Los okupas que se fueron de vacaciones a Ibiza regresan y denuncian al dueño por cambiar la cerradura

Llevaban 2 años sin pagar el alquiler de 400 euros y han dejado el inmueble en muy malas condiciones

Una pareja que ocupaba un piso en Mataró, Barcelona, denuncian al propietario por cambiar la cerradura

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los dos okupas que se fueron de vacaciones a Ibiza han denunciado a su regreso al propietario del inmueble por cambiar la cerradura y dejarlos en la calle. La pareja llevaba cinco años en un piso de Mataró, Barcelona, sin pagar el alquiler de 400 euros que habían acordado con Manel, el propietario. Los okupas decidieron marcharse este verano de vacaciones a Ibiza, una escapada que colgaron en redes sociales. Cuando Manel vio las fotos, no lo dudó un momento: aprovechó que no estaban para recuperar su piso.

Una acción por la que tendrá que delcarar ante los Mossos d'Esquadra este viernes. Y es que la pareja de okupas le han denunciado por cambiar la cerradura y por un delito de coacciones. Manel ha recibido hoy la citación y está indignado. "Las leyes están muy mal, y esto está para cambiarlo, como no se haga algo no sé dónde vamos a llegar", ha asegurado en declaraciones a ABC. El propietario ha encontrado destrozado el que había sido "su piso de soltero" como él le llama. Los okupas incluso habían instalado una alarma. De momento, ha tapiado la puerta y sacado del inmueble las pertenencias de los dos inquilinos ilegales en bolsas de basura.

La historia comenzó cuando hace un par de años ofreció el piso a un amigo que no tenía techo porque el casero de su anterior vivienda no le había renovado el contrato. Debido a la situación, pactó con él la mensualidad de 400 euros para que pudiese vivir allí con su pareja. No llegaron a firmar un contrato porque confiaba en la palabra de su amigo. La pareja pagó los tres primeros meses de alquiler. Los cinco años restantes, nada.

A parte de incumplir la palabra con Manel, la pareja tenía atemorizados a los vecinos del bloque. De hecho, su comportamiento violento sumado a gritos y amenazas habrían llevado a algún vecino a mudarse.