Tres meses de la guerra de Putin en Ucrania: 15.000 soldados rusos muertos y una victoria

Si la operación militar rusa se amplía a Odesa, la guerra se podría alargar, asegura a COPE José Ángel López, profesor de Derecho Internacional

Manuel Ángel Gómez

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Rusia ha perdido en tres meses de guerra en Ucrania a 15.000 soldados -según la inteligencia militar británica- y ha conseguido una victoria significativa, en Mariúpol. Moscú solo ha reconocido la muerte de algo de más de 1.300 de sus militares, mientras que Kiev eleva la cifra de víctimas mortales rusas hasta más de 28.000. Los ucranianos aseguran que entre 2.500 y 3.000 de sus soldados han caído en combate. Por su parte, Rusia afirma que han perdido la vida 14.000 combatientes de las fuerzas ucranianas en estos más de 90 días. “Es complejo hacer un balance de la guerra porque no se conocen los objetivos iniciales del Kremlin”, asegura a COPE José Ángel López, profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas. El ejército de Vladimir Putin ha logrado, después de varios meses de asedio, tener bajo su control la ciudad de Mariúpol -en el sur de Ucrania-, muy relevante estratégicamente para crear un corredor que una la península de Crimea con los territorios de Donetsk y Lugansk, en el este. Además, las tropas rusas están avanzando en esos territorios del este. Sin embargo, tuvieron que retirarse de los alrededores de Kiev y Járkov -las dos ciudades más importantes de Ucrania- y renunciar a ocuparlas militarmente.

La mayoría de los analistas occidentales coincide en que el Kremlin no calculó bien la voluntad de los ucranianos de combatir y de defender a su país. José Ángel López señala que “estamos asistiendo a una resistencia muy fuerte por parte de las fuerzas armadas ucranianas. Hemos visto en Mariúpol lo que ha costado hacerse con el control de la ciudad, y otra cuestión muy distinta es mantenerlo en el tiempo. La victoria ha tardado, la conquista definitiva de Mariúpol, una ciudad muy próxima a la frontera con Rusia y fundamental desde el punto de vista estratégico para controlar la salida del mar de Azov al mar Negro”. A su juicio, “en el resto de las cuestiones Moscú va sumando derrota tras derrota, y no sólo desde el punto de vista militar: las sanciones generales, crímenes de guerra, descrédito político, situación de aislamiento…”

Aparte de las bajas causadas entre el personal ruso, las fuerzas ucranianas han arrebatado al enemigo o destruido más de 3.500 vehículos, 124 aeronaves y 9 navíos de guerra, entre ellos el Moskva, buque insignia de la Armada de Putin. Es complejo pronosticar cuánto durará la guerra, “si va a ser una guerra que se enquiste, como los conflictos congelados en todo el espacio soviético como Transnistria u Osetia del Sur, es complejo establecer un horizonte temporal”, explica el profesor de Relaciones Internacionales de Comillas. Cree que “si la operación militar tratase de ampliarse a Odesa el horizonte temporal de la guerra se podría ampliar en el tiempo notablemente. Y el control de la región del Donbás y de Mariúpol va a ser difícil mantenerlo en el tiempo. No creo que la presidencia ni las fuerzas armadas ucranianas vayan a renunciar a parte de su integridad territorial”.