Hablar con uno mismo no es síntoma de una enfermedad mental: Estos son sus beneficios

A menudo nos avergonzamos de hablar en voz alta con nosotros mismos, sin embargo, es una tarea que hacemos constantemente. Varios estudios han demostrado que es beneficioso

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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A veces nos avergonzamos de hablar con nosotros mismos, sobre todo si decimos nuestro nombre en voz alta y tendemos a pensar que estamos locos. Esto se debe a que asociamos el hecho de hablar en voz alta con comunicarnos con los demás. Sin embargo, son muchas personas las que conversan consigo mismos, por ello nos preguntamos ¿Es esto normal y saludable? De hecho, todos hablamos en silencio con nosotros mismos constantemente. Y no, no solo cuando pensamos "¿Dónde he dejado esto?", sino que también tenemos conversaciones profundas y trascendentales.

Pues resulta que estas charlas internas son muy saludables porque mantienen nuestra mente en forma. Gracias a ellas organizamos nuestros pensamientos, planeamos lo que queremos llevar a cabo en el futuro (próximo o lejano), consolidamos la memoria y damos forma a las emociones. Hablar en voz alta puede ser la continuación de la silenciosa conversación interior, y puede estar provocado cuando se activa involuntariamente un comando motor. El psicólogo suizo Jean Piaget observó que los niños pequeños empiezan a controlar sus acciones cuando comienzan a desarrollar el lenguaje.

Comparación con primates

Por ejemplo, si un niño pequeño se acerca a una superficie que quema, dirá en voz alta "Caliente, quema" y se alejará. Este tipo de conducta puede continuar en la edad adulta. Comparando este comportamiento con los primates, ellos no se hablan a sí mismos, pero se ha descubierto que controlan sus propias acciones a través de la activación de metas en un tipo de memoria que es específica para la tarea. Si es visual, el mono activa un área distinta de la corteza prefrontal que cuando relaciona voces en una tarea auditiva. Parece ser que los humanos, cuando llevan a cabo pruebas similares, activan siempre las mismas áreas cerebrales.

En un estudio publicado en la revista 'Science Direct', un equipo de investigadores descubrió que el cerebro del ser humano puede funcionar como el de los primates si dejamos de hablar con nosotros mismos, tanto en voz alta como internamente. Realizaron un experimento en el que le pidieron a los voluntarios que repitieran en voz alta sonidos sin sentido mientras realizaban tareas visuales y auditivas. Como no podemos hacer dos cosas a la vez, vocalizarse estos sonidos hizo que los participantes no fueran capaces de decirse a sí mismos lo que tenían que hacer en cada tarea requerida.

Divagar

En estos momentos, los humanos se comportaron igual que los monos, activando de manera separada las áreas visuales y auditivas del cerebro para resolver las actividades. Lo que demostró el estudio es que hablar con nosotros mismos quizá no sea el único mecanismo de control de nuestro comportamiento, pero es por el que nos inclinamos y utilizamos por defecto. No obstante, esto no quiere decir que podamos controlar todo lo que decimos. A veces, nuestro monólogo interno puede ser problemático. Por ejemplo, cuando nos hablamos a las tres de la mañana, intentamos dejar de pensar para quedarnos dormidos.

Sin embargo, al intentar ponerle fin a los pensamientos solo conseguimos que nuestra mente divague, activando todo tipo de reflexiones, casi aleatoriamente. Este tipo de activación mental es muy difícil de controlar, pero parece que se suprime cuando nos centramos en algo. Leer un libro, por ejemplo, debería ser suficiente para cortar la conversación con nosotros mismos de raíz. De hecho, es una de las actividades preferidas de muchas personas para relajar la mente antes de dormir. Es más, se ha visto que las personas que tienen ansiedad o depresión activan los pensamientos aleatorios cuando intentan realizar alguna tarea que no está relacionada con las ideas que se les pasan por la cabeza.

Hablar en voz alta podría significar que tenemos un buen funcionamiento cognitivo

Cuando la divagación se escapa a nuestro control, entramos en un estado de ensueño en el que mantenemos un discurso incoherente y fuera de contexto que podría ser percibido como una enfermedad mental. Ahora bien, ¿Por qué nos gusta hablarnos en voz alta? La respuesta la tiene un estudio publicado en 'Science Direct'. En él, los expertos reclutaron a un grupo de voluntarios y les pidieron que leyesen en voz alta y en silencio. Midiendo la concentración y el rendimiento, se dieron cuenta de que ambas mejoraron cuando las instrucciones fueron leídas en voz alta.

Parece que gran parte de los beneficios vienen solo de escucharnos a nosotros mismos, puesto que los comandos auditivos son mejores controladores que los escritos. Los resultados que obtuvieron demuestran que hablar con uno mismo en voz alta para preservar el control durante la realización de pruebas exigentes mejora el rendimiento. Por lo tanto, podemos decir que expresarse en voz alta (siempre y cuando la mente no divague) podría ser un signo de que tenemos un buen funcionamiento cognitivo. En lugar de tener una enfermedad mental, puede significar una mayor competencia intelectual.