El PSOE se revuelve contra el clamor anti-Sánchez: "España es más que Madrid"

El cachondeo con la petanca socialista del Presidente no frenará a La Moncloa para hacer llegar su acción a la calle

Ricardo Rodríguez

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El PSOE replica a la multitudinaria manifestación de la plaza de Cibeles contra la deriva de Pedro Sánchez con un llamamiento a poner un pie fuera de Madrid, donde el “ecosistema”, defienden, es más adverso al Gobierno. “Salir de la burbuja”, sentencian en la sala de máquinas para constatar que la ciudadanía “no rechaza” la figura del Presidente. Lo sostienen sin tenerlas todas consigo. Porque los socialistas contienen el aliento a la espera de una movilización de la izquierda que sigue sin entrar en calor frente a las derechas, aunque su confianza es que aún quedan por delante cuatro meses para las municipales y autonómicas.

Ferraz se empeña en estimar Cibeles un fracaso de convocatoria, además del intento de presentar con rapidez la protesta como un problema para Alberto Núñez Feijóo. De hecho, la perspectiva de incomodar al líder del PP les lleva a poner el foco sobre él al que dibujan “soplando y sorbiendo al mismo tiempo”, pues respaldó sin acudir la manifestación, además de que “hizo todo lo posible porque la presencia de dirigentes pasase inadvertida”, dejando el protagonismo a la sociedad civil. El clamor antisanchista es agitado como encarnación del “ruido” de las derechas, a los que cuelgan la etiqueta de “nostálgicos de un tiempo peor”.

La maquinaría está en marcha. En tromba. Se mantiene activa la amenaza PP-Vox, a pesar de las muchas cautelas sobre si la estrategia ayudará a despertar al votante progresista, desviando la atención sobre las controversias que más desgastan al Gobierno – desde el boquete de la ley del Solo Sí es Sí al borrado de la sedición y el abaratamiento de la malversación – para dar un respiro a Pedro Sánchez. Su núcleo duro espera que la reforma del Código Penal quede atrás. “No debería -avisan- llegar viva la polémica a las urnas”. “Debería”, en condicional, toda vez alfombrar el camino de los separatistas catalanes afecta a las expectativas socialistas.

La prioridad es hacerse escuchar y vender la acción desplegada por el Ejecutivo. Los miembros del Consejo de Ministros son enviados por todo el país para trasladar una visión de conjunto del “ilusionante” proyecto gubernamental. Su labor es hacer de portavoces de la gestión, además de parar los golpes. Con una táctica cohesionada. “Queremos hablar de nuestro libro”, abundan. Que se asocie al Gabinete y, ante todo, al Presidente con medidas sociales. Y llegar a la calle. La Moncloa ha activado la “agenda de proximidad”. Ahora bien, la solución a los temidos abucheos y silbidos pasa por encapsular a Sánchez en su campaña de autobombo.

La factoría de marketing gubernamental promete continuar produciendo material como la de la escena de la petanca con el Presidente rodeado de jubilados que, en realidad, eran antiguos cargos socialistas de Coslada. ¿Demasiado ridículo para propios y extraños? Al contrario. El equipo monclovita está decidido a dirigirse con vídeos a sus potenciales votantes. Y el PSOE está decidido a afianzar a los pensionistas como un nicho de voto esencial, aunque sea rodeando a Pedro Sánchez sólo de militantes socialistas.