Línea Editorial COPE: Caminar juntos con esperanza

Venezuela y los venezolanos se abren a un tiempo político nuevo. Lo que la ciudadanía desea mayoritariamente, es bien sabido. Los venezolanos quieren trabajo, seguridad y libertad, en todas y cada una de sus dimensiones. El 28 de julio hay elecciones, y los Obispos de Venezuela han publicado una Exhortación Pastoral en la que no solo abordan la relevancia histórica de estos comicios, sino lo que significa participar como ciudadanos conscientes, libres y responsables.

Un pueblo libre es capaz cambiar el rumbo de su historia. Y, aunque a los venezolanos les está resultando especialmente difícil porque no gozan de libertad ni de igualdad de oportunidades, es muy cierto que la determinación y la unidad son cruciales. Los venezolanos del interior, la oposición que reside fuera y todos los que han tenido que emigrar son la prueba evidente de la necesidad de un cambio. Y ese cambio es posible, desde la institucionalidad y el respeto más escrupuloso a la voluntad popular. El ejército, el consejo electoral y los medios de comunicación se deben a la ciudadanía y a la expresión libre de su voluntad. No caben interpretaciones ideológicas ni lecturas interesadas de la realidad. El servicio a la ciudadanía y al bien común son imperativos. Y esto pasa por crear empleo digno, hacer efectiva la separación de poderes, reinstitucionalizar el Estado y el país, promover, de verdad, los derechos humanos, mejorar los servicios públicos, fortalecer el sistema sanitario y educativo.

El pueblo venezolano es el único legitimado para decidir el destino de su país. Eso es, ante todo, la voluntad popular.