La catástrofe del BOAC 712 y cómo el gesto de una azafata le valió uno de los mayores honores de Reino Unido

Jane Harrison no consiguió salir de la aeronave en llamas y la joven azafata se quedó atrapada junto a cuatro pasajeros más al intentar salvar su vida

La catástrofe del BOAC 712 y cómo el gesto de una azafata le valió uno de los mayores honores de Reino Unido

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

No todos los héroes llevan capa. Es algo que estamos muy acostumbrados a escuchar, especialmente cuando una persona anónima decide anteponer la vida de los demás a la suya. Probablemente no se les conozca, pero lo que está claro es que el miedo no los bloquea, sino que parece que hace todo lo contrario: los anima a dar un paso para ayudar a los demás.

A lo largo de la historia ha habido muchas personas así y en ese pasillo de las estrellas anónimas

atrapados en la aeronave en la que ella trabajaba.

La catástrofe del BOAC 712, una de las mayores tragedias de Reino Unido

La tragedia tuvo lugar el 8 de abril del año 1968, en torno a las 16:00 horas. En el aeropuerto de Heathrow, en la ciudad de Londres, el vuelo 712 de British Overseas Airway Corporation (BOAC), que años después se terminaría fusionando con otra aerolínea dando así lugar a British Airways,

Desde allí tenía previsto hacer una escala, para volar hacia Singapur y acabar, finalmente, su destino en Sidney, en Australia. En aquel avión viajaban 116 pasajeros, a los que sumados la tripulación hacían un total de 127 personas a bordo. Cuando los pilotos tenían la autorización para proceder al despegue y la aeronave estaba a máxima potencia, preparado para abandonar tierra firme, se oyó un enorme estruendo. Uno de los motores comenzó a perder potencia. En ese momento, uno de los capitanes supervisores, se dieron cuenta de que aquel motor estaba en llamas.

La catástrofe del BOAC 712 y cómo el gesto de una azafata le valió uno de los mayores honores de Reino Unido

, fueron las palabras del capitán a torre de control. En cualquier caso, la tripulación creía tener la situación bajo control: aún tenían tres motores operativos y las herramientas para dar la vuelta para tomar tierra de nuevo en Heathrow. Lo que no sabían es que, realmente,

Fue cuando estaba a unos mil metros de altura y preparado para dar la vuelta hacia el aeropuerto cuando el motor 2 se desprendió por completo.

No tenían tiempo, ni tampoco un plan B. La situación parecía que no tenía solución. Finalmente, optaron por aterrizar en la pista 05R, con una longitud 2.300 metros. Lo consiguieron. Lamentablemente, cuando el avión estaba completamente detenido, el motor 2 de la aeronave sufrió una brutal explosión.

Jane Harrison, la azafata que dio su vida y consiguió uno de los mayores honores de Gran Bretaña

La tripulación no perdió el tiempo y antes de que el avión se hubiera parado, ya habían comenzado la evacuación. Es aquí cuando entra Jane Harrison, de tan solo 22 años. fue la última en abandonar el aparato en llamas.

Lo intentó, pero era demasiado tarde. No consiguió salir y la joven azafata se quedó atrapada en el avión junto a cuatro pasajeros más.

Jane fue galardonada, tras su muerte, con la George Cross, uno de los mayores galardones que pueden obtenerse en Gran Bretaña. También lo fue el controlador aéreo, que ayudó a que la aeronave pudiera aterrizar entero. El capitán consiguió la Medalla de Oro de la Asociación Británico de Pilotos de Aerolíneas. Jane Harrison, en cualquier caso, entregó su vida por salvar a cuatro pasajeros. Su misión no fue en vano y aunque no consiguió aquello que le arrebató la vida, la auxiliar de vuelo pasó a la historia como una de las grandes heroínas de aquella tragedia de 1968.

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