¿Volverá el coronavirus todos los inviernos?

Los científicos explican en COPE las posibilidades de que el coronavirus se quede entre nosotros con una enfermedad endémica y estacional

Maribel Sánchez Margallo

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Todos los esfuerzos de epidemiólogos, facultativos y autoridades sanitarias se centran en bajar la curva de esta virulenta segunda ola de la pandemia, mientras los científicos analizan las posibilidades de que nos enfrentemos a un coronavirus que reaparezca cada año, igual que hace la gripe.

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) se acaba de plantear la “posibilidad cierta de que el SARS-CoV-2 no desaparezca y el mundo deba prepararse para convivir con él”, como dice este organismo internacional en su último comunicado.

AGRESIVO COMO NINGUNO

Los epidemiólogos consultados por COPE siguen confiando en que erradiquemos la enfermedad en los próximos meses, pero reconocen que la forma en que ha vuelto a golpearnos este otoño y lo que queda de invierno podría hacer pensar que ha llegado para quedarse.

El doctor Benito Almirante, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Vall D'Hebron de Barcelona nos describe las evidencias científicas que apoyarían la teoría de que se pudiera convertir en una enfermedad endémica.

El doctor Almirante explica en COPE que “el SARS-COV-2 pertenece a una familia de coronavirus que se conoce con exactitud que puede producir enfermedad endémica en la mayor parte de la población del planeta y se repite de forma constante a lo largo de los años. También iría a favor de esta hipótesis la duración de la epidemia, que es muy prolongada, y fundamentalmente la gran extensión geográfica y al elevado número de pacientes afectados”.

De hecho, varios estudios, como el publicado recientemente en la revista “Science” de los investigadores de la Escuela Mailman de Columbia (Estados Unidos) Jeffrey Shaman y Marta Galanti, demuestran que la inmunidad tras una infección del SARS-CoV-2 o la generada por una futura vacuna disminuye en el plazo de un año, una tasa similar a la observada para el endémico betacoronavirus que causa una leve enfermedad respiratoria. El resultado serían brotes anuales de COVID-19.

Según el portavoz de la SEIMC, “también corrobora que se pueda convertir en una infección endémica que prácticamente toda la población del planeta es susceptible de padecer la infección”.

Desde que aparecieron los primeros contagios del SARS-COV-2 en China, investigadores como Isabel Sola Gurpegui, la viróloga del Centro Superior de Investigaciones Científica reconocía en COPE las “similitudes de este virus con el de la gripe, aunque tuviera una letalidad mucho mayor”.

ERRADICAR EL VIRUS

En el otro lado de la balanza nos encontramos la posibilidad de que la inmunidad al SARS-CoV-2 sea más prolongada y proporcione una respuesta inmune y la eliminación de COVID-19. seguida de un resurgimiento después de unos pocos años. Otros factores que contribuyen a ello son la disponibilidad y la eficacia de la vacuna y la estacionalidad innata del virus.

El doctor Benito Almirante argumentaba en COPE que “existen antecedentes recientes de otras infecciones por coronavirus que no se han convertido en endémicas” y añade que “también podría influir positivamente y en contra de la permanencia de las COVID-19 que en los próximos meses o años dispusiéramos de una vacuna muy efectiva que tuviera la capacidad de producir una elevada inmunidad en la población frente a esta infección”.

De hecho, la comunidad científica internacional confía en que otros factores que contribuyan a la erradicación de la COVID-19 sean la disponibilidad y la eficacia de la vacuna y la estacionalidad innata del virus.

Por eso, el portavoz de la SEIMC explicaba en COPE que “en último lugar también podría influir el hecho de que la enfermedad generara de forma primaria una inmunidad muy importante y que durara muchos años. Esto haría que en un tiempo determinado pudiera erradicarse la enfermedad porque gran parte de la población del planeta fuera inmune”.