Un estudio demuestra cuáles son las bromas que más gracia hacen

La risa hace que nuestro cerebro libere endorfinas, conocidas como la "hormona de la felicidad" y que nuestro estado de ánimo mejore. Las "risas enlatadas" son más graciosas

Friends,Having,Fun,In,A,Cafe.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Los seres humanos nos diferenciamos del resto del animales en muchas cosas, una de ellas es el sentido del humor. Las risas provocan que nuestro cerebro segregue endorfinas, conocidas como la "hormona de la felicidad", así como dopamina, encargada de mantener las conexiones cerebrales y una mejora de la agilidad mental. Además, las bromas que nos causan risa, provoca que nuestro estado de ánimo se vea mejorado considerablemente. Por ello, podemos decir que reír es la mejor medicina que existe, como bien dice el dicho popular. Esto ha generado que múltiples investigaciones se centren en estudiar los poderes que tiene la risa.

Un estudio publicado en la revista 'Nature' ha determinado que las "risas enlatadas" que se ponen en las series humorísticas de televisión hace que las bromas que utilicen parezcan más graciosas. Aunque para muchas personas puedan resultar tediosas, la investigación llevada a cabo por la University College London (Reino Unido) y liderada por la experta Sophie Scott, sugiere que este recurso televisivo funciona mejor cuanto más espontáneas y menos forzadas suenen las carcajadas pregrabadas. El equipo de investigadores detectó que sus hallazgos pueden ser aplicados a las personas "neurotípicas", es decir, sin ninguna alteración en su desarrollo neuronal.

"Risas enlatadas"

Pero también se aplican a aquellos individuos diagnosticados con autismo. "Me fascina el hecho de que la risa no solo hace que un chiste parezca más gracioso, sino que también lo hace más gracioso cuanto más espontánea es", comenta Scott en el estudio titulado como 'Las calificaciones de humor de los chistes malos para adultos neurotípicos y autistas son moduladas por la risa de otras personas'. Para realizar su estudio decidieron analizar las respuestas aportadas por un número determinado de personas a los que se les pidió que calificaran en grado de gracia que les hacían los chistes acompañados por "risas enlatadas".

Leídos por un cómico profesional, las bromas fueron seleccionadas por los autores porque, en su opinión, entraban dentro de la categoría denominada en inglés "chistes de papá", es decir, "chistes malos", según indican en un comunicado. Lo primero que hicieron los expertos fue establecer una calificación general de base sobre el grado de gracia que un determinado grupo de participantes del estudio le otorgó a ciertos chistes. Esta nota estaba dividida en una escala que iba del cero al siete. Acto seguido presentaron los mismos chistes a unos sujetos diferentes.

La risa nos afecta a todos aunque no seamos conscientes de ello

Entre ellos se encontraban 48 personas neurotípicas y 24 con autismo. A la mitad de las bromas mostradas les acompañaba el sonido de las "risas enlatadas", que se caracterizaban por ser cortas y espontáneas. La otra mitad era risas pregrabadas que eran cortas y fingidas. Las notas de los participantes relevaron que la presencia artificial de "risas", independientemente de su tipo, aumentan la percepción de que una broma es más graciosa. Esto quiere decir que las hacen más graciosas de lo que puede que sean en realidad.

En este sentido, precisan los autores, el tipo de "risa enlatada" que acompaña a un "gag" (palabra inglesa que significa un golpe de efecto cómico en un producto televisivo) determinado tiene gran importancia, pues los sujetos dan diferentes respuestas de acuerdo con su espontaneidad y apariencia de autenticidad. A los investigadores les intrigó descubrir que el efecto de las risas grabadas fue idéntico en individuos neurotípicos y autistas, lo que sugiere que a todos nos afecta la risa, "seamos conscientes o no", concluyen.