19 de julio

Boris Johnson: de la flema al radicalismo antisistema

La situación es similar a la que atraviesan los partidos conservadores en otros países, comenzando por Estados Unidos

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Los conservadores británicos van a culminar un espectacular viraje desde el centro político y la sensatez a la radicalidad y el populismo, un proceso similar al que protagonizaron ya los laboristas con Jeremy Corbyn. Si un imprevisto de última hora no lo remedia, Boris Johnson sucederá la próxima semana a Theresa May, que se ha despedido con un dramático alegato a recuperar la moderación. Los herederos del pragmatismo con valores tradicionales de Edmund Burke van a echarse en los brazos de un demagogo que les promete, como propuesta estrella, estar dispuesto a un Brexit salvaje y sin acuerdo. El partido que siempre presumió de aportar estabilidad y buena gestión está hoy dominado por los partidarios de romper a toda costa con Europa, aunque resulte ruinoso para el Reino Unido y amenace su unidad territorial.

La situación es similar a la que atraviesan los partidos conservadores en otros países, comenzando por Estados Unidos. La crisis iniciada en 2007 ha dinamitado consensos básicos, pero las causas seguramente son más complejas y apuntan a la pérdida de peso de instituciones como la familia o las iglesias, que aportaban sentido y estabilidad a la organización social. Sin estos contrapesos la política se convierte en un subproducto de la industria del entretenimiento, tendencia de la que ni siquiera se libra el Partido Conservador británico, antes paradigma de organización flemática.