23 de noviembre

Línea editorial: "La gente se echa a la calle contra la Ley Celaá"

La llamada Ley Celáa logra lo que parecía imposible: empeorar aún más la situación existente y fracturar de manera más profunda a la sociedad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Miles de coches han colapsado este domingo Madrid en una manifestación contra la nueva ley de educación, en un acto cívico que ha tenido su réplica en otras 30 ciudades españolas. El Ejecutivo que presume de ser el Gobierno que escucha y atiende a las demandas de la gente ha sacado adelante, con el apoyo de sus socios radicales, la ley educativa con menor consenso de toda la etapa democrática.

La llamada Ley Celáa logra lo que parecía imposible: empeorar aún más la situación existente y fracturar de manera más profunda a una sociedad que comienza a mostrar su hartazgo sin complejos. Miles de familias en toda España han dicho “basta ya” ante el sectarismo que destila la nueva ley.

Echa por tierra la cultura del esfuerzo, entiende de manera ideológica lo que debería ser la escuela pública, pone en la picota a la escuela concertada y consigue cabrear a la gran mayoría de los padres de alumnos con necesidades especiales, a los que la ley se empeña, bajo el pretexto de la igualdad, en negarles lo que verdaderamente necesitan y la experiencia ha demostrado que funciona.

Por desgracia, este mismo domingo, mientras la calle se convertía en un clamor, el diario El País servía de altavoz a la ministra Celáa para tratar de defender lo indefendible y seguir con el mantra de que la nueva ley es una apuesta por la equidad, frente a una supuesta educación elistista que hasta ahora habríamos padecido.

Ojalá, como ha dicho el Cardenal Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, algún día alcancemos el tan anhelado pacto educativo, al que en tantas ocasiones se ha referido el Papa Francisco; un pacto que, por cierto, el propio Partido Socialista usó durante la campaña electoral, en otra promesa incumplida, que vuelve a colocar lo que hacen muy lejos de lo que dicen.