13 horas con el cadáver de su suegra en casa por ser un caso de coronavirus

Rosa cuenta en COPE que quiso dar a su suegra el cariño familiar en sus últimas horas y por eso ha tenido que pagar el doble de un servicio habitual

13 horas con el cadáver de su suegra en casa por ser un caso de coronavirus

Maribel Sánchez Margallo

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Las funerarias de Madrid están desbordadas por el coronavirus y la lista de espera es de tres días para poder incinerar los cadáveres infectados por el virus.

El  caso de la suegra de Rosa Lardón, es aún peor. Esta mujer, de 52 años, confesaba en COPE que decidió hacerse cargo de su suegra cuando enfermó hace una semana. Como todos los inviernos, Petra, de 92 años, empezó a sentir los síntomas de una neumonía que se le suele complicar "con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que padece desde hace años”. Rosa recuerda que “cuando fue el médico a verla el miércoles pasado, tenía ya los pulmones encharcados y no podía orinar. Le diagnosticaron como posible casos de coronavirus sin hacerle la prueba. Después empezaron a suministrar morfina, suero y un medicamento con benzodiacepina”. Lo único que consuela a Rosa de la pesadilla que está viviendo es que su suegra "ha estado bien atendida y con el cariño que le hemos dado en casa”.

Sin embargo, ha sido precisamente el hecho de morir en casa y no el hospital lo que ha originado el calvario de tener que mantener el cadáver en casa en condiciones infrahumanas. “No podíamos pagar los 4.200 euros que nos pedían las empresas funerarias privadas y hemos tenido que recaudar el dinero entre familiares y amigos para que, por fin, se llevaran el cadáver 13 horas después de su muerte”, contaba Rosa exhausta después de esta terrible experiencia.

CONVIVIR CON UN CADAVER                                                   

“Vivo en un piso con calefacción central y no puedo apagar el radiador de la habitación en la que he colocado el cuerpo de mi suegra”, nos contaba angustiada esta mujer, que previamente había llamado a todos los servicios públicos y privados para que se lleven el cadáver.

“Hice la cama, la coloque encima con un camisón de verano y abrí la ventana porque el cuerpo estaba empezando a ponerse azul”. Esa es la situación en la que ha estado conviviendo 13 horas con el cuerpo sin vida de la anciana en la misma casa.

“Si hubiera sido mala persona y les hubiera obligado a llevársela al hospital, el problema estaría resuelto porque ellos mismos se habrían encargado de llevar el cadáver a la espera de poder incinerarlo”, ha contado, Sin embargo, lamenta Rosa, “ni el Ayuntamiento de Madrid ni los servicios funerarios de la capital han querido hacerse cargo de mi suegra y, como no tenía seguro de decesos, me piden 4.000 euros para llevársela por ser un posible caso de coronavirus”.

COPE se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Madrid, que ha asegurado que “La Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid, S.A, está prestando servicios en los casos de fallecidos que no cuenten con medios económicos suficientes, entendiendo como tales la cantidad igual o menor a la vigente de la pensión no contributiva y no disponga de capital para hacer frente a los gastos y que no cuenten con familiares obligados al pago con medios suficientes, considerando como tal la percepción de una cantidad igual o menor a una renta mensual percápita inferior al doble del Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples vigente en cada momento”.

El problema está en que Petra no reunía estos requisitos pero tampoco había contratado un seguro de decesos que se hiciera cargo de esta situación.

UN CALVARIO DE 13 HORAS

La angustia de Rosa comenzó cuando llamó a las empresas funerarias de Madrid y le pidieron que pagara el doble de un servicio normal por ser un posible caso de coronavirus. Además, recordaba angustiada, “la misma empresa que por la mañana me pedía 3.200 euros (el precio habitual por la cremación de un cadáver son 1.800 euros) cuando volvíamos a llamar para decirle que ya habíamos recaudado el dinero entre los familiares, nos decía que en realidad eran 4.200 euros más IVA”.

Toda la familia de Petra se movilizó para intentar localizar a una empresa que se ajustara al dinero con el que contaban y, al final, pagaron “algo más de 3.000 euros para que se la llevaran de madrugada”.

FUNERALES EN SOLEDAD

Debido a la gravedad de la situación, tanto los funerales como los velatorios de muertos por el coronavirus o que sin haberse hecho la prueba hayan tenido síntomas parecidos (como es el caso de Petra), han quedado completamente prohibidos.

Las autoridades recuerdan que uno de los primeros focos de la enfermedad se produjo en la localidad riojana de Haro después de un funeral en el que una gran cantidad de familiares se contagiaron entre sí. Es algo que no preocupa ya a la familia de la anciana de 92 años que moría en brazos de su nuera en Madrid porque “eso es algo que comprendemos aunque nunca llegaron a confirmar que mi suegra sufriera el COVID-18”, dice Rosa en COPE apenada por este trágico final.

Los entierros, sin embargo, sí que se pueden seguir celebrando. Eso sí, las autoridades municipales insisten que se ha  limitado el número de personas que pueden asistir y siempre manteniendo cierta distancia entre los asistentes.

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