El 'show' del presidente Trump: las seis destituciones más polémicas del Gobierno de Estados Unidos

El presidente de EE.UU. ha convertido los despidos y renuncias de su gobierno en un espectaculo que ha tenido a seis grandes protagonistas

El 'show' del presidente Trump: las seis destituciones más polémicas del Gobierno de Estados Unidos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha convertido los despidos y renuncias de su Gobierno en un auténtico "reality show", en el que sus protagonistas no saben si siguen o no en la Administración hasta que el mandatario se decide a enviar un mensaje en Twitter.

La expectación que rodea los despidos es un fiel reflejo del popular programa "The Apprentice" ("El aprendiz"), que lanzó a Trump al estrellato televisivo al grito de "¡Estás despedido!".

Estos son los seis finalistas en la carrera por las renuncias y despidos con más polémica:

A Trump le bastaron dos tuits para deshacerse hoy de su asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, un "halcón" con fama de intervencionista.

"Informé anoche a John Bolton de que ya no se requieren sus servicios en la Casa Blanca", anunció Trump en Twitter.

En sus 17 meses en la Casa Blanca, Bolton disparó la tensión con Irán y aumentó la presión contra lo que bautizó como la "troika de la tiranía" en Venezuela, Cuba y Nicaragua.

La relación entre Trump y Bolton llevaba meses deteriorándose debido a la frustración del presidente con respecto a la falta de resultados en la estrategia hacia Venezuela. Sin embargo, la gota que colmó el vaso fue la oposición del asesor presidencial a las negociaciones de Trump con los talibanes.

Alex Acosta, secretario de Trabajo durante más de dos años y el único hispano del Gobierno de Trump, se vio forzado a dimitir debido a su papel en el escándalo del magnate Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores y que se suicidó el pasado 10 de agosto mientras estaba en prisión.

Cuando era fiscal federal en Miami, en 2008, Acosta negoció con Epstein un acuerdo extrajudicial que le permitió esquivar un juicio por supuestamente abusar sexualmente de varias adolescentes en una de sus mansiones, en Palm Beach (Florida).

En este caso, Trump elogió a Acosta, pero dijo que entendía que no quisiera convertirse en una "distracción" dentro de su Gobierno.

Si una renuncia ha impactado en el ajedrez mundial esa ha sido la del general James Mattis, secretario de Defensa entre enero de 2017 y el mismo mes de 2019.

Mattis presentó su dimisión en diciembre de 2018 después de no haber podido persuadir a Trump para que mantuviera las tropas estadounidenses en Siria.

La carta en la que Mattis anunció su salida tuvo un gran impacto mediático. En ella, el general hizo una férrea defensa del sistema de alianzas de EE.UU. en el mundo y opinó que Washington debe "tratar a sus aliados con respeto", así como ser "resuelto e inequívoco" con sus competidores, como China y Rusia.

Esa carta no le hizo ninguna gracia a Trump, quien forzó a Mattis a abandonar el Pentágono antes de tiempo. Tuvo que salir el 1 de enero, en vez de a finales de febrero, como tenía previsto.

Como ocurrió con Mattis, Trump también pasó del amor al odio con Jeff Sessions, precursor del movimiento populista que colocó al magnate a la Casa Blanca y que ejerció como fiscal general entre enero de 2017 y noviembre de 2018.

El presidente guardaba un gran rencor a Sessions por su decisión de apartarse de la investigación sobre los supuestos vínculos ente Rusia y su campaña para las elecciones de 2016. Trump llegó a decir que de haber sabido que iba a apartarse no le habría elegido para liderar el Departamento de Justicia.

En un sinfín de ocasiones, Trump recurrió a Twitter para insultar a Sessions: le llamó "muy débil" y se burló de su "vergonzoso" comportamiento.

James Comey, el defenestrado director del FBI, se enteró de que Trump le había despedido cuando se encontraba en un acto privado con agentes del FBI en Los Ángeles (California). De repente, las televisiones de la sala se iluminaron con los rótulos de CNN: "Comey sale de la Administración".

En ese momento, Comey pensó que era una broma y soltó una risa antes de confirmar que la Casa Blanca había informado a los medios antes que a él.

Sin embargo, luego, Comey se cobró su venganza y aireó ante los medios y el Congreso algunos de los trapos sucios de Trump. Por ejemplo, aseguró que el mandatario le había presionado para que cerrara la investigación sobre su entonces asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, una de las figuras claves de la trama rusa.

Kelly llegó a la Casa Blanca en julio de 2017 con la complicada misión de poner orden en un Ala Oeste marcada por las luchas de poder. Logró imprimir algo de disciplina al entorno de Trump, pero no al propio mandatario, que siguió con su estilo caótico y sus anuncios a golpe de tuit.

La relación entre ambos llegó a un pico de tensión después de que Kelly criticara a Trump ante un grupo de legisladores, lo que provocó la ira del mandatario.

El resultado fue un anuncio del presidente a la prensa: "John Kelly se irá hacia finales de año". Y así fue. 

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