Yacimientos arqueológicos en España: Estos son cinco de los más importantes y la información que aportaron

En nuestro país hay cientos de yacimientos repartidos por toda la geografía. Gracias a ellos, los arqueólogos han podido averiguar la vida y costumbres de nuestros antepasados

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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España es un país en el que hay multitud de lugares bellos, pero no solo modernos, sino también de nuestra historia más antigua. Desde el siglo pasado, ha habido cientos de hallazgos de yacimientos arqueológicos impresionantes, repartidos por todo el territorio de nuestro país. En ellos se han encontrado datos que han permitido a los expertos reconstruir cómo vivían nuestros antepasados y poder conocerlos un poco mejor. Aquí haremos un repaso por algunos de los yacimientos arqueológicos españoles más importantes.

Atapuerca

Los yacimientos de la sierra de Atapuerca se encontraron a unos 15 kilómetros al este de la ciudad de Burgos. En un inicio, no tuvieron demasiada relevancia para los científicos y la sociedad, hasta que en 1992 se descubrieron los restos de la Sima de los Huesos. El reconocimiento fue superior cuando, en 1994, hallaron restos humanos. Estos tenían una antiguedad de unos 900 mil años y se detectó que pertenecían a una nueva especie de seres humanos, denominada como Homo antecessor. Debido a la importancia del yacimiento, la UNESCO los declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.

Según la Fundación Atapuerca, "en los yacimientos de la sierra de Atapuerca se han encontrado restos fósiles y evidencias de la presencia de cinco especies de homínidos diferentes: Homo sp. (aún por determinar, 1.300.000 años), Homo antecessor (850.000 años), preneandertal (500.000 años), Homo neanderthalensis (50.000 años) y Homo sapiens". En la actualidad, el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) continúa investigando cada verano en los siguientes yacimientos.

Altamira

La cueva cántabra de Altamira fue el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico Superior. Fue descubierta en 1868 por un ciudadano que paseaba por el lugar, Modesto Cubillas. Fue la hija del experto naturalista Marcelino Sanz de Sautuola, María, quien descubrió las pinturas del techo en 1879. En el año 1880, Sautuola decidió publicar el hallazgo, en el que atribuyó las pinturas a la época prehistórica. Sin embargo, los prehistoriadores de este momento se mostraron escépticos ante sus palabras.

La cueva no alcanzó el prestigio que merecía hasta que se descubrió este tipo de arte rupestre paleolítico en otras zonas europeas. A partir de entonces, Altamira fue reconocida universalmente como icono del arte paleolítico, convirtiéndose en Patrimonio de la Humanidad en 1985. Según el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, "La cueva de Altamira es la máxima representación del espíritu creador humano. Presenta un arte en grado de excelencia con sus técnicas artísticas (dibujo, pintura, grabado). Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos fueron pintados o grabados durante los milenios en los que la cueva de Altamira estuvo habitada, entre hace 36.000 y 13.000 años antes del presente". A lo largo de casi 300 metros se encuentran todas estas representaciones pictóricas, pero es en la Sala de Polícromos donde se está el mayor conjunto de figuras.

Dólmenes de Antequera

Esta necrópolis megalítica no tiene una historia desconocida, sino que se ha descubierto que los dólmenes se han conocido constantemente desde que fueron construídos. Se trata de un conjunto de sepulturas construidas hace entre 6 mil y 2 mil años aproximadamente. Llegan a alcanzar unos 50 metros de diámetro y 4 metros de altura. Según el Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera, "el dolmen de Menga, en concreto, siempre estuvo abierto, denominándosele por ese nombre desde época incierta, ya que la primera vez que aparece escrita esta palabra es en un texto de puño y letra del obispo de Málaga, César Riario, en una carta suya fechada en 1530". Siempre han sido objeto de deseo de muchos prehistoriadores importantes que querían investigar más sobre estos monumentos megalíticos.

El Turuñuelo

El yacimiento de las Casas del Turuñuelo se conocía desde hacía bastante tiempo, aunque no fue hasta 2014 cuando comenzaron las excavaciones por parte de los arqueólogos. El objetivo era encontrar la cronología a la que pertenecía el yacimiento. "Desde el año 2015 se han sucedido tres campañas de excavación que nos han permitido sacar a la luz parte de un majestuoso edificio construido en tierra que conserva en pie sus dos plantas constructivas, lo que lo convierten en un ejemplo único de la arquitectura protohistórica del suroeste peninsular", explica el Instituto de Arqueología de Mérida. Sin embargo, los restos más interesantes los encontraron mientras excavaban el patio. Un sacrificio enorme de animales entre los que se han identificado 52 caballos, 4 vacas, 4 cerdos y 1 perro. La civilización que realizó esta ofrenda a los dioses está desaparecida.

Numancia

El yacimiento arqueológico de la ciudad de Numancia cuenta la historia de los celtíberos. Fue Eduardo Saavedra quien, en 1853 halló la ubicación exacta de Numancia, en el cerro de La Muela de Garray, una construcción en un lugar estratégico para controlar una amplia llanura. La historia de esta ciudad es el símbolo de la resistencia de un pueblo deseoso de su libertad, pero que, finalmente, acabó derrotado por el ejército romano.

Los arqueólogos encontraron que, por debajo de las murallas y campamentos que habían fortificado los romanos, estaban enterradas numerosas armas y efectos personales tanto de numantinos como romanos. Además, esta ciudad celtibérica destaca porque no hay ninguna otra que haya proporcionado tantas cerámicas pintadas. Gracias a ellas,los expertos han descubierto valiosa información sobre la vida y las costumbres de los celtíberos.