El PP se inclina por votar 'no' en la moción de censura de Abascal, aunque deja el suspense hasta el final

Casado no ha querido en las últimas semanas, en ningún momento, que se hable de la moción de censura de Vox

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Juan Andrés Rubert

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Llegó el día. Este miércoles comienza la primera jornada de la defensa y debate de la moción de censura presentada por Vox contra el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, presidido por Pedro Sánchez. Arranca, por lo tanto, la presentación de la quinta moción de censura en la historia de la democracia. La salvedad: se va a producir en medio de una crisis sanitaria sin precedentes, nunca antes vista por prácticamente el común de los mortales. Habría que remontarse un siglo atrás para haber vivido algo similar.

El resultado de la moción es de sobra conocido por todos, no va a salir adelante. No parece, a priori, que vaya a cambiar nada sobre el albero político. Sin embargo, y he aquí lo interesante, obliga a los partidos a exponerse, a arrimarse al bicho -valga el símil taurino- para dejar clara su postura al respecto en una plaza que ahora mismo está muy crispada.

Todos los grandes partidos han mostrado ya el sentido de su voto. Menos el Partido Popular. Es la gran incógnita por desvelar. El PP no ha querido en las últimas semanas en ningún momento que se hable de la moción de censura de Vox. La considera una cuestión menor y justifica así que no haya comunicado el sentido de su voto hasta este mismo miércoles, día de defensa y debate de dicha moción. Se ha especulado largo y tendido sobre la opacidad del partido en dicha moción, por posibles discrepancias internas. A partir de ahí, según aseguran fuentes de la Dirección Nacional del PP a la Cadena COPE, sobrevuela la votación en contra.

Es una posición que no descartan en estos momentos, aunque se confirmará en las próximas horas, cuando comience el debate y le toque el turno de palabra al PP. El sentido del voto está decidido desde hace tiempo, según nos señalan desde Génova, y que es Pablo Casado el que, de forma personal, ha tomado esta decisión. Lo que también podemos confirmar es que, salvo que haya cambios de última hora, será el propio Casado el que defienda la postura del partido. La inclinación que tome el partido al respecto es crucial para el devenir para los populares el resto de la legislatura. Quizá ahí esté la clave de la tardanza a la hora de desvelar su postura. Y cualquier decisión será escrutada al más mínimo detalle.

Como hemos mencionado al principio, la moción ha fracasado incluso antes de registrarse. No hay ninguna fuerza política que esté dispuesta a arrimar el hombro en dicha causa. Para el PP, hacer uso de este instrumento, en la actualidad, solo le da más gasolina al Gobierno de Sánchez, ya que se necesita mayoría absoluta para que triunfe. Ciudadanos ya dejó claro que tampoco es el momento ahora mismo, en plena pandemia, para plantear una moción de estas características. Además, lo ve como una campaña de marketing. Con lo cual, el apoyo de la formación naranja se diluye también, con un rotundo no. Ni siquiera con formaciones minoritarias.

Y para hacernos una idea de las pocas posibilidades que tiene de salir adelante, harían falta votos de partidos como la formación proetarra Bildu o de los grupos independentistas de Cataluña.

Orden de la lidia parlamentaria

El debate se inicia a las 9 de la mañana. Intervendrá uno de los diputados firmantes de la moción, que expondrá, sin límite de tiempo, los motivos que le han llevado a presentarla. Después, también sin límite de tiempo, podrá intervenir el candidato propuesto en la moción para exponer el programa político del Gobierno que debe formar. El Gobierno podrá intervenir en cualquier momento del debate. Una vez expuesto el programa y, en su caso, la respuesta del Ejecutivo, habrá una interrupción decretada por la presidenta del Congreso. Aquí no está tasado el tiempo de interrupción.

Después del interludio podrán intervenir los representantes de cada uno de los Grupos Parlamentarios, de menor a mayor representación, por un tiempo de 30 minutos. Todos los intervinientes tienen derecho a un turno de réplica o rectificación de 10 minutos. Es probable que el debate se alargue hasta el mediodía de mañana jueves, cuando se llevará a cabo la votación. La hora será anunciada previamente.

Cuatro precedentes históricos, un solo ganador

La primera moción de censura en la historia de la democracia se presentó en mayo de 1980. La plantearon el PSOE, entonces liderados por Felipe González, contra Adolfo Suárez, líder de la extinta Unión de Centro Democrático (UCD). Fue rechazada, a pesar de que fue un golpe a la línea de flotación de Suárez, al que dejó tocado y presagiaba tiempos de cambio. 166 votos en contra frente a los 152 a favor, 21 abstenciones. A los dos años, los socialistas arrasaron en unas elecciones históricas.

La segunda moción fue presentada por Alianza Popular (AP) contra el Gobierno socialista de Felipe González, en marzo de 1987. Un anuncio que fue considerado como una locura por parte del popular Antonio Hernández-Mancha. La iniciativa estaba condenada al fracaso desde el primer momento. El PSOE contaba con mayoría absoluta en la Cámara baja. Contó con 67 síes, 195 noes y 70 abstenciones.

30 años después, en junio de 2017, Podemos presentó la tercera moción de censura de la España democrática. Fue también la primera contra el Gobierno de Mariano Rajoy. El mandatario gallego superó el escollo con comodidad gracias al apoyo de Ciudadanos y Coalición Canaria. La votación finalizó con 170 votos en contra, 82 a favor y 97 abstenciones.

La sentencia de la Audiencia Nacional sobre la trama ‘Gürtel’ animó al líder del PSOE, Pedro Sánchez, a presentar una moción de censura -la segunda- contra el Ejecutivo de Rajoy. La votación tuvo lugar el 1 de junio de 2018. Hablamos de la primera moción de la historia de la democracia que triunfa, con 180 votos síes, 169 noes y una abstención. Este resultado provocó la salida de Rajoy del Gobierno -que no estuvo presente durante la votación- y que Sánchez se convirtiese en el nuevo presidente.