La invasión rusa en Ucrania desata un 'casus belli' en el espacio: ¿podría Putin convertir la ISS en un arma?
La guerra en Ucrania ha llegado también al espacio. Dimitri Rogozin, director de la agencia espacial rusa, amenaza con abandonar la ISS, algo que podría llevarla al colapso
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“Si Estados Unidos bloquea la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la ISS (la Estación Espacial Internacional en sus siglas en inglés) de una salida de órbita descontrolada o una caída sobre EE.UU. o Europa?”. Esta es la amenaza con la que Dimitri Rogozin, director de Roscosmos, la agencia espacial rusa, alertaba hace unos días sobre las consecuencias que podrían desprenderse tras una ruptura de las relaciones entre el país liderado por Joe Biden y la Rusia de Vladímir Putin tras casi 25 años de cooperación espacial.
El desafío que presenta esta advertencia ha provocado que varios expertos constaten una realidad sensible en momentos de máxima tensión diplomática: la Estación Espacial Internacional necesita de una colaboración crucial e indispensable entre Estados Unidos y Rusia para poder seguir en funcionamiento.
La alusión de Dimitri Rogozin al abandono de la Estación Espacial Internacional por parte de Rusia y su posible caída sobre territorios habitados es una hipótesis más que realista si tenemos en cuenta que las casi 450 toneladas de la ISS se sostienen en órbita gracias a los periódicos trabajos de propulsión que son exclusivamente de responsabilidad rusa, incluyendo –además– el suministro de combustible.
El director de la agencia espacial rusa también señaló a algunos países que correrían el riesgo de recibir un hipotético impacto de la Estación Espacial Internacional, entre las que el mandatario ruso destacó a India o China. Algo que también sostuvo Rogozin es que la caída de la ISS no constituiría un peligro para Rusia, lejos de la órbita inclinada de 51º con la que sobrevuela la Tierra. Europa central; todo el continente americano, desde la frontera de Canadá hasta Tierra del Fuego; Oceanía, África, Arabia, y el sudeste asiático –además de las ya mencionadas China e India– soportarían un posible impacto.
¿Cuál es el futuro de la ISS?
La NASA pretende mantener la estación en servicio hasta el 2030, cuando cumplirá 32 años de servicio, pero ¿qué pasará después? Lo que sí parece claro es que la Estación Espacial Internacional se enfrenta a la obsolescencia de los materiales que la forman, sobre lo que podemos tener en cuenta varias hipótesis.
Símbolo durante décadas de la cooperación internacional tras el fin de la Guerra Fría y la caída de la URSS, el final más probable para la ISS es el de una reentrada controlada en la atmósfera para dirigirla hacia el 'vertedero espacial' en el Pacífico Sur. Allí, entre las tierras de Nueva Zelanda y Chile –y ante multitud de incógnitas– se preveé que algunos restos caigan en tierra.
Antes de su ocaso, y siempre que no se aceleren los acontecimientos, la NASA ya está trabajando en el diseño de un futuro espacial ajeno a la histórica estación. La agencia del gobierno estadounidense responsable del programa espacial invertirá unos 400 millones de dólares para la construcción de la nueva ISS. Para ello, ha creado un concurso en el que cerca de una docena de empresas privadas participarán para construir una moderna estación espacial que no solo estará destinada a la exploración espacial, sino también al turismo.