Reino Unido da la bienvenida a su nuevo 'King': las claves que han marcado la vida de Carlos III y su retos
Por delante, una etapa clave para el Reino Unido y para el mundo, en el que el nuevo rey tendrá que afrontar varios retos
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Carlos III ya es Rey de Inglaterra. Siguiendo la máxima 'Rex nunquam moritur' (el rey nunca muere). El fallecimiento de la Reina Isabel II este jueves marca un antes y un después en la sociedad británica, en la que casi la totalidad de su población no han conocido otro Reino Unido que el reinado por Isabel II. Ahora, Londres se enfrenta a unos días frenéticos marcados por todos los actos que engloban el plan marcado para el fallecimiento de la Reina, y que se espera que se alarguen hasta el próximo domingo 18 de septiembre.
Nada más conocerse el fallecimiento, otras de las noticias era el ascenso al trono de Carlos III, el que durante tantas décadas ha sido el 'eterno' Príncipe Carlos. Ahora, por delante, una etapa clave para el Reino Unido y para el mundo, en el que el nuevo rey tendrá que afrontar varios retos como la necesidad de mantener una corona fuerte en el Reino Unido, adaptarla a los nuevos tiempos y superar los retos internacionales que afectan al país y a otros agentes internacionales como Europa o Estados Unidos.
El nuevo rey es un perfil bastante ambiguo, en la sociedad británica hay un porcentaje que lo ve como un conservador camuflado bajo la apariencia de un reformista, hasta otra parte de la población que lo identifican como un activista que, lejos de asegurar la continuidad, habría puesto la corona en peligro en más de una ocasión.
Nació en 1948 en el Palacio de Buckingham y su infancia tuvo un relevante tono militar, en la que no había espacio para la extravagancia y para la espontaneidad. Niños de 'posguerra', durante su niñez sus padres se encontraban centrados en la infinidad de compromisos oficiales que demandaban los años posteriores a la II Guerra Mundial, por lo tanto, sus progenitores no estuvieron muy cerca de él en esos años.
A los 12 años llegó al pensionado escocés de Gordonstoun, caracterizado por su disciplina espartano, el ejercicio físico al que se sometía a sus estudiantes y por la duchas frías en invierno. Desde muy pequeño, Carlos de Inglaterra se interesó por disciplinas más culturales, como la música, el arte y el teatro. Esto le llevó a ser víctima de las burlas de sus compañeros de clase. Expertos y estudiosos de la Casa Real Británica coinciden a la hora de decir que el nuevo rey nunca perdonó a su padre que le enviasen a este centro escocés.
En edad universitaria, se matriculó en la universidad de Cambridge para estudiar Historia, antropología y arqueología, para en el año 1971, como la tradición mandaba, comenzar su formación militar en la Royal Navy. Cuentan los libros de historia, que el nuevo rey nunca se sintió a gusto desempeñando este papel, ya que se mareaba a bordo, despertando de nuevo las bromas de sus compañeros de formación.
A los 30 años de edad, llegó el momento de casarse, porque un príncipe heredero debía casarse y tener hijos. En este sentido, existían una serie de criterios que la futura reina consorte debía cumplir, entre ellos que fuese anglicana y de sangre aristocrática. En la alta sociedad británica de aquella época, pocas chicas jóvenes cumplían todos esos criterios. En este punto, apareció en su vida la figura de Diana Spencer: hija de conde, aspecto de adolescente, seria y tímida a la vez. Eso sí, trece años menor que él.
Rápidamente, la princesa Diana consiguió acaparar todos los focos, incluso dejando al príncipe Carlos en un segundo plano mediático. Su boda reunió a nivel mundial a 700 millones de espectadores. Desde aquel día, la monarquía podía dormir tranquila porque se aseguraba la línea de sucesión y la popularidad de Carlos III alcanzó unos máximos que nunca más volvería a registrar.
Su matrimonio con Diana de Gales acaparó todos los focos mediáticos a nivel mundial, debido a los diferentes rumores y escándalos que rodearon siempre a la pareja. En la sombra estaba Camila Parker Bowles, la mujer que conquistó desde el primer momento el corazón del Príncipe Carlos. Tras el nacimiento de Guillermo y Harry, el nuevo rey recuperó su relación con Camila. Se abría una nueva crisis en Londres marcada por diferentes entrevistas. Carlos y Diana estaban separados, pero no divorciados.
El 28 de agosto de 1996 se culminaba el divorcio y la opinión pública culpó al Príncipe Carlos del fracaso de su matrimonio. El 31 de agosto de 1997, Lady Di fallecía en un accidente de tráfico en París. El colapso en la sociedad británica fue palpable a nivel mundial. Pero, una serie de acciones, como viajar a la capital francesa para repatriar el cuerpo de la madre de sus hijos y su alianza con el primer ministro laborista Tony Blair, permitieron al Príncipe Carlos recuperar parte del respecto mediático que perdió años anteriores.
En el año 2005, su boda con Camila volvió a dar aire a la Casa Real Británica, asegurando la continuidad: después de la Reina Isabel II, el rey sería Carlos III y el sucesor Guillermo V. A partir de ese momento, su papel como príncipe siempre ha ido ligado a la Reina Isabel II, asumiendo ciertas obligaciones. En los últimos años, tras la muerte de su padre, el nuevo rey tuvo que dar un paso al frente en la representación de los principios y los valores de la Casa Real Británica. A partir de ahora, todo girará alrededor de su figura.
Sus grandes retos
De puertas para dentro, en la Casa Real Británica no dudan del compromiso del nuevo rey con actividades caritativas y filantrópicas. De todos es conocido su gran compromiso con el medioambiente, algo que será clave en el nuevo contexto internacional que se está dibujando tras la invasión rusa en Ucrania el pasado mes de febrero.
Carlos III también es un gran amante del arte, y en su currículum se encuentra la presidencia de más de 20 organismos artísticos a lo largo de su carrera. Tiene una gran capacidad para la pintura con acuarelas, incluso ha publicado varios libros con sus creaciones y algunas de ellas han sido expuestas en la bienal de Venecia.
Con su llegada al trono, muchos expertos se han aventurado a decir que Reino Unido dice adiós al siglo XX y entra en el siglo XXI con 22 años de retraso, ya que Isabel II ha sido uno de los personajes históricos más importantes del occidente contemporáneo. Por delante, muchos retos y alguna que otra duda que se despierta entre los sectores más conservadores de Reino Unido: ¿Carlos III mantendrá una línea continuista y férrea como la de Isabel II o se atreverá a romper con algunos de los estamentos más consolidados en el Palacio Real Británico?
Horas después del fallecimiento de Isabel II, un dato ha circulado rápidamente por las redacciones de todo el mundo. El nivel de aceptación de Carlos III en la sociedad británica es inferior al de Isabel II e incluso al de su hijo Guillermo. Por tanto, ante este contexto, se abre uno nuevo reto en la Casa Real Británica: mejorar esos datos de aceptación, que favorecerían en gran parte a su hijo cuando llegue al trono, para dar esa continuidad a la Casa Real tan necesaria para mantener vivos los valores de la Corona.
El lado más personal
En su lado más polémico, el Rey Carlos III ha protagonizado diferentes choques con varios primeros ministros. En los años ochenta, irritó profundamente a Margaret Thatcher por su intención de "rehabilitar el centro de Londres". Ya, durante el mandato de Tony Blair, protagonizó diferentes encontronazos a causa de la modificación de la ley para la caza del zorro.
En cuanto a su lado personal, el nuevo rey siempre se ha caracterizado por un excéntrico estilo de vida, que a veces no ha dado la mejor de las imágenes. Cuenta con seis casas, 11 secretarias, un importante séquito de sirvientes, una colección de coches de lujo, y unos ingresos anuales que rondan los 17 millones de libras.
Por último, unos de los planes de Carlos como Rey que se valoran desde hace meses es el que tiene que ver con el número de miembros de la familia real que ejercen funciones oficiales. En este sentido, con el alejamiento de Enrique y Meghan, toda la responsabilidad recaerá sobre el nuevo príncipe de Gales, su esposa Catalina y los hijos de estos, todavía de temprana edad. Los expertos señalan que esta decisión busca reducir los gastos y también las opciones de que se produzcan nuevos escándalos.
Otros de los puntos a tener en cuenta en estos primeros meses de reinado será la relación que tenga con su hermano, el Príncipe Andrés. La reina Isabel II retiró todos los a su hijo tras conocerse que había sido autor de un presunto delito de abuso a menores y, desde entonces, solo se le ha visto en el funeral de su padre. Su figurá también será una de las más buscadas durante estos días en Londres y en los primeros meses de reinado de su hermano, ya que bajo el principio de que 'la corona es lo primero', han tenido que distanciarse también en los últimos meses.
Plano internacional
Al igual que las principales potencias del mundo, Reino Unido tiene importantes retos por delante, marcados por la Guerra en Ucrania, la crisis económica, y por la resaca del Brexit. Carlos III también es jefe de Estado de 15 de las 54 naciones que conforman el seno de la Commonwealth. En este punto, la sucesión en la jefatura de este organismo no es hereditaria, pero por deseo expreso de Isabel II se pidió que pasará al Príncipe Carlos tras su fallecimiento, a pesar de la negativa de varios miembros, que optaban por un liderazgo rotatorio para evitar ese sentimiento colonial que puede despertar, en cierta medida, esta institución.