Alto Karabaj, ¿de conflicto territorial a guerra religiosa?

El renacido conflicto entre las repúblicas de Armenia y Azerbaiyán en torno al territorio autónomo del Alto Karabaj adquiere cada día más un peligroso perfil de guerra religiosa. Estos días, el representante ante la Santa Sede de la Iglesia Apostólica de Armenia en Europa, el arzobispo Barsamián, ha denunciado en Roma un deliberado y planificado ataque de las fuerzas armadas de Azerbaiyán contra la catedral del Santísimo Salvador de Artsaj, en la ciudad de Shushi, causando estragos considerables en el edificio. Recuerda el prelado armenio que entre 1998 y 2005, como resultado de la política azerí de destruir el patrimonio cultural y religioso cristiano, más de diez mil monumentos y símbolos religiosos fueron arrasadas para borrar la presencia armenia, tanto en el propio Azerbaiyán como en Karabaj.

Denuncia también que los dirigentes azeríes, apoyados por fuerzas mercenarias movilizadas por Turquía en el marco de su alianza político-religiosa, han actuado como una organización terrorista con continuos ataques al patrimonio cultural cristiano. De momento, de nada ha servido la tregua pactada en Moscú entre las fuerzas enfrentadas, que saltó por los aires minutos después de su entrada en vigor, este pasado domingo. Cabe esperar que la comunidad internacional decida intervenir de una vez para detener este larvado conflicto que ya empieza a rebasar la vieja disputa territorial para convertirse en un nuevo frente de persecución religiosa, que en las mentes de la población armenia evoca el terrible genocidio de 1915, por el que Turquía no ha asumido ninguna responsabilidad.