POBREZA INFANTIL

La pobreza infantil: mayor en las ciudades y marcada por el barrio

La mitad de los niños que están en riesgo de pobreza en España -más de un millón de menores de los 2,3 que la sufren- viven en zonas muy pobladas, y se agrava aún más en las grandes ciudades, donde se registran las mayores tasas de pobreza severa.

Agencia EFE

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La mitad de los niños que están en riesgo de pobreza en España -más de un millón de menores de los 2,3 que la sufren- viven en zonas muy pobladas, y se agrava aún más en las grandes ciudades, donde se registran las mayores tasas de pobreza severa.

Pero dentro de las ciudades, también marca el barrio donde los niños crecen y los recursos u oportunidades que pueden ofrecerles para compensar las situaciones de vulnerabilidad o para agravar su desarrollo y bienestar.

Son algunas de las conclusiones del informe "Geografía de la pobreza infantil en España" hecho público este martes por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil que destaca la gravedad de la pobreza urbana, como la que se vive en Madrid y Barcelona, y la incidencia que tienen los problemas de acceso a la vivienda.

Si bien la mitad de los niños pobres vivan en ciudades, las tasas de pobreza infantil son más altas en las zonas menos pobladas -alcanza el 29,6 %- que en las más pobladas - el 27,6 %-; aunque su intensidad aumenta con el grado de urbanización: tanto la pobreza infantil alta como severa son superiores en las grandes urbes, donde se registran además mayores niveles de desigualdad.

El informe explica que en la última década la tasa de pobreza infantil se ha desplazado de las zonas poco pobladas a las ciudades, produciéndose "un fenómeno de reurbanización de la pobreza infantil".

Se concentra sobre todo en las áreas metropolitanas de las grandes áreas urbanas, donde probablemente se hayan producido traslados de la población local hacia las "afueras", como Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla.

En el caso de Málaga, las mayores tasas de pobreza infantil se encuentran en la capital, si bien municipios más alejados como Mijas o Fuengirola presentan altos índices de desigualdad, apunta el informe.

POBREZA CON DISTINTOS RETOS EN CIUDADES Y ZONAS RURALES

Crecer en la pobreza en grandes áreas urbanas y zonas escasamente pobladas presenta retos diferentes y requiere de políticas distintas, señala este diagnóstico de la pobreza.

Mientras que las grandes ciudades concentran una gran cantidad de población en situación de pobreza y con mayor desigualdad, segregación residencial y alto coste de vida, los entornos menos poblados se enfrentan a otras dificultades: falta de oportunidades laborales, desequilibrio demográfico, escasa oferta educativa y de servicios básicos y falta de infraestructuras adecuadas.

Pone como ejemplo el caso de Madrid, que tiene distritos en los que la mitad de la población tiene ingresos superiores al 200 % de la mediana nacional y otros en los que gran parte de la población está empobrecida. Como Tetúan, con el 31,5 % de pobreza infantil y Chamartín con el 8,9 %.

En términos relativos, Sevilla y Málaga tienen las tasas más altas de pobreza infantil, sin embargo la desigualdad es mayor en Madrid, con zonas muy deprimidas junto a otras más privilegiadas.

LA LOSA DE LA VIVIENDA

El problema de sobrecoste relacionado con la vivienda -dedicar más del 40 % del total de ingresos a solventar estos gastos - es de carácter urbano: el 64,5 % de los niños en hogares con problemas de sobrecoste viven en zonas muy pobladas, frente al 14,8 % en zonas poco pobladas.

Los hogares con menos renta de entornos urbanos dedican de media un 22 % más de dinero a la vivienda que los hogares con los mismos recursos en entornos rurales, detalla el estudio.

Además se aprecian diferencias respecto a la propiedad de la vivienda: en entorno urbanos un 42,5 % de los menores empobrecidos vive de alquiler y en zonas poco pobladas es del 27,4 %.

El estudio alerta de cómo el entorno influye en la diversidad y calidad de las experiencias vitales a las que tienen acceso a lo largo de vida. Quienes crecen en barrios con bajos niveles de segregación, con servicios de calidad -educativos, alimentos saludables, parques, aire limpio, viviendas adecuadas- y en hogares con salarios dignos muestran mejores resultados académicos y de salud.

El ejemplo más extremo de entornos negativos son los asentamientos de infraviviendas -unos 270 en España- en los que se concentra la extrema pobreza, la exclusión social y falta de oportunidades.