inmersos en todo esto se encuentran, entre otros, minoristas, inversores institucionales, entidades privadas, y los mencionados bancos centrales. Para controlar todo esto existe también el Consejo Mundial del Oro (World Gold Council -WGC-, en español). Se trata de la organización de desarrollo del mercado y la industria del oro, que se centra en estimular y sostener su demanda actuando en todas las fases del mercado, desde la extracción hasta la inversión.
Ahora, vayamos a los datos, el año pasado se estimaba que España poseía unas 280 toneladas de oro (con un valor superior a los 49 millones cada una). De hecho, esta cantidad no había sido modificada desde 2007; cuando el Estado español tenía 457. Sin duda, una fecha clave para las reservas españolas de oro y que explicaremos más adelante.
Si comparamos esta cantidad con la de otros países de nuestro entorno, encontramos que Alemania acumula 3370 toneladas; Italia, 2450; Francia, 2430; Suiza, 1040; o Países Bajos, 612. Según datos ofrecidos por el Consejo Mundial del Oro para 2018. El sector de los bancos centrales posee unas 33.800 toneladas en barras y lingotes del metal amarillo. Unas cantidades que van fluctuando y cambiando de país en país, a expensas de sus necesidades, erigiéndose como compradores o vendedores. Además, en 2018, según WGC hubo un aumento del 42% en la demanda de oro con respecto a 2017. Y es que después de la crisis financiera de 2007-2008, los Estados soberanos optaron por esta opción de seguridad ante posibles desastres económicos en el futuro cercano.
El mayor ejemplo de una de estas actuaciones lo protagonizó en nuestro país el Ejecutivo presidido en 2007 por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Éste, a través del que fuera vicepresidente económico, Pedro Solbes, vendió más del 32% de las reservas de este metal que custodiaba el Banco de España. Y esta no fue la única operación comercial a través del oro que acometieron, porque un año antes había vendido casi un 8% de sus reservas. En ese momento la onza de oro tenía un precio de 669 dólares, pero apenas 6 años después valía 1508. Un crecimiento del 125% de su valor, ya que las 4,3 millones de onzas de oro que se vendieron por más de 2865 millones de dólares en 2007, costaron después 6470. No fue el único país: Suiza y Reino Unido redujeron sus reservas a la mitad, y Francia se desprendió de cerca de 20 millones de onzas, aunque todavía mantiene más de 80 millones.