El Gregorio Marañón da el alta a la pequeña Cloe un mes después de su trasplante de corazón

La unidad de cardiología no ha cambiado sus protocolos de actuación pero sí se ha adaptado a la nueva situación provocada por el COVID-19. Fue la primera en aislar a sus pacientes y limitar el acompañamiento a una persona.

La pequeña Cloe ya se encuentra en casa después de haber pasado casi un mes entre la UCI pediátrica y la planta de cardiología Infantil del Gregorio Marañón. Allí ha dejado una familia que la ha cuidado durante todo este tiempo manteniendo todos los protocolos igual que antes de la pandemia. Lo ha contado a COPE, Alejandra Cuenca, supervisora de la Unidad de Cardiología Infantil, que destaca que la “única diferencia ha sido que su madre no podía estar apoyada por el resto de la familia”, algo que han intentado suplir desde el hospital “con más apoyo emocional, pero al igual que hacemos siempre”.

Ante la incertidumbre de la primera semana esta unidad fue “la primera en la que tomamos precauciones de protección, distancia de seguridad y desde el primer momento decidimos aislar a nuestros pacientes porque no podían permitirse pasar el COVID”, explica. Y eso también fue “lo más duro para los padres” porque tuvieron que limitar el acompañamiento a una persona “y se vieron más solos porque además la mayoría son de otras comunidades autónomas”. Algo que suplieron en el hospital con más apoyo. “Lo hemos vivido como una familia, hasta tal punto que algunas enfermeras traen comida de su casa para los familiares”, nos cuenta Alejandra.

Aunque en la unidad no ha habido casos de COVID-19 han tenido que ceder personal y reforzar los cuidados porque no se ha paralizado ninguna intervención urgente “como demuestra que hicimos una operación de trasplante en lo más alto de la pandemia”, concluye Alejandra.