La carta de una enferma de cáncer a Spiriman: "Yo sí te comprendo. Ojalá puedas vencer"

Ana Luisa Pombo, redactora de COPE y enferma de cáncer, responde a las polémicas declaraciones del médico Spiriman sobre la enfermedad

La carta de una enferma de cáncer a Spiriman: "Yo sí te comprendo"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Ana Luisa Pombo es redactora de COPE. Está enferma de cáncer y ha visto la polémica que se ha organizado en redes sociales por el mensaje que el médico granadino conocido como Spiriman (Jesús Candel) publicaba en Twitter: "El que se quiere curar de cáncer se cura, y el que no, se muere. La actitud es la aliada de la evidencia científica de tratamientos muy duros. Repito: el que quiere consigue lo que quiere. Es mi forma de pensar. El que no quiere, no lo consigue", escribía Spiriman en su cuenta, donde ha ido relatando su lucha personal contra la enfermedad.

Cuenta de Spiriman suspendida

Cuenta de Spiriman suspendida

Actualmente, Twitter ha suspendido la cuenta del médico por la publicación de su mensaje sobre el cáncer. Un mensaje al que Ana Luisa ha querido contestar con su propia carta:

"Spiriman, yo sí te comprendo"

"Yo también soy una enferma con cáncer metastásico y tengo que decir que sí, que te comprendo, aunque no lo comparta, cuando dices que en esta guerra, el que lucha gana y el que no lucha se muere.

Te entiendo porque sé muy bien que cada uno lleva su dolor como puede y se agarra al clavo ardiendo que le parece más oportuno y, para tí ese clavo es pensar que eres tan fuerte que vas a ganar y los demás pierden porque son, somos, débiles. Es una forma como otra cualquiera, de defenderse mentalmente contra el bicho, igual que lo son las de todos y cada uno de quienes nos hemos visto sorprendidos por ese enemigo cruel y despiadado.

Unos nos aferramos a la fe en Dios y en esos médicos y sanitarios que, inasequibles al desaliento, nos animan, nos ayudan y nos acompañan en el camino para ir retirando de nuestro paso todos los obstáculos que su saber y la ciencia les permiten.

Tú, que con tesón y mucha osadía has ido consiguiendo tus propósitos, frente al cáncer que te mina y te duele, como nos duele a todos el nuestro, decidiste agarrarte a esa fortaleza personal jalonada de no poca arrogancia que, siendo un médico del montón, te ha permitido levantar pasiones e incluso poner en algún brete al sistema sanitario, aprovechando que las personas somos fácilmente impresionables y manejables, especialmente en cuestiones de salud.

Te has agarrado a la convicción de que si quieres, puedes. Ojalá puedas.

Ojalá todos podamos con este bicho que pone al revés nuestras vidas y las vidas de nuestros seres queridos porque, aunque de tus palabras se deduce que piensas que tienes más ganas que nadie de luchar, esas son ganas compartidas por todos los enfermos oncológicos.

Todos queremos poder; todos queremos poder ganar esa guerra, queremos poder seguir disfrutando de nuestras familias, queremos poder seguir coronando las cumbres de nuestros proyectos de futuro tantas veces aplazados por las embestidas del cáncer, QUEREMOS VIVIR. Eso sí, porque sabemos que cada cual lucha como puede, no osaríamos propiciar el equívoco de que los que mueren, los muchos miles que pierden la guerra lo hacen porque se han rendido.

No, en esta guerra, nadie se rinde pero ocurre que, como en todas, la victoria no siempre es posible y lo peor de todo es que no siempre está en nuestras manos a pesar de nuestra actitud, nuestra voluntad y nuestros deseos de luchar ferozmente para ganarla.

El problema Spiriman es que el cáncer no resulta sensible a las arengas populistas; el cáncer no tiene sentimientos, por lo que no se deja impresionar por palabras e intenciones.

El cáncer va por libre y se detiene únicamente frente a la barrera incuestionable de la ciencia y la caprichosamente fortuita de la suerte pero, si a ti te funciona, si te va bien en tu lucha pensar que eres más fuerte que todos los que pelearon como jabatos y aun así no pudieron alzarse con el triunfo, si ese es el clavo ardiendo al que te aferras porque te permite seguir adelante, yo, sin compartir tu clavo, sí te comprendo porque cada uno lucha cómo y con las armas que puede. Ojalá puedas. Ojalá todos podamos".

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