Estación de Chamartín-Clara Campoamor: ¿Por qué se llamaba originalmente Chamartín?

El Gobierno ha decidido renombrar la estación de Chamartín a Clara Campoamor según el plan de divulgación de Memoria Democrática

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La tensión entre los partidos de izquierda y derecha se está dejando ver con los nuevos cambios de calles que se están anunciando en los últimos días. Una de las últimas propuestas ha sido la de retirar las calles de los dirigentes socialistas, Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto. Este martes, el Pleno de Madrid ya ha dado luz verde a esta petición apoyada por PP, Ciudadanos y Vox. También se suma el nuevo nombre de la Estación de Chamartín que pasará a llamarse Chamartín-Clara Campoamor. Así lo ha anunciado en una rueda de prensa la portavoz María Jesús Montero. Con esto el Gobierno quiere reconocer la lucha de la impulsora del sufragio femenino en España. Aunque en este caso resulta paradójico que las izquierdas votase en contra de la iniciativa de Campoamor por el sufragio femenino en las cortes republicanas. Esta iniciativa es una de las muchas que cumple con el plan de gobierno para la divulgación de la Memoria Democrática.

La estación de Chamartín es uno de esos edificios de la capital con un largo recorrido histórico. No es cualquier estación, es, incluso, un referente internacional como complejo ferroviario. Sus comienzos fueron más sencillos. En 1928, Madrid estaba a punto de llegar al millón de habitantes. Por tanto, resultaban necesarias infraestructuras que comunicaran distintos puntos de la ciudad. Uno de los lugares elegidos fue el entonces municipio Chamartín de la Rosa. La Guerra Civil paralizó las obras. Los primeros años se trataba de un apeadero, una pequeña estación provisional que tenía como objetivo conectar el norte de Madrid con la estación de Atocha, al sur.

La idea era establecer un eje ferroviario que recorriera la ciudad de punta a punta. En 1972 se impulsó un gran proyecto ferroviario, una nueva estación de Chamartín. En 1975, se inauguró la estación que todos conocemos hoy, además de ser conocido a nivel internacional, también es el principal centro de Alta Velocidad Española. Supone una de las principales conexiones con el norte de la Península. También cumple con su primer cometido: ser el punto neurálgico de las comunicaciones dentro de Madrid.

Tanto tiempo siendo la estación de Chamartín para los madrileños, ¿cómo se va a recibir este cambio de nombre? Puede ser que en la mayoría de los casos con cierta indiferencia, y en otros, incluso con rechazo tanto por parte de los viajeros como de los trabajadores de la estación. Quizás no va a tener la influencia que se espera. Podría ocurrir como en el caso del aeropuerto, nadie llama Adolfo Suárez a Barajas. Probablemente para los madrileños un nombre no va a cambiar gran cosa porque al fin y al cabo, la estación va a seguir siendo Chamartín, la de toda la vida.