¿Por qué no me contagio de la covid-19, doctor?
COPE habla con los investigadores que han descubierto el genotipo que hacen que suframos COVID grave o seamos inmunes a la enfermedad
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Han pasado dos años y medio desde que comenzó la pandemia de COVID-19 en España y todavía hay personas, como Mariángeles, que se han librado de haberse contagiado “milagrosamente”, bromea en COPE. Es asistente social y desde que comenzó la crisis sanitaria ha cambiado varias veces de trabajo, estando en contacto con muchos compañeros que, como ella, mantenían las medidas de prevención, pero que se iban infectando con el paso del tiempo. No es un caso aislado en su familia, porque tampoco ha pasado la enfermedad su marido (con un trabajo es necesariamente presencial) ni sus hijos, que acuden a clases en la Universidad o a fiestas con los amigos y festivales musicales de los también ellos se han ido librando de contraer la enfermedad.
Las dudas que tiene Mariángeles antes esta situación son las mismas que han movilizado a numerosos científicos del todo el mundo que se pusieron a investigar las circunstancias que protegían a unas personas o perjudicaban a otras frente a la infección por el mismo virus.
El dr. Jordi Pérez-Tur, investigador del CSIC en el Instituto de Biomedicina de Valencia y director de la Unidad de Genética Molecular, ha participado en un macroestudio internacional que ha localizado variantes genéticas (11 nuevas posiciones en los cromosomas) que hacen que aumente el riesgo de morir de COVID-19.
LA GENÉTICA SALVA VIDAS
Meses después de que comenzara la pandemia, los científicos concluyeron que el perfil del paciente predispuesto a sufrir con más gravedad la enfermedad es la de varón, de edad avanzada y con la presencia de otras enfermedades. Ahora debemos añadir a los que tengan estas variantes genéticas descubiertas en el macroestudio en el que han participado investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El Dr. Pérez-Tur explica en COPE que “el estudio que hemos hecho hasta el momento señala quién va a padecer un COVID grave, de manera que cuando un individuo llega a consulta o ingresa en el hospital con un cuadro preocupante se le podría hacer un test genético rápido que definiría la probabilidades que tiene de desarrollar un COVID grave. De esta manera se le podría hacer algún tipo de tratamiento preventivo profiláctico antes de que empeoren sus síntomas”.
La trascendencia de este estudio publicado en la prestigiosa revistas Nature se basa también la amplitud de la muestra: ha mapeado todo el genoma de hasta 125.584 casos y más de 2,5 millones de individuos en 60 estudios de 25 países.
Dr. Pérez-Tur adelanta en COPE que “parte de estas 11 nuevas posiciones de los cromosomas nos están identificando que hay proteínas que funcionan en el sistema inmune y nos va a dar muchas pistas para definir qué tipo de tratamiento serán más efectivos”.
¿POR QUÉ NO ME CONTAGIO, DOCTOR?
Otro caso parecido al de Mariángles es el de Beatriz, una enfermera de un hospital madrileño que ha esquivando al enfermedad de la COVID aunque haya visto como se iban contagiando sus compañeros. Nos ha contado en COPE que “mi hijo si que estuvo contagiado cuando pensamos que yo sería la que me habría contagiado por trabajar en un hospital y no ha sido así”.
El Ministerio de Sanidad confirma que en España han desarrollado la COVID-19 13.280.557 personas en lo que llevamos de pandemia. Los datos oficiales solo recogen a los mayores de 60 años a los que han realizado una PCR y , por ese motivo, la mayoría de las sociedades científicas aseguran que se ha contagiado un 75% de los españoles (unos 35 millones).
Tanto la enfermera como la asistente social forman parte de ese 25% de personas que no se han contagiado del SARS-COV2. Las dos quieren saber los motivos para seguir siendo la excepción y Mariángeles lo atribuyen a una cuestión de suerte, sobre todo porque hubo momentos en las primeras oleadas en las que se atrevió a reanudar muy pronto las relaciones sociales. Esta asistente social reconoce que “ha hecho una vida normal, con cuidado, pero saliendo con amigos y relacionándome con otras personas durante las siete oledas”.
“Creo que me he librado porque no he tenido síntomas en todo este tiempo, aunque puede ser que lo haya pasado y no me haya dado cuenta. No he tenido fiebre, ni toses ni dolores musculares o de garganta, por lo que entiendo que no lo he pasado” añade Mariángeles en COPE.
ASINTOMÁTICOS O INMUNES
La clave para la producción de nuevos medicamentos contra la enfermedad está en saber qué hace que el resto de la población sea inmune, pueda evitar la infección con más facilidad o haya pasado la enfermedad con síntomas tan leves que no se haya percatado de ello.
Otro estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duisburg-Essen (Alemania) han identificado una variante genética que reduce el riesgo de mortalidad por COVID-19 en un tercio (35%). La buena noticia es que es un genotipo (GNB3 TT ) que tiene un 10% de la población europea. Estas personas reaccionaban con más fuerza al coronavirus y esta es la primera explicación que ha sacado los investigadores para demostrar por qué reducen tanto el riesgo de muerte.
El director de la Unidad de Genética Molecular del Instituto de Biomedicina de Valencia conoce este estudio que considera en COPE “complementario al suyo porque analizó por qué alguien no tiene la enfermedad grave. Han investigado asintomáticos y han llegado a la conclusión de que hay una variante que confiere resistencia a sus portadores. Con toda esta información tenemos un mapa molecular de donde están los puntos más importantes de cara al desarrollo de la enfermedad”.
Además, hay otros estudios que analizan la susceptibilidad frente al COVID persistente (“LongCovid” es la definición internacional) que pretenden explicar hasta qué punto hay también componentes genéticos en estos individuos que les llevan a padecer estas secuelas.