Ángel Carromero, el 'fontanero' del PP de Madrid acusado del supuesto espionaje al hermano de Ayuso

Conducía el coche en el que murió el disidente cubano Oswaldo Payá tras un accidente. Su paso por Nuevas Generaciones del PP también dejó numerosas polémicas

Ángel Carromero, el 'fontanero' del PP de Madrid acusado del supuesto espionaje al hermano de Ayuso

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En el ayuntamiento de Madrid, todo el mundo conoce a Ángel Carromero. El exsecretario general de nuevas generaciones del PP madrileño y actual consultor lleva casi toda la vida dedicado a la política. Para muchos, además, es el 'fontanero' que marca el camino del partido en la región y el hombre en el que algunos dirigentes del PP confían para llevar a cabo tareas internas. Su nombre ha vuelto a salir a la palestra este jueves después de que algunos medios le hayan señalado como el brazo ejecutor para espiar al hermano de Isabel Díaz Ayuso y buscar información que pueda sepultar la meteórica carrera de la presidenta madrileña.

"El objetivo de Carromero y otros cargos de confianza del PP que llevan meses actuando en la sombra como fontaneros de Génova es conseguir información comprometedora sobre el hermano de la presidenta madrileña, Tomás Díaz Ayuso. Sospechan que se llevó una comisión por un contrato concedido por el Ejecutivo regional a un supuesto empresario amigo", señala el diario El Confidencial.

Por toda su trayectoria en el partido, Carromero ha sido siempre una pieza 'crucial' en el PP madrileño. En 2019, Martínez-Almeida le integró dentro de su círculo más cercano tras ganar las elecciones. Pero no ha sido el único: Ángel Carromero lleva 13 años encadenando sueldos públicos gracias al PP, con Gallardón, Botella y Aguirre. Licenciado en Derecho, lleva como asesor municipal desde diciembre de 2008, cuando lo fichó Alberto Ruiz-Gallardón con solo 23 años. Primero en la junta municipal de La Latina y luego en la de Moratalaz. Según Newtral, su sueldo actual es de 91.144,32 euros.

Sobre su etapa como presidente de nuevas generaciones, algunos de sus compañeros no hablan bien de él. "Según los críticos, cesaba a los dirigentes de la filial juvenil que cuestionaban su liderazgo. Su forma de actuar le llevó al comité de garantías regional, pero al final todo se arregló porque denunciantes y denunciado llegaron a un acuerdo. Carromero no es una persona que deje indiferentes a sus compañeros. Sus amigos lo tachan de "supertrabajador" y sus enemigos lo califican de "peligroso". Los que le conocen menos coinciden sorprendentemente en señalar que "lo mejor es no llevarse mal con él", escribía El Confidencial en 2019.

La formación juvenil del PP redactó un informe de expulsión a Carromero por trasladar militantes de un distrito a otro en 2009. Algunos afiliados le denunciaron por hacerlo sin su consentimiento y por recibir presiones para votar a un determinado candidato. El partido le abrió expediente pero el asunto quedó en nada.

El Confidencial también publicó en 2017 que sus amigos fieles no sólo conseguían puestos de dirección en el partido. "También obtienen empleos en administraciones del PP y en el propio partido" con retribuciones de hasta 60.000 euros al año.

Ángel Carromero, el fontanero del PP de Madrid acusado del supuesto espionaje al hermano de Ayuso

Pero el capítulo que marcó para siempre su vida ocurrió en Cuba en 2012. En la isla, fue condenado a cuatro años de prisión por la muerte de los disidentes cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero en un accidente de tráfico ocurrido el 22 de julio de 2012. Carromero, que conducía el vehículo, y el dirigente de la Juventud Cristiano Demócrata de Suecia, Aron Modig, solo resultaron heridos. el Ministerio del Interior de Cuba divulgó un informe donde se apuntaba que el accidente se produjo por "falta de atención al control del vehículo, el exceso de velocidad y la incorrecta decisión de aplicar los frenos de manera abrupta en una superficie resbaladiza las causas que determinaron este trágico accidente que costó la vida a dos seres humanos". En España se investigó si a Carromero se le había retirado el carné de conducir en las fechas previas a su viaje a Cuba por diversas faltas al volante.

Tras intensas negociaciones entre los gobiernos de Cuba y de España, Carromero fue trasladado a la cárcel de Segovia. Poco tiempo después, se le aplicaría el tercer grado. En una entrevista en The Washington Post, Carromero manifestó que fue otro vehículo con un distintivo del gobierno cubano el que les embistió y provocó el accidente. También calificó el juicio en el que había sido condenado como farsa y añadió que fue obligado a mentir para aceptar la versión que el tribunal cubano ofreció finalmente. En su segunda entrevista, esta vez en "El Mundo" Carromero dijo que estaba seguro de que Payá había salido vivo del accidente y que agentes de la Seguridad del Estado cubano le mataron después. A finales de febrero de 2014, la Audiencia Nacional confirmó la decisión del juez Eloy Velasco, tomada en septiembre de 2013, de no aceptar la querella interpuesta por la familia de Oswaldo Payá contra dos altos mandos militares cubanos por la muerte del disidente cubano tras el relato ofrecido por Carromero. Esta sentencia de la Audiencia Nacional tuvo como consecuencia también que la justicia española diera por bueno y válido el juicio celebrado en Cuba contra Carromero, donde fue condenado por homicidio imprudente.

Durante años, Carromero se mantuvo en un segundo plano y ya en 2019, Pablo Casado le nombró director general de coordinación de la Alcaldía de Madrid, así como responsable de acción territorial del PP en la capital. En su curriculum también se le achaca el haber estado detrás de la trama de espías encargada contra el exvicealcalde de Gallardón, Manuel Cobo, en los tiempos de la guerra brutal con Aguirre. Un espionaje, ahora contra Ayuso, que le ha devuelto a la plena actualidad.