4 DE JUNIO

Un problema de confianza

Sánchez se ha desautorizado a sí mismo como el líder que debiera suscitar la confianza y el apoyo de todo el arco parlamentario.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Pedro Sánchez ha conseguido la sexta prórroga del estado de alarma después de un nuevo y bronco debate parlamentario. Cuando finalice este periodo, el 21 de junio, quedará por ver en qué consiste realmente la “nueva normalidad” anunciada por el presidente. Resulta penoso que el propio Sánchez haya dinamitado, con su estrategia de engaños y pactos políticos para mantener la alarma, sus aparentes intentos de atraer a la oposición para trabajar juntos en la tarea de reconstrucción del tejido económico.

Su llamamiento a la unidad de los partidos sonaba ayer vacío después de gritar un “Viva el 8 de marzo” para negar la evidencia de que el empeño del Gobierno en no tomar medidas, para permitir las manifestaciones feministas, ha favorecido la expansión de la pandemia. Ya se verán en el ámbito judicial las posibles responsabilidades de cada cual.

Ahora el gran problema es que, ante la recesión anunciada, Sánchez se ha desautorizado a sí mismo como el líder que debiera suscitar la confianza y el apoyo de todo el arco parlamentario. La propia comisión diseñada para aunar esfuerzos parece casi arruinada por el vicepresidente Iglesias, que asume el papel de “poli malo” en el seno de un gobierno bicéfalo. Resulta muy difícil depositar confianza en quienes asaltan las instituciones y destruyen todos los puentes de entendimiento, pero la situación es tan difícil que no se puede abandonar la tarea de intentar construir juntos por el bien de España.