La crisis no frena el gasto familiar en clases particulares: "Se está viendo como objeto de primera necesidad"

El 24% de los estudiantes españoles de primaria y secundaria va a clases particulares, una cifra que va en aumento y a la que las crisis no parecen poner freno

María Bandera

Publicado el - Actualizado

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El 24% de los estudiantes españoles va a clases particulares. Una cifra que va en aumento y a la que las crisis no han puesto freno. Así lo refleja el estudio 'Educación en la sombra', elaborado por el profesor titular de la UNED Juan Manuel Moreno que refleja el gasto de los hogares españoles en clases particulares, a partir de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE. El estudio pone sobre la mesa un dato que cuanto menos sorprende. “En la gran recesión 2008- 2015, cuando aumentó el paro y cayó el gasto en alimentación, ropa o restaurantes, vimos que el gasto en clases particulares seguía subiendo”, señala a COPE.es Juan Manuel Moreno, especialista principal de Educación en el Banco Mundial y Catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la UNED.

Para explicar la razón de esta paradoja hay poner el dato en “perspectiva”. Los hogares que gastan en clases particulares "suponen menos de una cuarta parte de aquellos que tienen hijos en edad escolar, es decir, la abrumadora mayoría de hogares españoles no invierte en esta partida". Sin embargo, esa cuarta parte sí que ha mantenido -incluso incrementado- el gasto en un contexto económico en el que cualquiera hubiera apostado por hacer todo lo contrario”. Es más, llama la atención que este gasto “no solo lo incrementan los hogares más ricos, también lo hacen los de menos recursos, que incluso han llegado a aumentar el gasto más que otros hogares más pudientes en ese período 2006-2019”.

EDUCACION EN LA SOMBRA

Con esta 'educación en la sombra', las familias no solo buscan “reforzar y compensar el aprendizaje de alumnos con dificultades", como se pensaba hasta ahora, también se recurre a ella para que los más pequeños "puedan enriquecer sus conocimientos y destacar”.

Una realidad que demuestra que para esas familias “este gasto se está convirtiendo en un objeto de primera necesidad”, ya que perciben “que todo lo que inviertan en educación es poco para conseguir que sus hijos tengan oportunidades en un mercado laboral cada vez más hostil".

¿DESCONFIANZA EN EL SISTEMA EDUCATIVO?

Para Juan Manuel Moreno resulta “catastrófista” pensar que el optar por estas clases “implique una desconfianza en el sistema educativo actual". “El simple hecho de que sean las familias más ricas las que más invierten, siendo éstas las que llevan a sus hijos a colegios privados por considerarlos de mayor calidad que los públicos, desmontaría esa hipótesis”. Se trata más bien de la "demanda de más atención personalizada y de más oportunidades de aprender para sus hijos".

En este sentido, insiste el profesor, "se trata de un reflejo de una sociedad tremendamente competitiva en la que los padres han tomado conciencia de que o invierten más o sus hijos se quedan atrás”.

A LA COLA

El gasto en clases particulares en nuestro país ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos 15 años. No obstante pese a esta tendencia ascendente, el gasto de España en clases particulares dista mucho del que realizan otros países. “En Japón, Corea o China el porcentaje de estudiantes que asiste a clases particulares es de al menos un 80%, con lo que la educación en la sombra se ha convertido en una auténtica norma social". Nosotros estaríamos en torno al 24%.

El caso de Egipto es más extremo pero ayuda a entender esta tendencia global, “allí la norma social es tan fuerte que si unos padres no llevan a un hijo a clases particulares, se les considera malos padres”.

SIMBIOSIS VS PARASITISMO

Juan Manuel Moreno considera que “el tener un refuerzo, sobre todo cuando las jornadas escolares son más breves, puede venir bien, el problema es cuando este papel se transforma de un "suplemento a una suplantación”.

“La escuela y las clases particulares han vivido en simbiosis, cooperan, el problema es cuando se convierte en parasitismo. Esto ocurre en algunos países donde el profesorado está muy mal pagado y ve una vía de ingresos en las clases particulares, con lo que dedica su mejor esfuerzo y motivación a ellas".

Y cuando se traspasa esa delgada línea entre simbiosis y parasitismo, "el problema es gravísimo”.