El debate sobre la vacuna rusa Sputnik V sigue abierto en Bruselas a la espera de su autorización
La falta de transparencia y el uso propagandístico denunciado por las autoridades europeas ha provocado un nuevo enfrentamiento entre Bruselas y el Kremlin
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En plena crisis diplomática entre Rusia y la Unión Europea, la vacuna contra el coronavirus fabricada por el país soviético ha vuelto a tensionar este martes las relaciones entre las dos potencias. El motivo, en esta ocasión, ha sido el anuncio que ha hecho el Kremlin, quien ha revelado que la vacuna Sputnik V se fabricará a partir de este verano en Italia tras haber logrado un acuerdo con la farmacéutica suiza Adienne.
Sin embargo, para que esto sea realidad todavía falta que el país italiano le de el visto bueno, algo que parece difícil si tenemos en cuenta el rechazo comunitario que hay sobre esta cuestión. El responsable del Fondo Ruso de Inversión Directa ha sido el encargado de anunciarlo en la televisión pública, y ha avanzado que se están manteniendo conversaciones con empresas de diversos países europeos, entre los que se encuentran Francia, Alemania o incluso España, aunque no ha proporcionado más detalles. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad francés y español han dicho que no tienen constancia de que se estén produciendo dichas conversaciones.
La Agencia Europea del Medicamento pide a los países no ir
Este anuncio llega días después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) haya comenzado a valorar la seguridad y la eficacia de la Sputnik V, el primer paso para una posible autorización y comercialización en territorio comunitario. Hasta que no haya una conclusión clara, sin embargo, los responsables de este organismo han pedido a los países miembros que no vayan por vía libre en la aprobación de estas dosis ya que, según argumentan, de caso en hacerlo es "como jugar a la ruleta rusa".
Hasta el momento, Hungría, Eslovaquia y la República Checa han dado el visto bueno a que dentro de sus fronteras se inyecten estas dosis, una misma estrategia que quiere llevar a cabo Austria, quien ya ha comenzado conversaciones con el Kremlin y ha criticado la estrategia puesta en marcha por la Comisión Europea, por su ineficacia y lentitud. Otros países, como Alemania y España, también se han abierto a que en los próximos meses esta vacuna llegue a sus países, pero a diferencia de lo que han hecho los tres territorios, estos han optado por esperar a la resolución del EMA.
La Sputnik V fue la primera vacuna contra el coronavirus en ser aprobada e inyectada a seres humanos en todo el mundo, algo que ha permitido que el Gobierno ruso haya fabricado ya 14 millones de dosis, aunque tan solo 2,5 millones de rusos se la han inyectado. El país soviético argumenta que tiene una falta de capacidad para su desarrollo, algo que quiere solventar en los próximos meses.
Bruselas denuncia la falta de transparencia de Rusia
Sin embargo, la efectividad de la Sputnik V es uno de los principales cabos sueltos por los que todavía la Agencia Europea del Medicamento no ha dado el visto bueno a esta vacuna. Unas sobras que también llegan desde Bruselas, quienes han acusado a Putin y al país chino de no estar siendo del todo transparente en esta cuestión.
"No debemos dejarnos engañar por China y Rusia, ambos regímenes con valores menos deseables que el nuestro, ya que organizan operaciones muy limitadas, pero ampliamente publicitadas para suministrar vacunas a otros", ha dicho este martes el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Esta falta de confianza no solo recorre Bruselas, ya que 2 de cada 3 rusos tampoco confían en ella, pese a que diversos estudios hayan situado su efectividad alrededor del 92%.
Rusia, sin embargo, recuerda a la Unión Europa que hasta 42 países en todo el mundo suministran esta dosis— la más utilizada tras AstraZeneca y Pfizer—, y acusa a Bruselas de no ser neutral en esta cuestión, ya que el proceso de seguridad y eficacia que está llevando a cabo la UE no tiene plazo de finalización y los operarios tendrán que trasladarse a Rusia para recoger más datos que les lleve a sacar conclusiones.