La prueba de la mano para sacar a pasear a tu perro este verano y no poner en riesgo su salud: "Si no aguantas cinco segundos"
Uno de los errores más comunes es sacarles en las horas de más calor, como confiesa el experto Juan Carlos Castilla en Poniendo las Calles

Carlos Moreno 'El Pulpo' conoce con Juan Carlos Castilla, fundador y director de Noblecan, cómo cuidar de nuestras mascotas en verano
Publicado el
3 min lectura
Cuando el termómetro se dispara en verano, muchos propietarios de mascotas cometen el mismo error: salir a pasear a su perro en las horas de más calor. Y eso, como explica el experto en comportamiento canino Juan Carlos Castilla en Poniendo las Calles, puede poner en serio peligro la salud del animal. “Uno de los errores más comunes es sacarles en las horas de más calor”, advirtió en una entrevista con Carlos Moreno 'El Pulpo'. Castilla, fundador y director de Noblecan, dejó un consejo clave para proteger a nuestras mascotas: la prueba del dorso de la mano.
"Si no aguantas cinco segundos con la mano en el asfalto, el perro no debería pisarlo", explicó. Y es que el asfalto oscuro puede alcanzar temperaturas abrasadoras que provocan quemaduras en las almohadillas de los perros. Por eso, el momento del día en que decidimos pasearles es mucho más que una cuestión de rutina: es una cuestión de salud.
El peligro invisible del calor
Durante la charla, Juan Carlos Castilla recordó que los perros no sudan como los humanos. Su regulación térmica se basa en mecanismos distintos: “Tienen glándulas sudoríparas en las almohadillas y en la nariz, y por eso jadean para liberar calor”. Este sistema, más limitado que el nuestro, hace que los perros sean mucho más propensos a sufrir un golpe de calor, un riesgo que puede llegar a ser mortal si no se actúa a tiempo.
Más sobre mascotas
“La temperatura normal de un perro oscila entre los 37,5 °C y los 39 °C, pero con un golpe de calor puede superar los 40 °C con rapidez”, alertó. Entre los síntomas más habituales, citó el jadeo excesivo, encías y lengua rojizas, desorientación o incluso convulsiones. ¿Qué hacer si sucede? Bajar la temperatura del perro con paños húmedos (nunca fríos), llevarlo a la sombra, ofrecerle agua fresca a pequeños sorbos y acudir al veterinario.
En verano, incluso la alimentación del perro cambia. Muchos comen menos, y eso es completamente normal. Castilla recomienda ofrecer comida húmeda, snacks naturales refrescantes como cubitos de hielo con caldo o fruta apta (sin sal, ni cebolla, ni ajo) y mantener agua limpia y fresca siempre disponible en varios puntos de la casa.
Rutinas, pelo y vacaciones: otras claves del verano
Otra cuestión polémica es si es recomendable cortar el pelo a los perros en verano. La respuesta de Castilla es clara: no. “El pelo cumple una función protectora frente al sol, regula su temperatura y les protege de los insectos”. En lugar de cortar, recomienda cepillar frecuentemente para eliminar el pelo muerto y favorecer la ventilación de la piel. Además, recuerda que los baños deben hacerse con moderación, “uno al mes es más que suficiente”.

Golden Retriever de 11 años viajó de Venezuela a España y juega en el parque con su dueño, Alcoy
Cuando llega el momento de las vacaciones, Castilla subraya que los perros son animales de rutina. Cambiar de casa, de horario o de entorno puede generarles ansiedad. Por eso recomienda hacerlo con calma, y si el perro no viaja con la familia, que se quede en una residencia de confianza o con alguien que le mantenga sus hábitos. En los desplazamientos, especialmente en coche, hay que prestar atención a la ventilación, realizar paradas frecuentes y evitar dejar al animal solo en el vehículo.
Desde Noblecan —que ofrece adiestramiento y educación canina a domicilio en Madrid, Valencia y alrededores— Castilla insiste en que comprender a nuestros perros es la base de una convivencia saludable. “Un perro tranquilo es un perro bien entendido y cuidado”, afirmó. Y eso incluye entender sus señales: jadeo excesivo, inquietud o cambios frecuentes de sitio para tumbarse pueden ser pistas de que sufre calor.

Una mujer pasea a un perro mientras escribe mensajes de texto en su móvil en la Playa de Zarautz en Zarautz
En momentos de calor extremo, también son útiles recursos como las alfombrillas refrescantes, bajar persianas durante las horas de más sol o reducir la actividad física. “Podemos sustituir juegos de correr por juegos de olfato o inteligencia”, sugiere, que estimulan al perro sin riesgos.