Los sectores de la Cañada Real afectados por la falta de luz, considerados como un "entorno torturante", según informe

Europa Press

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Los sectores de la Cañada Real afectados por la privación de suministro eléctrico desde hace 387 días pueden considerarse "un entorno torturante". Esta es la conclusión de un informe del Grupo de Acción Comunitaria, que será presentado este jueves en la sede de CCOO, junto al lanzamiento de una campaña en redes sociales con el 'hashtag' #LaCañadaResponde.

"Bajo el marco conceptual del 'entorno torturante' o 'entorno de tortura' se puede afirmar que la Cañada Real Galiana reúne un conjunto de elementos contextuales, condiciones y prácticas ejercidas por distintos niveles institucionales que han provocado y provocan un sufrimiento físico y psicológico severo en la población", señalan los autores del estudio.

El informe señala que la falta de luz está generando "daños graves" en la población de la Cañada en diferentes esferas vitales, y remarca la "extrema gravedad" que tiene esta situación en el caso de los niños, niñas y adolescentes.

Además, señala la "intencionalidad" de las instituciones y las responsabiliza, subrayando que han de ser estas las que encuentren una solución al problema y no la propia población de la Cañada Real o las organizaciones sociales. Según precisa el documento, hasta la fecha no se ha establecido "ninguna medida eficaz y suficiente" ante la falta de suministro eléctrico.

El informe recoge los resultados obtenidos durante una investigación pericial para la cual se han realizado entrevistas a 144 personas que viven en los sectores 6, 5 y 4 de la Cañada Real de Galiana. Las personas que respondieron a la encuesta han llegado a pasar hasta un máximo de 387 días seguidos sin luz en el caso del sector 6, 218 días en el sector 5 y 55 días en el sector 4.

De los datos avanzados se desprende que el impacto del corte de la luz más elevado corresponde con el deterioro de la alimentación, debido a no poder guardar los alimentos en frío o cocinar adecuadamente; la higiene personal, al no poder tener agua caliente, y las condiciones de la vivienda, al no poder tener calefacción o ventiladores.

El informe también señala que la mayoría de las personas considera que su situación económica ha empeorado por el coste que ha tenido que asumir para compensar la falta de luz (gasolina, pilas, placas solares).

Además, refleja un empeoramiento de la salud física, por el aumento de enfermedades ante el frío o las intoxicaciones de gas; y de la salud mental, pues más de la mitad de las personas dice haber sentido miedo, rabia y tristeza derivada de esta situación y se ha duplicado la necesidad de atención en servicios de salud mental en los servicios públicos.