De perder a su padre a no poder pisar Ucrania: así es Alexander Duguin, el filósofo en el que Putin se inspira
El pensador ruso ha estado ligado a todas las grandes decisiones tomadas por Rusia en las últimas décadas
Madrid - Publicado el - Actualizado
9 min lectura
180 días después la guerra de Ucrania se mantiene activa. El Ejército ruso avanza muy lentamente en el Donbás a pocos días de cumplirse los seis meses de una ofensiva militar que está desgastando a las tropas de Moscú en Ucrania, que mantienen no obstante una fuerte presión sobre las fuerzas de Kiev. Hay que recordar que más de 5.400 civiles ucranianos han muerto y casi 7.700 han resultado heridos como consecuencia de la invasión rusa, según el último balance actualizado del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, publicado el pasado 15 de agosto.
Entre todas ellas, una de las más recientes y sonadas es la de Daria Dugina, quien falleció este sábado cuando un automóvil en el que viajaba explotó en la región de Moscú, tal y como informó la agencia estatal de noticias rusa TASS. El suceso ocurrido en Moscú acabó con la vida de la periodista y politóloga, hija de Alexander Duguin, un filósofo y analista ruso considerado como uno de los principales ideólogos del régimen de Vladimir Putin, hasta el punto de que su figura se ha comparado con la del monje Rasputín, que fue persona de confianza y consejero personal del último zar de Rusia. Su exposición y su alta influencia en el régimen de Putin contrasta con el poco conocimiento sobre su persona entre la población de occidente. Llegados a este punto toca replantearse, ¿quién es realmente Alexander Duguin?
Sus orígenes
Alexander Duguin nació el 7 de enero de 1962 en Moscú. En lo relativo a su familia, el seno de la familia parte de un coronel general de la inteligencia militar soviética, Geliy Aleksándrovich Duguin, y de su esposa Galina, doctora y candidata de ciencias médicas. Su infancia viene marcada por el abandono de su padre cuando él tenía tres años. Pese a ello, este se encargó de que tuvieran un buen nivel de vida y ayudó a Duguin a librarse de problemas con las autoridades en algunas oportunidades.
En lo religioso, cabe resaltar que fue bautizado en la Iglesia ortodoxa rusa. Posteriormente, la adhesión de Duguin a la organización de los Viejos Creyentes le permite situarse entre el paganismo y el cristianismo ortodoxo sin adoptar formalmente ninguno de ellos
Su formación
Toca adelantarse hasta 1979, periodo previo a su etapa adulta, para encontrar otro de sus momentos claves. Fue en aquel año cuando este ingresó en el Instituto de Aviación de Moscú. Realmente no concluyó dicha etapa, por lo que tuvo que realizar un curso por correspondencia en otra universidad. Posteriormente obtuvo el máster en filosofía y, finalmente, dos doctorados, uno en sociología y otro en ciencias políticas.
Pero no solo su contexto familiar y sus estudios han marcado sus pensamiento y las ideas que tanto le caracterizan. Entre los motivos o causas cabe resaltar su inclusión al "Círculo Yúzhinski" en 1980. Para aquellos que menos lo conozcan, cabe resaltar que se trata de un grupo disidente de vanguardia que se interesaba por el satanismo y otras formas de ocultismo.
Otro de los puntos que más le caracterizan fue su unión al pensamiento nazi. Duguin se convirtió en fiel defensor de esta ideología, la cual atribuye a una rebelión contra su crianza soviética, en contraposición a una auténtica simpatía por Hitler. Aunque su figura y modelo a seguir era Wolfram Sievers, un investigador nazi de lo paranormal en el que se identificaba.
La Escuela Tradicionalista es su otro gran rasgo en el ámbito. Gran aficionado de la lectura, consumia libros de múltiples puntos. Todo esto gracias a su habilidad con los idiomas: italiano, alemán, francés e inglés.
Su carrera editorial
Otro de sus facetas más representativas es su papel de divulgador. Tras la caída de la Unión Soviética, Duguin fundó su propia editorial, ganando puestos universitarios por sus escritos. En su momento escribió en el diario de extrema derecha Den, donde en 1991 publicó su manifiesto "La gran guerra de los Continentes", donde teoriza que Rusia es "una Roma eterna" que tiene la tarea de luchar contra el materialismo y el individualismo de Occidente, la "Cartago eterna" que tenía que ser arrasada.
Su momento álgido lo vive tras su etapa como disidente del régimen comunista. Fue en ese momento cuando arrancó su trabajó como periodista, el cual le sirvió para lograr ese acercamiento a grupos del nacionalismo ruso que tan conocido le ha hecho. Pero antes de eso, en 1997 publicó "Fundamentos de Geopolítica", un libro que activó las alarmas en EE UU y fue usado como libro de texto en la Academia del Estado Mayor del Ejército Ruso.
Su ideología
Sus actos, los de la propia Rusia y sus diversas publicaciones dejan más patente las ideas que rondan por su cabeza. Sintetizando su ideología cabe resaltar los siguientes puntos:
Tales ideas geopolíticas son muy parecidas a las que se podían encontrar en la base ideológica del nazismo. Esto no solo fue a nivel ideas, sino que lo hizo de forma física participando en grupos ocultistas con ideas nazistas que el propio Duguin alababa.
Su incursión política
Con una Rusia envuelta en un periodo convulso fruto de la desintegración de la Unión Soviética y el campo socialista, la década de los 90 fue un periodo donde Duguin tuvo una gran incidencia. Fue en aquel momento, unto al también controvertido escritor Eduard Limonov, cuando fundo el Partido Nacional Bolchevique, en el que mezclaba algunos elementos nostálgicos del comunismo con un imaginario directamente fascista y reaccionario. La bandera del partido era de color rojo, y en el centro un círculo blanco con una hoz y un martillo en negro, como una esvástica comunista. La cosa no queda ahí, sino que el lema de dicha organización era tan contudente como indicativo: "¡Sí, muerte!"
Avanzando en el tiempo, ya en 1997, Duguin sacó un libro que se convirtió en éxito nacional: "Los fundamentos de la geopolítica: el futuro geopolítico de Rusia". Este libro es fundamental para entender su historia, ya que en él se establecían estrategias que hoy pueden resultar muy familiares en los procederes del Kremlin, desde el uso de la desinformación y el poder blando para fomentar el separatismo en países como EEUU, hasta un reforzamiento del nacionalismo interno y la necesidad de volver a lograr una Rusia fuerte, grande y unida.
Su oposición a Estados Unidos
Relacionandolo con esto último, cabe resaltar su famoso Partido Eurasia. Sus ideas claras sobre la línea a seguir por Rusia le llevo a fundar este partido. Defensor de un "fascismo genuino, verdadero, radicalmente revolucionario y consecuente" para Rusia, Duguin se mostró como un firme opositor al liberalismo y a Occidente, ambos encarnados en Estados Unidos, y empezó a defender la idea de un imperio euroasiático.
A finales de los 2000 se situó como firme defensor de las políticas exteriores de Vladimir Putin, del que dijo: "No hay más opositores al rumbo de Putin y, si los hay, son enfermos mentales y hay que enviarlos a un examen clínico. Putin está en todas partes, Putin lo es todo, Putin es absoluto, y Putin es indispensable". Es ya en 2002, poco antes de la visita de George W. Bush a Rusia, Duguin creó el partido de extrema derecha 'Eurasia', una proyección política de sus teorías eurasianistas que buscan confrontar la dominación geopolítica y cultural de Estados Unidos.
Su relación con Putin
Su vinculo es tan largo como intenso. La relación no solo es política-laboral, sino que incluso llega a la amistad. Aunque hace años declaró que nadie sabía qué podía pensar Vladimir Putin, y quien contara lo contrario mentía, desde Estados Unidos lo saben y le relacionan muy de cerca con el presidente ruso.
Cabe resaltar que pese a las evidencias claras, muchos aspectos se plantean desde un punto de vista hipotético dado que son cosas que no se pueden confirmar. Es el caso de la invasión de Crimea. Duguin se le atribuye la idea de la invasión de la península de Crimea, y de formar parte del grupo ideológico que aconseja a Putin, a quien conoce desde hace décadas. Con el final de la URSS alcanzó fama entre los políticos y la sociedad; mezclaba retórica e imaginería fascista en sus textos y discursos, y a la vez referencias comunistas o nostálgicas de la URSS.
El día que Putin fue nombrado presidente de Rusia, en marzo del año 2000, Duguin publicó un artículo titulado "El amanecer con botas". En el texto ya pronosticó que el KGB sería la futura “columna vertebral del Renacimiento euroasiático”.
“No se sabe con qué frecuencia se ven, pero la influencia de Duguin es signficativa, especialmente en los últimos meses”, expresó Marat Gelman, un exasesor del Kremlin que los conoce a ambos desde hace 15 años. “En discursos recientes, el presidente usa sus temas y hasta fraseología. Da miedo”, agregó.
Todo esto hace denotar de forma muy clara la relación que tienen. Pese al hermetismo en algunas situaciones, el alto grado de conocimientos de Duguin sirve como referencia e inspiración a Vladimir Putin. El líder político utiliza sus escritos como si de libros de estilo se tratase. Su amistad se basa en una situación de admiración mutua, lo que les lleva a una cooperación mutua. Es decir, gran parte de las decisiones que se toman en Rusia vienen basadas en las ideas de Duguin.
Su influencia en los últimos conflictos
Pese a que se encuentra en un momento álgido, la historia entre Rusia y Ucrania viene de lejos, al igual que el vinculo de Duguin y Putin. Lo citado anteriormente, esa retroalimentación, hace que todo lo que está sucediendo estos días y durante estos años atrás tenga relación con el filósofo. El apoyo y consejo a Vladimir es una constante y, con el tema de Ucrania, no se sucede una excepción. Sus ideas ligadas al expansonismo y al lugar que debe ocupar el imperio ruso hace que desde el año 2008 este lleve reclamando una intervención militar en Ucrania. Esto no es algo interno, sino que hay pruebas de ello tales como el día que llamo a los líderes ucranianos "neonazis". Su posición con el Kremlin tras el estallido solo es una prueba más.
Pero su potencial hace que su incursión política y como divulgador se haya quedado exclusivamente en el conflicto de Ucrania, donde no pude entrar desde 2006. Su interferencia con lo que sucede en muchos países de Europa del este es total: defendió la anexión de Georgia y Ucrania por parte de Rusia. Pero sin duda alguna, su punto álgido se produjo con la unión de Crimea en 2014. Fue el quien escribió la unificación de ambos territorios.
Su idea expansionista fruto de su fascismo es la hoja de ruta a seguir por Rusia en su actual invasión a Ucrania.