Rusia celebra el Día de la Victoria con la mirada puesta en la toma de Azovstal

Rusia espera mostrar en sus calles que no hay ninguna guerra en curso, sino una operación para eliminar neonazis

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El 9 de mayo, fecha en la que Rusia conmemora su victoria en la Segunda Guerra Mundial, se ha convertido este año en objeto de especulaciones. Se trata de la mayor de las fiestas populares, militares e históricas de Putin, que este año está marcada por la guerra en Ucrania, denominada como "operación militar especial" por el Kremlin.

Rusia espera mostrar en sus calles que no hay ninguna guerra en curso, sino una operación para eliminar neonazis, pero la verdad es muy distinta. Sobre el terreno, Rusia no tiene muchos motivos para celebrar, puesto que, hasta la fecha, no ha conseguido ninguna victoria y lo que se planeó como una operación relámpago se ha convertido en un laberinto militar del que no se ve salida.

Sabemos que Putin va a celebrar el tradicional desfile militar por las calles de Moscú, pero hay varias especulaciones sobre otros hechos que podrían marcar este 9 de mayo. En un principio se apuntaba que Putin podría aprovechar esta fecha tan señalada para declarar oficialmente la guerra en Ucrania, aunque esta posibilidad ha sido desmentida por el Kremlin.

Rusia podría presumir de la toma total de Mariúpol

Aun así, sí se espera que Putin presente a los rusos una gran victoria en esta contienda, y se ha especulado que podría tratarse de la toma de la acería de Azovstal, el último reducto de los defensores ucranianos de Mariúpol. Los temores de esta posibilidad se han incrementado tras el anuncio hecho la víspera por la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, sobre el fin de la evacuación de los civiles refugiados en Asovstal, lo cual dejaría las manos libres al Ejército ruso para un asalto final. El objetivo sería, según Kiev, arrasar con los defensores de la acería y organizar un desfile en Mariúpol dedicado al Día de la Victoria sobre el nazismo.

Mientras, en el mar Negro se incrementaron las tensiones después de que las fuerzas ucranianas atacaran en varias ocasiones la isla Zmiinyi (Serpiente), ubicada al sur de Odesa, donde los rusos mantienen una reducida guarnición desde el 24 de febrero. Durante los enfrentamientos, las fuerzas rusas derribaron cuatro aviones, cuatro helicópteros, tres drones y hundieron una lancha de desembarco, mientras que los ucranianos aseguraron haber derribado un helicóptero y hundido dos lanchas.

El Ministerio de Defensa ruso dejó entrever que las fuerzas ucranianas intentaron llevar a cabo un desembarco en la pequeña isla en horas de la tarde del sábado y la madrugada del domingo. Varios medios rusos sugirieron que el ataque ucraniano fue un intento de empañar los festejos del Día de la Victoria sobre la Alemania Nazi, quizás la celebración oficial más importante en Rusia.

Cruce de acusaciones entre Zelenski y Putin

Por otro lado, Ucrania y Rusia se han acusado mutuamente de nazis en el día previo al aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. "Varias décadas después de la Segunda Guerra Mundial la oscuridad retornó a Ucrania. En otra forma, bajo otros lemas, pero bajo el mismo objetivo. En Ucrania han hecho una sangrienta reconstrucción del nazismo", ha denunciado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Además, denunció que Rusia ha copiado "las ideas, acciones, palabras y símbolos" nazis y que repite en su país los delitos de Hitler en un intento de superarlo para "establecer un nuevo récord de xenofobia, odio, racismo y víctimas".

Una acusación que retomó Putin, pero en dirección de Ucrania, en un mensaje a los líderes y pueblos de varios países exsoviéticos, entre los cuales se dirigió al pueblo ucraniano, al alertar sobre "la inadmisibilidad de la revancha de los herederos ideológicos de quienes fueron vencidos en la Gran Guerra Patria". "Nuestro deber común es evitar el renacimiento del nazismo, que trajo tanto sufrimiento a la gente de diversos países", afirmó el mandatario.