¿Sabes para qué sirven los agujeros de las galletas María?

Posiblemente nunca te lo preguntaste, pero hay una historia detrás de estos pequeños surcos que los hacen imprescindibles

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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¿A quién no le gustan las galletas? Posiblemente no exista un ser humano al que no le encante disfrutar de este dulce. Todos en nuestras mañanas disfrutábamos de un buen tazón de leche acompañado de un paquete lleno de este complemento imprescindible para que cualquier día empiece con el pie derecho.

En España somos expertos en la creación de galletas, hay multitud de fábricas que se dedican a fabricar esta delicia a la que solo los más golosos pueden apreciar como realmente se merece. Es para tanto la pasión por ellas que llegamos incluso a preguntarnos el por qué. ¿Por qué esa forma?, ¿por qué esa perfección?, ¿por qué esos agujeros?

Por increíble que pueda parecer, algo tan simple como unos agujeros tiene una funcionalidad imprescindible para que las galletas sean tal y como las conocemos. Desde luego que tienen un sentido y no están colocados así de manera aleatoria; algo que a buen seguro contrasta enormemente con la concepción que teníamos todos nosotros hasta ahora.

El motivo principal por el que están ahí es el horneado. Como todos sabemos, es una parte fundamental del proceso de creación de estos dulces; es un recurso imprescindible para que las galletas tengan el sabor tan particular que conocemos todos y que del mismo modo, de manera todavía más trascendental, mantengan la textura que de sobra conocemos todos actualmente.

Si hablamos con propiedad, deberíamos tratar estas cavidades por su nombre original, y ese no es otro que "agujeros docking", pero si entramos un poco más en detalles deberíamos hablar de la masa de las galletas. Por lo general, y sin excepción,esta pasta de las galletas o de cualquier pan, genera en su interior unas burbujas de aire que obligan a las galletas a hincharse. Con los agujeros docker, este inflado no se produce, por lo que mantiene una figura plana y lisa.

Caso contrario ocurre con otro tipo de "cookies" como por ejemplo las de estilo campurriano. Si todos nos las imaginamos, veremos que no tienen ningún agujero; y que por tanto, aumentan su tamaño y ganan en volumen. Por otro lado está el pan; estas masas son diferentes a las de las galletas, pero experimentan una evolución similar, ya que igualmente ganan en tamaño en el momento en el que entran al horno.


¿Por qué siguen el mismo esquema?

Otra de las cosas que merece una explicación es el saber por qué estas pequeñas cavidades siguen el mismo patrón de manera constante, sea cual sea la marca que las produce. Y es que, de producirse alguna variación en este proceso, la galleta podría pasar a estar muy dura o muy blanda, y a perder la forma que lo caracteriza.

Si cambiáramos el número de huecos o la posición variara podría llegar a tener una textura excesivamente gelatinosa y dar sensación de crudeza a quien lo probara. Sea como fuere, lo que parece que es evidente es que sin estos pequeños amigos estaríamos hablando de otro alimento que nada tendría que ver con las galletas María que en la actualidad conocemos.