Los indicadores dejan entrever un empeoramiento en las próximas semanas con la vacunación como única defensa
Los últimos informes del Ministerio de Sanidad muestran ya la presencia de una cuarta ola de la pandemia con la vacunación masiva como última defensa para suavizar los efectos
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Desde hace ya varias semanas, las comparecencias del Ministerio de Sanidad han asegurado que nuestro país se encuentra en una "situación de inflexión", un "punto valle" e incluso una "fase ascendente". Durante el mes de marzo, y tras una tercera ola que ha batido todos los récords históricos de contagios y de incidencia acumulada, España parecía empezar a tener controlada la situación. La vacunación masiva que se está llevando a cabo en diversos puntos del país nos hizo confiar que sería posible evitar una nueva curva ascendente. Una premisa que, partiendo de los últimos indicadores, nos hace vislumbrar que la nueva ola ya está aquí, por lo que la vacunación es la última barrera para evitar cifras como las que hemos vivido en los últimos meses.
Hace unas semanas, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, mostró su preocupación por la Semana Santa y aseguró en rueda de prensa que si se conseguía que los días festivos no tuvieran un impacto especialmente grande, sería posible que "esa cuarta ola se convierta en olita, o en una ondita". Unas declaraciones que ya por aquel entonces no sentaron nada bien a los ciudadanos, que criticaron que el experto de Sanidad pudiera restarle importancia a una nueva curva con consecuencias muy graves. Algo que, tal y como hacen ver los indicadores, parece ser inevitable.
Casi 37 puntos más de incidencia en 21 días
El pasado 16 de marzo, la incidencia acumulada en España alcanzó uno de sus mínimos históricos de toda la tercera ola e incluso de la pandemia. Recordamos que la incidencia durante la primera ola no representaba el escenario real de lo que estábamos viviendo ante la falta de pruebas de diagnósticas.
El 16 de marzo la incidencia era de 127,80 casos por 100.000 habitantes, lo cual, acompañado con el descenso paulatino de los contagios, podría hacer ver que la situación estaba bajo control gracias al trabajo de los rastreadores, la mejor preparación de los sistemas sanitarios y del avance de la vacunación. Sin embargo, desde aquel día no hizo más que subir. No fue de forma exponencial sino que, de forma paulatina, ha llegado a alcanzar este martes los 164,71 casos. Esto supone 36,91 puntos más desde aquel día de menor incidencia. Recordamos, por otro lado, que en tan solo dos días (desde el pasado sábado hasta el pasado lunes), ascendió casi doce puntos.
Las regiones con más incidencia son, a día de hoy, son Melilla (432,96 casos), Ceuta (366,97 casos) y Navarra (363,28). Por su parte, a la cola están la Comunidad Valenciana (32,61 casos), Baleares (63,76) y Murcia (64,78).
Los pacientes en UCI, en ascenso
Todos recordamos las imágenes de los hospitales y las urgencias saturadas. Las camas de Unidades de Cuidados Intensivos provisionales y los hospitales de campaña fuera de los centros sanitarios para poder afrontar la incesante llegada de pacientes en estado grave con positivo en coronavirus durante la primera ola. Desde entonces, la cifra de pacientes en UCI no deja de preocuparnos y cada día nos fijamos en ese incremento o descenso. Recordamos que hace tan solo unos meses, muchas de estas unidades en diversos puntos del país tuvieron que pedir ayuda ante el inminente colapso.
El pasado 31 de marzo, los pacientes en UCI descendieron hasta los 1.831, cuando durante la tercera ola se llegaron a superar los 4.000. Un descenso que, al igual que el de la incidencia, nos hacía ver que los hospitales y los sanitarios podrían darse un nuevo respiro. Nada más lejos de la realidad. Este martes son 1.990 personas con covid-19 en las Unidades de Cuidados Intensivos, 159 más desde aquel mínimo. La ocupación actual de camas de pacientes covid en UCI es del 19,92 por ciento con Melilla a la cabeza (41,18 por ciento), Cataluña (37 por ciento) y la Comunidad de Madrid (36,81 por ciento). Las comunidades con menos ocupación son Galicia (3,59 por ciento), Murcia (5,35 por ciento) y Extremadura (6,6 por ciento).
Más de un punto de ocupación hospitalaria en menos de dos semanas
Al hilo de los ingresos en UCI, tampoco podemos olvidar la presión hospitalaria regular y el número de pacientes ingresados en los hospitales por sintomatología covid-19, que no necesariamente requieren ingreso en las Unidades de Cuidados Intensivos. El 26 de marzo la ocupación era del 6,09 por ciento con un total de 7.679 pacientes ingresados en los hospitales tras haber dado positivo en las pruebas de coronavirus.
Tan solo once días después, la cifra asciende hasta los 9.463 personas hospitalizadas, lo cual supone 1.784 personas más que hace once días, y el porcentaje de camas ocupadas por pacientes covid asciende hasta el 7,61 por ciento. Es decir, 1,52 puntos más en once días.
La vacunación como barrera de contención
Con todos los datos sobre la mesa, y viendo cómo los indicadores comienzan a incrementarse, la llegada de una cuarta ola parece inminente, aún con la incertidumbre de qué tipo de consecuencias podría traer consigo. Ahora, sin embargo, todas las esperanzas están puestas en la administración masiva de vacunas. Este lunes llegó a España una remesa de 1,2 millones de dosis de la vacuna de Pfizer, que se suman al millón de vacunas de AstraZeneca que recibió nuestro país el martes. Tampoco podemos olvidar la llegada de vacunas de Moderna y desde el 15 de abril, las 300.000 primeras dosis de la vacuna monodosis de Janssen.
Por ello, son varias comunidades las que han asegurado que esta misma semana completarán la vacunación de todos los mayores de ochenta años, entre las que destacan Baleares, la Comunidad Valenciana, Andalucía o Extremadura. La carrera por la vacunación parece ser, cada vez más, la última barrera de contención contra la cuarta ola. Un momento crucial y ante la amenaza de una nueva curva ascendente, la llegada de millones de vacunas a España podría suponer un antes y un después en la velocidad del proceso, y con ello se podría contribuir a suavizar esta nueva ola.