El peligro de las ciberestafas: el 86% no se resuelven por vacíos legales y tramas criminales internacionales

En COPE hablamos con Margarida, víctima de un ciberfraude por Bizum inverso, que comienza cuando se recibe una notificación de alguien que reclama un pago

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En el último año se presentaron cerca de 270.000 denuncias por ciberestafas en nuestro país, son el 87,4% de las presentadas por delitos cibernéticos, según datos de la memoria del ministerio del interior. Vishing, smihing y phishing son nombres técnicos para actos delictivos que nos pueden dejar con la cuenta corriente tiritando. Vacíos legales y tramas criminales internacionales e innovadoras hacen que el 86% de los ciberfraudes no se resuelvan.

Para Margarida, el calvario empezó hace algo más de un año. Su hija vendía en un portal de compraventa de segunda mano un artículo por 150 euros. “Le pidieron hacer el pago por Bizum, les explicó que no tenía y recurrió a nosotros. Nos llamaron y nos enviaron un enlace, en donde aparecía una ventana exactamente igual a la de nuestro banco”. Explica Margarida que su marido “introdujo las claves y nos llegó un mensaje de alerta. Mi marido contestó inmediatamente que no era él el que estaba entrando desde el lugar que se nos indicaba y estuvo 40 minutos intentando hablar con atención al cliente de nuestra entidad. Un minuto después de enviar el mensaje confirmando que no era él el que intentaba entrar en la aplicación, nos habían retirado ya 10.000 euros de la cuenta. El banco la bloqueó pero ya era tarde y no hemos vuelto a ver el dinero”.

Ella es una de las casi 270.000 personas víctimas de un ciberfraude en nuestro país en el último año. No se ha quedado quieta y ha montado un grupo al que se puede unir cualquier afectado por una ciberestafa desde el correo afectadosestafasbancarias@gmail.com. Se encontró con un muro legal que le impide resolver su situación, con vacíos que no cubren esta novedosa forma delictiva, que ha crecido un 257% en los últimos 5 años, según datos de la fiscalía.

A este vacío legal se une la diligencia de los criminales para idear nuevas formas de vaciarnos las cuentas, y para perfeccionar las técnicas que nos hacen confiar en que es nuestra entidad bancaria con la que estamos operando.

¿Cómo operan los ciberestafadores?: EL BIZUM INVERSO

Las formas más conocidas son aquellas que a través del correo electrónico, un SMS, una llamada telefónica o un Whatsapp nos envían un enlace. Si lo abrimos, estamos, prácticamente, entregando nuestros ahorros.

Pero han aparecido nuevas formas que llevan algo más de un año tentando nuestra suerte económica: el Bizum inverso (el estafador nos envía una solicitud de dinero, pero, por despiste o por ir deprisa, creemos que estamos recibiendo dinero y damos el visto bueno a una solicitud de envío de dinero). la prima del Whatsapp (consiste en enviar un mensaje cariñoso y cercano haciéndose pasar por una prima o un tío lejano, o simplemente una persona conocida, para pedir dinero o información privada), e incluso robándonos los contactos y pidiendo a todos ellos dinero en nuestro nombre, o las compras en plataformas de internet donde nos piden que paguemos fuera de la propia plataforma.

Nos hemos acercado a una comisaría para que nos cuenten por donde van las tendencias, y allí nos hemos encontrado con Diego Alejandro, Inspector Jefe, Jefe de la Sección de Fraude en el Comercio Electrónico de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional.

Nos cuenta que, además de las ciberestafas que ya te hemos contado, “los delincuentes están creando plataformas falsas que intentan suplantar o parecerse a otras de reconocido prestigio, donde anuncian productos a muy buenos precios, especialmente productos tecnológicos como teléfonos móviles y ordenadores, e incluso pagan dinero a los motores de búsqueda para posicionarlas” para que nos salgan arriba del todo cuando buscamos un determinado producto para comprar. Ojo pues con las fechas que vienen y no piques. Tenemos a las puertas “el black friday y las Navidades”, recuerda el inspector. “están creando páginas web de marcas conocidas que no tienen, y también insertan anuncios en páginas de compraventa de segunda mano o de alquileres inmobiliarios y se las ingenian para sacar a las potenciales víctimas del pago seguro que tienen esas plataformas”.

¿Por qué es tan difícil encontrar a los delincuentes?

Hay que tener en cuenta que los proveedores de servicio, operan a nivel mundial “pueden estar en cualquier sitio y se pueden contratar por la red” Pero además “hacen esta contratación como si fuera para fines lícitos, pero intentan enmascarar también el origen, es decir, si tengo un servidor privado que me enmascare me enmascare el lugar (la IT) desde donde me estoy conectando, esto dificulta mucho la labor policial”. Es decir, resulta muy complicado saber desde que lugar, desde que país operan los ciberestafadores. Ese es el primer handicap. Pero hay más, explica Diego Alejandro, “la cooperación internacional es cada vez más efectiva pero hay países que no están adscritos al Convenio de Budapest , a través del cual se puede hacer cualquier tipo de intercambio de información policial y judicial en casos determinados, y que no son colaboradores con lo que a veces se estancan las investigaciones y tenemos que recurrir a las comisiones rogatorias, que son bastante tediosas y que nos cuentan más tiempo, y muchas veces los países no colaboradores nos llegan a no contestar”.

Margarida nos cuenta que no hay protocolos para atender este tipo de delitos. Las asociaciones de Consumidores no tienen competencia, el Banco de España solo puede comprobar que las entidades bancarias cumplan los protocolos, “pero no los hay para estos casos”. El caso es que la maraña legal hace “que a unos les resuelvan el caso y a otros no”.

Con todo, ella confía en poder recuperar su dinero, sus 10.000 euros estafados.

¿Cómo podemos protegernos?

Es una cuestión de sentido común, remarca el inspector Jefe de la policía nacional. “Nadie da duros a pesetas, no hay que creer de primeras esas ofertas excesivamente beneficiosas que nos llegan”. Aconseja Diego Alejandro que “cuando recibimos cualquier tipo de comunicación, tenemos que intentar comprobar la fuente, de dónde nos están mandando. Tenemos que tener en cuenta que nuestra entidad bancaria aunque nos mande un mensaje de texto nunca nos va a pedir que descarguemos un programa o que clickemos en un enlace, siempre nos va a decir que tenemos un mensaje en la aplicación”. En los correos electrónicos debemos mirar el origen “pasar el cursor por encima de donde aparece el correo electrónico porque veremos quien nos lo envía de verdad”.

“Los engaños son cada vez más sofisticados”, reconoce el Inspector jefe de la Policía, por eso nos piden que denunciemos siempre, porque “además de hacer todo lo posible por identificar a las personas que están detrás de las estafas y conseguir que las víctimas recuperen su dinero, para nosotros es información muy importante que nos permite hacer un continuo trabajo de inteligencia, y a potenciar mecanismos de colaboración internacional”.