La mitad de Estados Unidos no ha sido condenada

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La mitad de Estados Unidos no ha sido condenada

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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No está claro cuál va a ser el impacto electoral de la condena de Trump. Es la primera vez que un expresidente de los Estados Unidos y virtual candidato se enfrenta a esta situación. Trump está ligeramente por delante de Biden en las encuestas, pero los sondeos hechos antes del fallo apuntaban a que el republicano perdería al menos el diez por ciento de los apoyos si era condenado.

Queda mucho tiempo para las elecciones de noviembre. Todo apunta a que el mundo puede llegar a ser muy diferente si Trump es presidente. Él mismo ha asegurado que en su primer mandato fue demasiado ingenuo porque permitió que los mecanismos institucionales de la democracia estadounidense y los altos funcionarios le frenaran. Todo indica que la intención de Trump es despedir rápidamente a empleados públicos en puestos clave y sustituirlos por personal de su cuerda. Trump puede frenar el apoyo a Ucrania, debilitar a la OTAN y aumentar la tensión con China, endurecer la ya dura política migratoria, incrementar la polarización e intentar reducir los controles y contrapesos que tiene un presidente de los Estados Unidos.

El fenómeno Trump no se entiende sin entender el contexto. Biden no ha conseguido convencer a muchos estadounidenses de que sus políticas han mejorado sus vidas. Los demócratas no han sabido desmontar la polarización y superar la división entre trumpistas y antitrumpistas. Estos pueden pensar que la condena al expresidente supone la reparación moral de la mitad del país y la condena moral de la otra la mitad del país. Eso sólo empeorará las cosas.