Sánchez ata los números para sacar la prórroga del estado de alarma

A la espera del anuncio en la comparecencia habitual del fin de semana por Pedro Sánchez de la quinta y, a priori, última prórroga del estado de alarma, y pretendida por un mes, distintos movimientos vienen sucediéndose entre bambalinas. La negociación con PNV, y en particular con ERC, a decir de fuentes gubernamentales consultadas por la Cadena COPE, está ya en la letra del decreto a aprobar el próximo martes por el Consejo Ministros y a ser convalidado al día siguiente en las Cortes.

El voto a favor del PNV a la extensión de la alarma está descontado en La Moncloa y, en las últimas horas, también la abstención de ERC, o, al menos, el entorno de Sánchez proyecta la imagen de que, en medio de la compleja coyuntura actual, mantiene intactos a los socios considerados esenciales de la investidura, las dos fuerzas políticas sobre las que el Gobierno de coalición PSOE - Unidas Podemos siempre ha pensado para construir la Legislatura.

Los nacionalistas vascos ya lograron arrancar en la anterior prórroga al Ejecutivo, entre otros extremos, una desescalada a la “carta” para el País Vasco, y los republicanos catalanes, lejos de quedarse atrás, perseveran en diluir el “mando único” en uno compartido con las Comunidades Autónomas. Queda margen para concretar un texto en el que el portavoz de ERC en la Cámara Baja, Gabriel Rufián, mostrando voluntad de reengancharse, desplegó diversas condiciones, pero, de entrada, reclamó “corresponsabilidad” al Gabinete, “con todo respeto a SalvadorIlla”, para que las consejerías puedan hacer algo más que ser “meras transmisoras de datos”.

El nuevo encuadre viene siendo vendido por el Gobierno ante una exigencia de hacer frente a distintos escenarios en un mismo territorio durante la desescalada. Cuestión de asimetría. Así lo dejó caer días atrás a su paso por el Senado la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, al frente de los distintos contactos, junto a la portavoz del Grupo Socialista, Adriana Lastra, más allá de la implicación de los ministros de Sanidad, Salvador Illa, y de Transportes, José Luis Ábalos, o la labor en la sombra, prórroga tras prórroga, del secretario general de Presidencia, Félix Bolaños. Más allá de la necesaria coordinación, el Gobierno quedará con atribuciones propias del estado de alarma como la limitación de la movilidad y la posibilidad de tomar el control ante rebrotes del coronavirus.

En la ecuación, el Ejecutivo incluye a Ciudadanos, aunque tampoco parece correr tras Inés Arrimadas. Se sigue, eso sí, con la “invitación” a los naranjas a sumarse a su mayoría de la investidura.