Así ha sido la expansión de los laboratorios similares al de Wuhan en Estados Unidos y Europa

Hace años, se opinaba que quizá no era necesario contar con tantas instalaciones de este tipo. Ahora tienen mucho que decir en nuestro futuro

Así ha sido la expansión de los laboratorios similares al de Wuhan en Estados Unidos y Europa

Millán Cámara

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Quién iba a pensar que un laboratorio de Wuhan acapararía los ojos del mundo entero años después de ser inaugurado. Pero sí, la iniciativa china para trabajar con los patógenos más dañinos del mundo cobra hoy todo el protagonismo que no tuvo en su momento, cuando pasó desapercibida por completo. Ahí está la hemeroteca de la revista Nature para comprobar que la bioseguridad ya era algo muy serio en el gigante asiático hace unos años.

En 2017, algunos científicos se mostraban preocupados por la posibilidad de que algunos virus se escapasen de China y supusiesen un problema que traspasase los límites de la sanidad. Por aquel entonces, existía un plan para tener entre cinco y siete grandes laboratorios biológicos en el país de cara a 2025.

Estos centros estarían preparados nada menos que para el nivel 4 de bioseguridad, el más alto en cuanto a contaminación biológica. Tan peligroso como para motivar el filtrado del aire y el tratado de agua y residuos antes de abandonar el recinto. También el cambio de ropa de los empleados del laboratorio antes y después de trabajar, con ducha también previa y posterior.

El laboratorio de Wuhan, ciudad que hoy es el epicentro de la pandemia del coronavirus, ni siquiera había sido aprobado por las instituciones entonces. No obstante, ya se había estipulado que sería el primero de su condición en China. De hecho, el coronavirus original fue uno de los motivos de que el proyecto se retrasase y de que las instalaciones no estuviesen construidas hasta 2014.

El coronavirus estaba entre los objetos de estudio del laboratorio de Wuhan (no hay pruebas de que este haya tenido algo que ver en la propagación de la enfermedad, según Nature). Incluso existía la preocupación de que los virus se escapasen de los laboratorios, como ya ocurrió unas cuantas veces en Pekín. Además, había opiniones encontradas sobre la utilidad de tener tantas instalaciones preparadas para lidiar con la contaminación biológica más dañina.

Los laboratorios de Europa y Estados Unidos

Al contrario de lo que se puede pensar en la actualidad, Estados Unidos y Europa tenían redes muy sólidas de laboratorios preparados para el nivel 4. Según Nature, allí había más de una docena operativos o en construcción en 2017, habiéndose expandido durante los 15 años anteriores. Fueron la inspiración de China y el laboratorio de Wuhan: parte de sus profesionales se entrenaron en un laboratorio capacitado para abordar el nivel 4 en Lyon.

En 2009, por ejemplo, había seis laboratorios de nivel 4 en cuatro países europeos: Reino Unido, Alemania, Suecia y Francia. Siempre según Nature. Además, se estaban construyendo o planificando otros en Italia, de nuevo Alemania, Países Bajos, Suiza y Austria. En cuanto a Estados Unidos, en aquella época iban a pasar de los siete hasta los 13 laboratorios de este tipo.

El escepticismo sobre el gran número de instalaciones relativas a la bioseguridad también era patente entonces. Y, sin embargo, la expansión de los lugares para estudiarla y trabajarla no dejaba de tener lugar. En el caso estadounidense, se triplicaron los laboratorios de nivel 3 y 4 entre 2004 y 2008.

Desde la tierra de las oportunidades, los expertos criticaban la intención de fijar una regulación más estricta de estos laboratorios e incluso una centralización de los mismos. Se consideraba que bastante había costado lograr un equilibrio al respecto como para intentar condicionar las cosas demasiado a golpe de legislación.

Quedaban 11 años para que los laboratorios de alto riesgo fuesen tomados, de verdad, en serio. Nada sería lo mismo sin ellos en estos momentos de batalla contra el coronavirus. Porque, sí, la guerra biológica que entonces podía considerarse una utopía es, en nuestros días, toda una realidad.