El hidrógeno verde: ¿podría esta energía limpia convertirse en la nueva fuente de abastecimiento?

Es la gran esperanza de las energías limpias, la descarbonización pasa por este gas, el más ligero de la naturaleza, se obtiene mediante energías renovables

El hidrógeno verde: ¿podría esta energía limpia convertirse en la nueva fuente de abastecimiento?

Susana Moneo

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Es la gran esperanza de las energías limpias, la descarbonización pasa por este gas, el más ligero de la naturaleza, se obtiene mediante energías renovables, por lo que es limpio, sostenible y no contamina, y su desarrollo ha cogido velocidad tras la invasión de Ucrania porque Europa necesita una fuente de energía propia con un suministro seguro.

"En los últimos años, la descarbonización pesa tanto como el suministro para el uso de hidrógeno. Tiene un papel fundamental a corto y medio plazo, se produciría dentro de Europa y no dependeríamos tanto de otros países” asegura a COPE Rafael Cossent codirector de la Cátedra de hidrógeno de Comillas ICAI, pero parece que las expectativas van más rápidas que la realidad.

Hidrógeno gris y verde

De momento está desplazando el hidrógeno gris, el que se obtiene a partir del metano y emite Co2, que se utiliza en la industria química para fabricar fertilizantes, o en las refinerías para la producción de combustibles y, mezclando hidrógeno con gas natural, para industrias de acero o cerámica. Otras aplicaciones que ya se ven como una realidad es el transporte, el transporte pesado y de mercancías, ya hay autobuses impulsados por hidrógeno, por una pila de combustión de hidrógeno.

En un futuro, a largo plazo, el objetivo es sustituir completamente uso de gas natural, y ¿dónde lo veremos? En industria pesada, utilizándolo no solo en combustión, sino “en reactivo en algunos procesos industriales como la producción de acero, también en movilidad pesada, en barcos propulsados por hidrógeno o derivados del hidrógeno, porque puede ser un vector primario para producir combustibles bajos en carbono o neutros, los combustibles sintéticos, o metanol”.

Un proceso de décadas

Se puede generar de forma relativamente sencilla e inagotable. Pero hay que crear infraestructuras para su producción, su transporte y su utilización y modificar equipos, y eso significa tiempo y mucha inversión. “La red de gas vale únicamente para el gas, puedes inyectar cantidades pequeñas de hidrógeno, pero si nos vamos al hidrógeno solo, tenemos que pensar que hay que adaptar o desplegar toda una red de hidrógeno para transportarlo”. La penetración también es complicada.

El profesor Cassent lo explica con ejemplos cotidianos, comparándolo con las renovables en la producción de energía eléctrica: “en el sector eléctrico la red es la misma y los motores son los mismos, nuestras lavadoras, hornos... cuando hablas de reemplazar gas natural por hidrógeno renovable, primero la red no vale, hay que desplegar una red de hidrógeno para transportarlo y transformar las industrias, o en movilidad hay que tirar a la basura los barcos o coches actuales” Es un proceso de “décadas no va a surgir de la noche a la mañana”

España con ventaja

El recurso primario para producir hidrógeno verde es la radiación solar y la energía eólica, y ahí España juega con ventaja con respecto a otros países europeos “el coste de producción es más bajo y por ello se habla de que puede ser un "hub" que exporte a otros países europeos”.

En ese contexto surge la interconexión H2Med y el tramo BarMar que une Barcelona con Marsella, y ese es el proyecto de una futura red al que se ha unido Alemania, un apoyo primordial “porque este corredor se ha presentado a la convocatoria de proyectos de interés común europeos y si se reconoce como un proyecto de interés común el 50% estará cubierto por fondos europeos”.